La movilización nacional e internacional evitará otra traición del Estado, afirman
Cauce no armado, piden intelectuales
Carlos Montemayor, Federico Campbell, David Huerta y Héctor García, entre los firmantes
Intelectuales, escritores y trabajadores de la cultura convocaron a la dirigencia del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) a mantener su digna lucha dentro de los cauces no armados, y que sean las iniciativas de movilización local e internacional las que vuelvan la atención para el cumplimiento de demandas indígenas.
En una carta abierta, los firmantes destacan su confianza en que la movilización nacional y en el extranjero evite "una nueva traición del Estado mexicano" y obligue, ahora sí, a intentar una solución de fondo, consensuada y definida con los pueblos originarios a sus justas demandas, como son el cumplimiento de los acuerdos de San Andrés y lo establecido en la llamada ley Cocopa.
También reivindican la exigencia de un proceso legislativo que consagre los derechos de los pueblos indios a la soberanía, autodeterminación, autogobierno, educación en sus propias lenguas y a la representación proporcional como naciones y pueblos en todos los órdenes de gobierno y del Estado nacional.
Escritores e intelectuales como Carlos Montemayor, Federico Campbell, David Huerta, Margarita Peña, César Cansino y Héctor García, así como el Colectivo Radio Zapote, Asociación de Escritores de México, Iniciativa Mexicana contra la Guerra "Noennuestronombre", entre otros, señalan también que la alerta roja declarada por el EZLN "nos demanda solidaridad y atención".
Culpan al menosprecio, desdén y a la falta de cumplimiento pleno de la ley Cocopa y de los acuerdos de San Andrés, así como a la "mala política", de generar esta delicada situación.
En la carta abierta que reza "¡Es por todos! ¡Solidaridad con el EZLN!", los firmantes indican que la reciente declaración de la Secretaría de la Defensa Nacional sobre "el escandaloso, alarmante y sensacional" hallazgo de tres toneladas de yerba, de cultivos de mariguana "en la inmensa superficie de cuatro hectáreas en tres municipios" de Chiapas, constituye una coartada, un señuelo, "una celada inadmisible". Sobre todo, a sabiendas de que los zapatistas prohíben el consumo de bebidas embriagantes y castigan el cultivo y tráfico de enervantes.
Las autoridades que han conquistado el voto ciudadano enarbolando banderas de cambio, de justicia y democracia, defraudaron las ilusiones y esperanzas por sus malas gestiones, indican, y advierten que es posible que "el gobierno de la mentira" prepare una gran ofensiva de exterminio, y que los zapatistas hayan detectado señales y signos reales, hechos y provocaciones, y por falta de soluciones reales perfilen una campaña social y política.
Es previsible una "intensa internacionalización del conflicto" y que se inicie un nuevo ciclo de lucha. Ante tal situación, prevén que los zapatistas preparen una nueva lección al mundo. México, enfatizan, necesita la presencia cifvil, organizada, la palabra, el talento de todos y también del EZLN, además de que la lucha es sacrificio, pero no inmolación, porque "no es tiempo de sangre".
Por otra parte, aseveran que el tema de la transformación democrática del México social, democrático, justo, solidario, libre, próspero e internacionalista "no ocupa un lugar en la agenda de políticos en pleno ocaso", y que los poderes y las instituciones públicas están envueltos en escándalos que ellos mismos provocan como cortinas de humo para ocultar la gravedad de la crisis actual.
Al respecto, sostienen que la "mala política" mantiene vivos los principales problemas nacionales, como es el caso de Guerrero, donde transcurre una huelga de hambre de presos políticos, mientras ambientalistas y luchadores sociales son impunemente asesinados y encarcelados.
Recuerdan el caso de los jóvenes de Guadalajara que ya cumplieron un año de injusta prisión; la familia Cerezo, que sigue siendo acosada; medios informativos como La Jornada San Luis, Proceso y Noticias de Oaxaca, que sufren agresiones a la libertad de expresión como parte de la autoridad.
La partidocracia, advierten, trivializa la realidad y pretende reducir al absurdo electorero la grave situación del país; cada día crece el divorcio entre partidos y gobernantes con los pueblos de México, ya que "los de arriba ni oyen ni ven a los de abajo, mucho menos los comprenden".
Está lejos la normalidad democrática, plantean. "La impunidad, la corrupción y el crimen prevalecen sobre los grandes anhelos de un México mejor."