Ofrece Israel a la ANP devolver ciudades cisjordanas, si controla la violencia
Termina sin acuerdos "difícil reunión" entre Sharon y Abbas en Jerusalén
Aprehende el ejército de Tel Aviv a 52 presuntos activistas de Jihad Islámica
Jerusalen, 21 de junio. El primer ministro israelí, Ariel Sharon, y el presidente palestino, Mahmoud Abbas, se entrevistaron hoy aquí para discutir la retirada de Gaza y el incremento de la violencia, en lo que el primer ministro palestino, Ahmed Qureia, calificó de "reunión difícil" que "no estuvo a la altura" de lo esperado.
No obstante, Sharon aceptó entregar en dos semanas el control de las ciudades cisjordanas de Kalkiliya y Belén a la Autoridad Nacional Palestina (ANP), además de que los palestinos podrán iniciar los planes para la reapertura de un aeropuerto y la construcción de un puerto marítimo en la franja de Gaza, informó la radio israelí.
"Lo que se nos propuso no es suficientemente satisfactorio para que podamos hablar de un acuerdo", declaró Qureia en rueda de prensa, en la que se refirió a una "reunión difícil" que no estuvo a la altura de lo que esperaban palestinos, árabes y comunidad internacional.
La cumbre, que se llevó a cabo en la residencia de Sharon, se produce en medio de un aumento de la violencia e intensificación de los ataques antiisraelíes en la franja de Gaza y en Cisjordania.
Un responsable palestino afirmó que al iniciarse la reunión, Sharon criticó de "manera violenta" los insuficientes esfuerzos palestinos en la lucha antiterrorista. "Primero detengan el terrorismo y después hablaremos de la transferencia de las ciudades y de la liberación de los presos", aseveró el primer ministro israelí.
Qureia mencionó que la delegación palestina planteó el problema de la colonización, el muro levantado por Israel en Cisjordania y la situación en Jerusalén.
Otro responsable palestino que pidió el anonimato manifestó que hay un acuerdo de principio, si hay progresos en el campo de la seguridad, para la liberación de palestinos detenidos en Israel y el regreso de un grupo de activistas expulsados en 2002 tras haberse atrincherado en la iglesia de la Natividad en Belén.
El movimiento de resistencia Hamas puso en duda los beneficios de la reunión. Realizar una cumbre en Jerusalén, cuya parte árabe está ocupada y anexada por Israel, es "un grave precedente que equivale a reconocer las alegaciones de los sionistas que proclaman a Jerusalén como su capital", afirmó en un comunicado.
En este contexto, el ejército israelí detuvo esta madrugada a 52 activistas de Jihad Islámica, un día después de que ese movimiento mató a un colono israelí en Cisjordania y efectuó ataques con morteros y cohetes contra asentamientos judíos en la franja de Gaza.
Fuentes cercanas al Ministerio de Defensa israelí señalaron que Tel Aviv va a reanudar sus operaciones ofensivas contra Jihad Islámica, porque la organización no respeta la tregua de ataques contra Israel instaurada en enero.