Encuesta confirma que el apoyo popular a Bush cae cada vez más
La mayoría de estadunidenses no cree que la insurgencia iraquí esté en declive
Nueva York, 27 de junio. La mayoría de los estadunidenses no acepta la versión oficial del gobierno de George W. Bush de que la "insurgencia" en Irak se está debilitando o llegando a su última fase, y sólo 46 por ciento acepta que la derrota del "enemigo" ahí tendrá algún efecto en derrotar al "terrorismo" en otros lugares, de acuerdo con una encuesta del Washington Post/ABC News publicada hoy.
El sondeo confirma tendencias de otras encuestas recientes de que el apoyo popular y la credibilidad del gobierno de Bush sobre la guerra en Irak se están deteriorando cada vez más.
Apenas uno de cada cinco estadunidenses (22 por ciento) cree que la insurgencia en Irak se está debilitando, 24 por ciento cree lo contrario, y la mayoría, 53 por ciento, considera que la resistencia contra las fuerzas estadunidenses no ha cambiado.
La semana pasada, el vicepresidente Dick Cheney había asegurado que la insurgencia estaba en sus últimas fases, pero sólo 25 por ciento está de acuerdo con él, según la encuesta.
Ante estas tendencias de debilitamiento en el apoyo del público para la política bélica de este gobierno, Bush y sus colaboradores han intensificado su presencia en los medios nacionales para tratar de revertir estas percepciones. La noche del martes el presidente ha programado un discurso en el fuerte Bragg en Carolina del Norte, que se trasmitirá en vivo a nivel nacional, para replantear y reafirmar su política de guerra tanto en Irak como en "contra del terrorismo", pero a la vez intentando advertir que será una campaña "sin tiempos fijos", y que podría prolongarse más de lo que el público desea.
A la vez, se siguen reportando que las fuerzas armadas no están logrando sus metas de reclutamiento para el ejército voluntario, y todo político, incluso el gobierno de Bush, reitera que no se está considerando la conscripción obligatoria.
Sin embargo, con la prolongación del conflicto y la carencia de nuevos reclutas, se reveló la semana pasada que el Pentágono está creando una base de datos de 30 millones de jóvenes entre 16 y 25 años de edad, con información sobre sus calificaciones, números de seguro social y sus direcciones electrónicas y números de teléfono.
El Washington Post y después el New York Times revelaron que el Pentágono, con la ayuda de un contratista privado, inició este proyecto hace tres años, pero la notificación pública obligada por ley se hizo apenas el mes pasado.
El Pentágono insiste que fue un error, y tenía la intención de registrar el hecho, ya que la ley de protección de privacidad ordena que todo proyecto del gobierno de recaudación de datos personales de ciudadanos tiene que ser anunciado al público, y se tiene que someter a un periodo de comentario abierto.
La justificación del proyecto es que si se busca mantener un ejército voluntario, y evitar la conscripción, el Pentágono necesita vías para poder comunicarse con potenciales reclutas.
Pero para críticos, esto provoca sospechas de que las fuerzas armadas buscarán comunicarse directamente con jóvenes sin el permiso de sus padres para convencerlos a sumarse a las filas militares, y para otros indica que ya hay preparativos para, si se necesitara, implementar el servicio militar obligatorio, como en tiempos de Vietnam.