El crimen, "otro capítulo de la conspiración contra Líbano", dice el presidente Lahoud
Líder comunista opositor a Siria, asesinado de un bombazo en Beirut
Georges Hawi pierde la vida en un atentado, un día después del triunfo electoral antisirio
Comisión investigadora de la ONU comienza interrogatorios sobre la muerte de Rafiq Hariri
Ampliar la imagen Georges Hawi, ex presidente del Partido Comunista y cr�co de Siria, asesinado ayer al estallar su auto en Beirut cuando se dirig�a una reuni�e amigos FOTO Reuters Foto: Reuters
Beirut, 21 de junio. Fue Georges Hawi. Ex presidente del Partido Comunista, mediador entre cristianos y musulmanes, amigo de los palestinos durante la guerra civil y, por supuesto, acerbo crítico de Siria.
"¡Ayúdenme, ayúdenme!", gritaba cuando su chofer y un vecino lo sacaban de su auto, que había estallado. Murió en brazos de ellos, cubierto de sangre.
Un blanco "fácil", un hombre que creía no necesitar protección. Al igual que su amigo, el periodista Samir Kassir, también crítico de Siria, fue asesinado en su auto: los explosivos fueron colocados en la misma forma que en el auto de éste, a principios de este mes.
El zapato derecho de Hawi yacía entre los escombros de la calle, en la zona Wata Mouseitbeh de Beirut, junto con pedazos de la portezuela trasera. Su Mercedes iba pasando junto a una gasolinera, cerca de su casa, cuando alguien -presumiblemente dentro de la línea visual, ya sea en uno de los departamentos altos o en el estacionamiento de enfrente- detonó la bomba que iba debajo del asiento posterior y envió el carro dando tumbos a 30 metros sobre la calle.
La multitud estaba furiosa; la palabra "Siria" estaba en boca de todos y cuando encontré en el lugar a Ghazi Aridi, amigo de Walid Jumblatt, druso como él y ex ministro de información, su conmoción era palpable. "Venga conmigo", murmuró con furia y me alejó del auto destrozado.
"Esto -susurró- está dentro del mismo proyecto de asesinar a todos los líderes opositores, a los dirigentes del futuro de Líbano. La gran pregunta es: ¿por qué todos los líderes opositores están sentenciados?"
Por supuesto, en cuestión de horas Siria insistía en que no tiene nada que ver con el más reciente atentado en Líbano, y el presidente Emile Lahoud -el mejor amigo de Damasco en el país- sostenía que el asesinato de esta "figura nacional" es "otro capítulo de la conspiración contra Líbano".
Importantes y devastadores sucesos ocurren en este país, que llegan ya a la raíz del poder político. Mientras los asesinos realizaban su tarea, el equipo investigador internacional de la ONU comenzó a interrogar al general brigadier Mustafá Hamdan, jefe de la guardia presidencial de Lahoud, sobre el asesinato del ex primer ministro Rafiq Hariri, perpetrado el 14 de febrero. No fue una plática cualquiera.
Los investigadores, entre ellos policías estadunidenses y el fiscal alemán Detlev Mehlis, también registraron la oficina y la casa de Hamdan, lo cual fue un severo golpe para el presidente, pues éste es uno de sus principales consejeros, a quien políticos de oposición acusan de participar en el encubrimiento gubernamental del asesinato de Hariri.
El atentado de este martes no sólo costó la vida a un nacionalista libanés muy admirado y popular, famoso en Beirut por haber sido de los primeros en llamar a la resistencia contra el ejército de ocupación israelí después de la invasión a Líbano, en 1982: también fue un golpe a la estabilidad política, económica y social del país.
Queda claro que Líbano es hoy un Estado criminal, donde los homicidas no se arredran ante el poderoso equipo investigador de la ONU y operan con impunidad, al parecer a salvo de las autoridades de seguridad.
Hawi era cristiano ortodoxo griego y, al igual que la anterior víctima de un asesinato político, Samir Kassir, era izquierdista y filósofo, aunque de ninguna manera fanático comunista. Su hijo adoptivo participó en las elecciones del centro del país, hace una semana, y perdió, junto con Nasib Lahoud y otros prominentes candidatos de oposición. Su asesinato se produjo apenas un día después de que Saad Hariri, hijo del ex primer ministro sacrificado, anunció que su coalición opositora y antisiria había ganado la mayoría en el parlamento libanés.
Así pues, la primavera libanesa fue seguida, como de costumbre, por una tumba libanesa.
Figura prominente en el bando palestino y musulmán durante la guerra civil libanesa de 1975-1990, Hawi era amigo cercano del líder de la OLP, Yasser Arafat, y sus partidarios combatieron al lado de los izquierdistas durante el conflicto. Sin embargo, como muchos de los antagonistas de entonces, al final de su vida se esforzaba por restañar las heridas que la guerra dejó en cristianos y musulmanes.
Saad Hariri dijo este martes que el asesinato lleva la intención de destruir los efectos de la elección. Walid Jumblatt declaró que es necesario "purgar por completo" las agencias de seguridad libanesas para garantizar la tranquilidad en Líbano.
Farouk Dahrouj, colega de Hawi en el Partido Comunista, fue aún más severo. "Sí, es el sistema de seguridad libanés, los remanentes, la tutela." Tutela es el nombre que dan los libaneses a la dominación siria sobre el gobierno y los servicios de inteligencia de este país.
Así pues, un inocente más, otro opositor de Siria, un anciano de 65 años que se dirigía a una reunión con sus amigos en la popular cafetería La Góndola de Beirut, fue asesinado de un bombazo este martes. Su cuerpo, su cabello gris y su rostro, aún visibles pero con heridas, fueron colocados con delicadeza en una ambulancia, al igual que el cadáver de Samir Kassir hace tres semanas. Y nos quedamos con la misma vieja pregunta: ¿quién será el siguiente?
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya