Usted está aquí: martes 21 de junio de 2005 Cultura Sartre puede ayudar a desentrañar la crisis de identidad en Francia: experta

A 100 años de su natalicio, soslayan en su patria la vigencia del pensador

Sartre puede ayudar a desentrañar la crisis de identidad en Francia: experta

PABLO ESPINOSA Y CARLOS PAUL

Ampliar la imagen Mientras en Francia fustigan su pensamiento, Jean-Paul Sartre es referencia obligada en el mundo, sostiene especialista en el padre del existencialismo

El escritor y filósofo JeanPaul Sartre cumpliría hoy cien años.

La conmemoración de ese acontecimiento ocurre en momentos en que Francia vive un periodo de introspección acerca de su papel en el mundo, luego de que sus ciudadanos rechazaron la Constitución europea y que su famoso sistema de seguridad social enfrenta serios problemas.

De cara a la efeméride, el padre del existencialismo, dijo Annie Cohen-Solal a la agencia Ap, ''puede ser usado para desentrañar la enfermedad que hoy aflige a Francia. El nos revela nuestra crisis de identidad''.

No obstante su falsa modestia al referirse a sí mismo como ''cualquier persona'' y a su trabajo como el de ''un obrero del intelecto'', la más grande creación de Jean-Paul Sartre es Jean-Paul Sartre, expresa el especialista John Lichfield.

''Fue una suerte de Picasso de la palabra escrita -apuntó Lichfield en un artículo publicado en el diario británico The Independent-. ''Es imposible dividir su trabajo de la imagen cuidadosamente creada de sí mismo: 'el intelectual comprometido', con sus dientes careados, fumando Gauloises en el Café de Flore.''

Explicar los hechos

Desde que comenzó este 2005, la referencias a Sartre se han desgranado por el mundo al cumplirse el centenario de su nacimiento. La efeméride exacta es hoy, 21 de junio. También este año se conmemora el 25 aniversario de su muerte, a los 75 años.

Cohen-Solal -quien hace unas semanas presentó en Barcelona una de las ''más rigurosas y completas biografías'' del intelectual francés-, ha hecho notar que en lo que va del Año Sartre, se desató un fenómeno asombroso que no había ocurrido siquiera cuando murió el filósofo en 1980, deceso que reunió en las calles de Francia a más de 30 mil personas.

Para la especialista, mientras en Francia se le fustiga, en el resto del mundo es referencia obligada.

En un artículo publicado ayer lunes en el periódico Le Monde, Cohen-Solal destaca que en tanto la prensa francesa ha repetido ''como un disco rayado'' los mismos lugares comunes respecto de Sartre (sus ''errores políticos'') y lo han estigmatizado como ''un pensador pasado de moda, un impostor'', en contraste se han desgranado los homenajes en distintos países del mundo, con un denominador común: el mensaje de Sartre sigue siendo una herramienta y una referencia obligada para descifrar nuestra época y, 25 años después de su muerte, ''su obra todavía suscita el mismo interés entusiasmado entre los estudiantes''.

En la voluminosa biografía Sartre 1905-1980 (editorial Edhasa), lo que la argelina Cohen-Solal ha tratado de hacer es ''explicar los hechos''.

Posiblemente uno de los principales mitos en la leyenda negra sastreana es haber colaborado con los alemanes durante la ocupación de Francia por las tropas nazis.

Pero según la biógrafa, Sartre siempre estuvo del lado de la Resistencia y fue un contundente detractor de los colaboracionistas.

Quizá las críticas, dijo la especialista antes de la presentación del libro, se deban a que él, antes que nada, siempre quiso ser un escritor.

Escritor que resistía

Cohen-Solal ha resumido la posición de Sartre en la Francia ocupada con una frase del propio filósofo: ''Yo era un escritor que resistía, y no un resistente que escribía''.

La autora argelina recordó que Sartre tuvo una trayectoria política diferente a la de muchos otros pensadores y compañeros, como Albert Camus.

''En su juventud era anarquista, alejado de la política, y en los años 30, cuando muchos se movilizaron a la URSS, la Guerra Civil española o el Frente Popular francés de 1937, Sartre tuvo como prioridad convertirse en escritor.''

Como prueba de esa actitud, la biógrafa recordó una carta que Sartre envió a su inseparable y amada compañera Simone de Beauvoir, luego de firmar el contrato de la edición de su primer libro en 1938 y en la que simplemente le escribe: ''La náusea finalmente será publicada. Ahora camino por la calle como un escritor''.

Algunas de sus piezas teatrales fueron estrenadas durante la ocupación, lo que ha sido duramente criticado por los detractores de Sartre, señaló la estudiosa, sin embargo ''para él poder llevar a escena esas obras era una forma de combatir la censura.

''Francia lo odiaba cuando estaba vivo'', expresó por su parte, el filosofo Bernard-Henri Levy, autor de Sartre: el filosofo del siglo XX.

''Sin embargo, el impacto de Sartre es innegable'', explicó Levy.

Su revista Les Temps Modernes (Los tiempos modernos) fue uno de los órganos culturales más influyentes de la Francia de la posguerra.

En tanto sus admiradores elogian su crítica al Estado, su rechazo a la sociedad burguesa y su oposición a las guerras de Argelia y Vietnam, sus críticos recuerdan su apoyo a causas impopulares y su defensa de regímenes comunistas.

Y aunque, concluye Levy, siempre fue considerado un enemigo del poder, los poderosos nunca estuvieron dispuestos a tocarlo.

''Cuando durante el mayo francés de 1968 Sartre apareció como uno de los voceros de la resistencia de estudiantes y obreros, un ministro le recomendó al entonces presidente Charles de Gaulle que lo apresará. De Gaulle le respondió: ''Eso es imposible. ¿Se imagina al rey Luis XIV arrestando a Voltaire?''

 
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