Usted está aquí: domingo 26 de junio de 2005 Espectáculos La trova yucateca renace en el gusto de jóvenes de la península

Próximo a culminar el curso de la escuela creada en el Año de Guty Cárdenas

La trova yucateca renace en el gusto de jóvenes de la península

La recuperación del tololoche, uno de los logros más celebrados: Ricardo Vega Díaz

Comparan al compositor popular mexicano, quien murió a los 27 años, con Carlos Gardel

DE LA REDACCION

La Escuela de Trova Yucateca, creada en abril pasado en el contexto del Año de Guty Cárdenas, ha tenido un éxito rotundo entre los músicos jóvenes por su afán de rescatar ese género y por su programa de estudios, afirmó su director, Ricardo Vega Díaz.

"El curso inaugural, que termina este verano, atrajo a 45 alumnos, y para septiembre, cuando se iniciará el segundo, esperamos duplicar las inscripciones", confió Vega Díaz. Explicó que la escuela sólo tiene estudiantes locales, pero más adelante se abrirá a músicos de otros estados de la República, e inclusive de otros países.

La atracción ejercida por la trova en la juventud yucateca se debe al interés generado por la celebración del centenario de Guty Cárdenas y al alto nivel académico del curso impartido en la escuela, el cual ofrece "un curso completo de trova yucateca, en el que los alumnos aprenden la génesis, evolución histórica, instrumentación y estilística", dijo Vega Díaz, quien también dirige el Centro Cultural Mejorada, de Mérida.

Previa elección de uno de los tres instrumentos básicos de un conjunto de trova -guitarra acompañante, requinto y tololoche-, los estudiantes llevan cinco materias: instrumentación, armonía para guitarra, técnica guitarrística, estilos y cantos de trova e historia del género.

La última asignatura, explicó el director, incluye documentación detallada de todos los ritmos musicales -la mayoría cubanos y algunos colombianos- que participaron en la configuración de la trova yucateca: clave, bolero, bambuco, danza valera, joropo, guaracha, son y pasillo.

"Se les enseña por etapas o épocas, señalando a Cirilo Baqueiro Chancil como precursor, pero básicamente a partir de Guty Cárdenas, quien indudablemente dio la configuración final a la trova yucateca y abrió la ruta a grandes trovadores, como Juan Acereto y Pastor Cervera, entre otros", abundó.

Una de las recuperaciones más celebradas del nuevo centro de estudios es la del tololoche, instrumento que los conjuntos de trova comenzaron a perder a partir de los años 60, cuando los quintetos o sextetos originales acortaron a tres el número de sus ejecutantes.

"Los grupos de trova se integraban antes con dos guitarras, dos requintos, un tololoche y, cuando eran de seis elementos, un violín o unas maracas. Su reducción a tríos provocó la eliminación de dicho instrumento, una guitarra, un requinto y el violín. Pero hoy el tololoche está de vuelta", dijo Vega Díaz.

El titular de la Escuela de Trova Yucateca, quien asimismo dirige el prestigioso grupo musical meridense Yahal Kab, aseveró que el centenario de Guty Cárdenas ha sido pródigo en frutos artísticos y culturales relacionados con la memoria del gran músico popular mexicano. Está prevista la presentación de dos nuevas biografías del compositor, así como un cancionero. Para cerrar, distintas instituciones estudian la posibilidad de crear un festival internacional que llevaría el nombre de Guty Cárdenas.

En camino de ser ídolo

Por otro lado, el historiador Enrique Martín Briceño y Alvaro Vega Díaz, director del Centro de Documentación, Investigación y Difusión Musical Jerónimo Baqueiro Foster, con sede en Mérida, afirmaron: "Guty Cárdenas estaba en camino de convertirse en un ídolo de la música popular latinoamericana cuando murió trágicamente".

"Era de la talla de Carlos Gardel. Tenía una voz extraordinaria, mucha personalidad y carisma; era bien parecido, muy atractivo para las mujeres, simpático, alegre y se había consolidado como el gran innovador de la música mexicana y latinoamericana", añadieron los especialistas.

Martín Briceño aclaró que el asesinato de Guty Cárdenas, ocurrido el 5 de abril de 1935, no fue obra de la "conjura por celos de ningún personaje de la política, la música o la gran empresa de aquella época -se sospechó de Agustín Lara-, sino de un lamentable pleito de cantina.

"Guty era un bohemio incorregible y un joven bronco. Tenía mesa de planta en el Salón Bach, ubicado en Bolívar casi esquina con 5 de Mayo. Aquel día se hizo de palabras con unos parroquianos españoles y uno de ellos, Angel Peláez, lo mató a tiros después de una violenta discusión. Ese accidente marcó alternativamente el fin de una vida artística acaso destinada al máximo nivel del estrellato de la música popular del continente, y el inicio de un fructífero periodo de creatividad en Yucatán y México, pues Guty había contribuido a definir la trova, el bolero y la canción romántica mexicana", añadió.

Estrecha relación con Lara

Aseveró que Cárdenas tuvo una relación estrecha con Agustín Lara, de quien grabó varias canciones, y éste, a su vez, siempre reconoció la influencia que la música de Guty -y la de los otros dos grandes creadores de la trova yucateca, Pepe Domínguez y Ricardo Palmerín- tuvo en el bolero y la canción romántica de las décadas de los 30, 40 y 50.

Guty Cárdenas Pinedo, nacido el 12 de diciembre de 1905 y asesinado a los 27 años, compuso cerca de 40 canciones de prácticamente todos los géneros en los años 20 (trova, sones, guarachas, boleros, tangos, bambucos, rancheras, corridos), y grabó cerca de 200 temas para las disqueras más importantes de Estados Unidos.

 
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