El modelo, recomendado por la organización
Cumple México con reducción de subsidios al campo: OCDE
Ampliar la imagen Un campesino que cultiva nopales, en imagen de archivo FOTO Jes�llaseca Foto: Jes�llaseca
El modelo seguido por México respecto a la reducción de subsidios a la agricultura "va muy en línea" con las recomendaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), señalaron analistas de este organismo.
Asimismo, advirtieron que las políticas agrícolas (sustentadas en subsidios) no son el mejor instrumento para atacar los problemas de la pobreza, aun cuando naciones como México tenga componentes "socialmente más sensibles"; es decir, millones de mexicanos (26 por ciento de la población económicamente activa) que subsisten en el sector agropecuario.
En el caso particular de este país -comentaron- instrumentos como el Procampo se aplican "con base en la propiedad de la tierra" y "no están orientados a resolver (por esta vía) la pobreza de los productores más pobres", dijo Jesús Antón, analista sobre Políticas Agrícolas y Comercio de la OCDE.
"Cuando los países, por sus propios pronósticos domésticos, subsidian a sus agricultores, entonces necesitan estar conscientes de que esto puede tener un derrame negativo, adverso para otros países, en particular para las naciones más pobres", señalaron también Wilfrid Legg, jefe de la división de Políticas y Medio Ambiente de la dirección de Agricultura de la OCDE, y Ferry Smith, analista principal de Mercado y la Política Comercial de la dirección de Agricultura de esa organización.
Actualmente, países como Japón, Islandia, Noruega y Suiza mantienen subsidios por arriba de 60 por ciento (respecto al total de la producción agropecuaria); del lado opuesto se encuentra Australia y Nueva Zelanda, con sólo 5 por ciento de apoyos de este tipo. En países que integran la Unión Europea, 34 por ciento de la producción agropecuaria está subsidiada, mientras Estados Unidos y México se encuentran en la banda de 18 por ciento.
Junto con Canadá, México mantiene una disciplina respecto a la reducción de subsidios a productores, en comparación con lo reportado antes de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
México, apunta un informe, ha reducido drásticamente los apoyos que dio al inicio de la década de los 90 mediante intervenciones y subsidios vía el consumidor, mientras en años recientes ha habido disminución en los apoyos a los precios agrícolas del mercado.
Smith preguntó: ¿qué se necesita hacer con las políticas agrícolas? Lo que se requiere -agregó- es aplicar más cambios para que haya mayor apoyo a las producciones; es decir, deben "definirse los ambientes en lugar de dar apoyo generalizado", en el contexto de las resoluciones de la ronda de Doha.
Señalaron también que los esfuerzos en este sentido no pueden ser unilaterales, y que en la reunión de la Organización Mundial de Comercio, a realizarse en diciembre próximo, se fijarán nuevas estrategias.
Los análisis de la OCDE reconocen la disminución de subsidios en México; sin embargo, identifican como una contradicción los subsidios en energéticos hacia los productores, pues "es contradictorio para preservar el recurso del agua".
En videoconferencia difundida en el centro de la OCDE en México, donde asistió como invitado el ex secretario de Hacienda José Angel Gurría, actual consultor de empresas, los especialistas comentaron los informes Agricultural Policies en OECD Countries y Agricultural Outlook 2005-2014.
En el reporte precisan que los 30 países integrantes de esta organización, incluido México, destinaron 279 mil 527 millones de dólares en subsidios a su agricultura y ganadería: 34 por ciento del valor total de la producción generada.
Este rango es similar al reportado en 1995-1997 y persiste un "alto grado de medidas distorsionantes del comercio y depresoras de los precios internacionales de las materias primas".
En las proyecciones del lapso referido, la OCDE prevé una competencia creciente que redundará en los precios de productos agrícolas, con excepción del arroz, a la baja. Con la reducción de los precios reales -explicaron los analistas- se beneficiará a países que dependen de importaciones para satisfacer sus necesidades alimentarias.