Persiste el silencio en los Altos y el caracol de Oventic
Rumores y especulaciones al término del sondeo zapatista
Alcanzan a discursos gubernamentales y medios de comunicación
San Andrés Sakamch'en de los Pobres, Chis., 28 de junio. La alerta roja general del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) sigue, en medio de rumores y especulaciones, en el ''México imaginario'' (o de arriba, que decía Guillermo Bonfil, oponiéndolo al ''profundo''), y por supuesto alcanzan a los discursos gubernamentales y los medios de comunicación. Los gobiernos municipales autónomos de los Altos y el caracol de Oventic siguen tan cerrados y mudos como la semana pasada. Y si por el lado del cuartel general de Rancho Nuevo se concentran tropas federales, sus bases de operaciones en los Altos permanecen acantonadas. Sólo en la de San Andrés hoy se dejaron ver muchos soldados.
Pues con la novedad de que se derrumbó una ladera de la base de operaciones del 31 Batallón de Infantería del Ejército federal en esta cabecera municipal. A punto estuvo el deslave de bloquear la entrada al poblado. El tiradero de tierra roja, común en época de lluvias, hizo salir de su resguardo a unos 15 soldados en atuendo de faena, pues quedó formado todo un terraplén de lodo entre las cabañas del cuartel de arriba y el nivel del camino. Los militares, con picos y palas, trabajaban esta tarde para acomodar el trozo de cerro que se vino abajo.
En contraste con la quietud sepulcral de los campamentos militares de Santiago El Pinar y San Cayetano, en San Andrés la actividad no era poca, si bien enfocada a la atenta vigilancia de la posición castrense por sus cuatro costados, incluido el norte que da al patio de una escuela y a la cabecera municipal (tanto rebelde como oficial).
Si bien la actividad de las patrullas municipales es continua, las oficinas que construyó el gobierno en una callecita para la alcaldía oficial se encuentran tan cerradas y solitarias como las del concejo autónomo, que en la plaza de San Andrés siguen anunciando en un letrero la alerta roja general zapatista, la cual se mantiene después de la serie de anuncios y pronunciamientos del EZLN conocidos hasta ahora. Quizás los motivos del cierre priísta sean otros, al fin que hoy es apenas martes y de momento el gobierno no reparte ''proyectos'' ni ''programas''. Para los funcionarios priístas no hay más quehacer que vigilar las calles con sus patrullas.
Silencio tzotzil impenetrable
La consulta general de los zapatistas ya concluyó, pero el silencio de los indígenas se mantiene en las comunidades rebeldes. A los tzotziles de por sí les resulta fácil permanecer callados, impenetrables. Cincuenta años de antropología social bienintencionada no lograron romper la barrera de su ''callado dolor'' y su ''secreto milenario''. Tampoco una década de guerra y ocupación militar.
Los accesos del caracol Resistencia y rebeldía por la humanidad, sólo son resguardados por una reja metálica con candado y la escolta de dos frondosos floripondios, cargados de toloache acampanado en esas flores blancas y grandes que los tzotziles consideran de gran poder para la protección de tierras y bienes. Algo hay de mágico y algo de cierto en su presencia. La ''datura'', principio activo de la planta, garantiza pesadillas a quien se mete con ella.
Como siempre, la niebla desciende sobre los poblados de San Juan de la Libertad, Magdalena La Paz, San Andrés Sakamch'en de los Pobres y la parte alta de Chenalhó. Clarito se ve a las nubes correr ladera abajo por las montañas arboladas. Los techos de los caseríos están allí un momento, y al siguiente ya no.
Los maderos de San Juan...
Mientras tanto, el presidente Vicente Fox adelanta vísperas e invita al subcomandante Marcos para ''armar juntos'' nada menos que la ''integración'' del Ejército Zapatista a la vida política. De visita en Belmopan, Belice, se puso ''a las órdenes'' de Marcos (esa fue la cortés y coloquial expresión que utilizó) para tan altruista fin, aunque ''integración'' no forma parte de las demandas rebeldes expresadas desde 1994. Esto ya suena a Los maderos de San Juan, que piden queso y les dan un hueso. Y si no, al menos se los ofrecen.