Cancelaron en la Caniem sello postal conmemorativo del emblemático personaje
Hay Memín Pinguín para rato, pero debe renovarse: Manelick de la Parra
Ampliar la imagen Fragmento de una historieta incluida en uno de los n�s m�recientes de la revista del popular personaje creado por Yolanda Vargas Dulch�
Durante muchos años, ha hecho reír y llorar a chicos y grandes con sus aventuras; es un negrito simpático y dicharachero, de baja estatura que con su buen corazón ha conquistado a muchos lectores. Le llaman Memín Pinguín, personaje de una de las historietas más emblemáticas y de mayor lectura en México.
En honor del personaje creado por Yolanda Vargas Dulché, este martes se canceló la estampilla postal conmemorativa de Memín Pinguín, en la sede de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem).
La historia del popular personaje fue publicada por primera vez en la revista Pepín, en 1945, y reditada en esa misma publicación en 1952; además, el Grupo Editorial Vid ha realizado seis rediciones, entre 1961 y 2001.
En reconocimiento a la historieta en nuestro país, el Servicio Postal Mexicano emitió una serie de cinco estampillas, en las cuales se reproducen diferentes dibujos de este personaje.
¿Cómo nació Memín Pinguín? Manelick de la Parra Vargas, hijo de Vargas Dulché y actual director del Grupo Editorial Vid, recordó que la escritora acababa de regresar de La Habana cuando decidió crear el personaje, pues estaba fascinada con los niños negros, así que incluyó a un negrito en su historieta.
El nombre Memín Pinguín surgió a partir del apodo de Guillermo de la Parra, quien entonces era novio de Yolanda Vargas Dulché. Lo de Pinguín venía de pingo, una forma de referirse a los niños traviesos.
Durante todas las ediciones, la historia del negrito y su madre Eufrosina que lo amenazaba con pegarle, pero que al final siempre lo llenaba de besos, no ha cambiado, porque los valores que tiene, como la amistad, el amor a la madre y a sus compañeros son universales.
Tiraje de 125 mil ejemplares
Amigo insuperable de Ernestillo, Carlangas y Ricardo, Memín sigue vigente entre las nuevas generaciones, pues aunque ya no vende las cantidades tremendas de hace algunos años, está en el corazón de muchos mexicanos.
''Es la historia con mayor circulación en México y sigue gustando a chicos y a grandes. Actualmente Memín Pinguín tiene un tiraje de 120 mil ejemplares. La cancelación de la estampilla representa un nuevo contacto con la gente, porque ahora lo utilizarán para enviar cartas", expresó De la Parra.
Para el editor de la publicación y hermano de Memín ''es un orgullo llegar a los 50 años de la editorial y que el personaje aparezca en estampilla postal".
Aunque Memín seguirá con su típica gorra, zapatotes y la misma camiseta, Manelick no descartó la posibilidad de que el personaje deba renovarse para no morir, así que tiene algunos proyectos pendientes como llevarlo al cine, a una caricatura y hasta una telenovela. ''Hay Memín para rato, pero no podemos decir qué vamos a hacer".
Los adultos leen Memín Pinguín porque recuerdan su infancia, a la Ma'linda; además, como lectores, no olvidan la muerte de Trifón Godínez, el niño gordo y bonachón a quien Memín convertía en víctima de sus travesuras.
Como en todo relato hay momentos dramáticos, Malenick de la Parra señaló que ''la historieta mexicana ha ido desapareciendo, debido a que la gente dejó de leer y eso es una gran tristeza".
Recordó que en los años 50, Memín fue un vehículo para aprender a leer. ''Sí logró que por curiosidad, niños y adultos, aprendieran a leer para saber qué le pasaba a Memín. Sin embargo, las historietas han perdido fuerza, porque ahora la gente se ha hecho floja y no le gusta leer".
En 1978 se vendían 25 millones de ejemplares de historietas al mes y ahora, juntando todos sólo se venden 4 millones al año.
''Adónde se fueron los lectores y el millón y medio de ejemplares que se ven-dían de Lágrimas y risas, más un millón de Memín y otro tanto de Kalimán. Se fueron a la televisión o al analfabetismo funcional que se debe romper", cuestionó De la Parra.
El historietista mexicano, Ramón Valdiosera, por su parte, afirmó que ''fuera de Memín Pinguín y La Familia Burrón, no existen historietas mexicanas''.
Sixto Valencia Burgos, creador de la imagen de Memín Pinguín, recordó cómo lo diseñó a partir de los dibujos de Alberto Cabrera y algunas conversaciones con Vargas Dulché, quien siempre le pedía que no recortara sus textos.