Abrirá mañana el Campeonato Estudiantil en la Casa del Lago Juan José Arreola
El mundo sería mejor si se practicara más ajedrez, afirma Susan Polgar
Desarrolla la mente, enseña a ser paciente y a pensar en forma lógica, dice la ex campeona mundial desde Nueva York
Serán más de 400 los participantes en el encuentro, dedicado a ella
Ampliar la imagen Susan se adentr� este llamado juego-ciencia desde los cuatro a�de edad
La vida de Susan Polgar ha girado en torno de la cuadratura de un tablero de ajedrez, actividad en la que se adentró desde los cuatro años cuando por accidente encontró las piezas en el ático de su casa, en su natal Budapest.
Por años fue la campeona mundial femenil, lugar que compartió con su hermana Judith, quien a la fecha está situada en el casillero número ocho del escalafón mundial.
Hoy, a sus 36 años, retirada de las competencias, ha emprendido un trabajo igualmente colosal a los esfuerzos que realizó cuando de adolescente se sumió en el estudio del llamado juego-ciencia en la entonces Unión Soviética.
Polgar encabeza la fundación que lleva su nombre, la cual pretende difundir en forma no lucrativa las bondades del ajedrez en el mundo.
"Indiscutiblemente el mundo sería mejor si se practicara más el ajedrez", dice la ex campeona desde su residencia en Nueva York a La Jornada, a través del teléfono, a dos días de presentarse aquí, en la capital, para abrir el Campeonato Estudiantil organizado en la Casa del Lago Juan José Arreola de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en Chapultepec, el sábado.
"El ajedrez desarrolla la mente, ayuda a la concentración, contribuye a enfocar las situaciones, enseña a ser paciente y a pensar en forma lógica", añade esta aún reina de los tableros, quien ahora en su papel de promotora se dedica a dar partidas de exhibición en muchos países e integra el equipo olímpico de Estados Unidos, su país adoptivo desde hace 10 años.
Medallista olímpica
Su estadía con el equipo estadunidense le redituó el año pasado cuatro medallas, dos por su participación individual y otro par en la competencia por equipos durante la Olimpiada de la especialidad.
Desde su descubrimiento de los trebejos del ajedrez, como llaman algunos a las piezas, las hermanas Polgar fueron adiestradas por su padre. Nunca se consideraron superdotadas para el juego ni que éste les haya robado vida a su niñez y juventud, aun cuando le dedicaban hasta ocho horas al estudio del juego. Quizá de lo único que se lamenta Susan es que a lo largo de su carrera no haya tenido un solo entrenador, como acontece en el caso de los grandes maestros, sino que tuvo a un sin-número de mentores lo que, a su juicio, le quitó tiempo al tener que adaptarse a los estilos de enseñanza y juego de cada uno de ellos.
Su vida como ajedrecista profesional la tiene satisfecha. En cuanto a las bolsas de premios que obtuvo, aclara que no fueron tan cuantiosas como podrían ser en la actualidad, algo que, espera, se mejore, aspecto en el que ella trabaja ya, a fin de que los torneos tengan la debida exposición mundial como el certamen que se celebrará el venidero 10 de julio entre ajedrecistas estadunidenses y sus contrapartes rusos por medio de un satélite, cada quien en su país, competencia que será transmitida por la televisión por cable el 24 de julio en 50 países.
Al ahondar sobre las posibilidades de que el ajedrez sea una materia curricular, algo que no lo era ni en la ex Unión Soviética, ya que ella tuvo que cursar la carrera de profesora de educación física, dice que primero tendría que prepararse a profesores e ir organizando campeonatos conforme al nivel de los educandos.
Separada y madre de dos niños, uno de cuatro y otro de seis años de edad, Polgar niega que los grandes estrategas del juego tengan dificultades para relacionarse. "Esa es una falsa concepción del común de las personas. Nos podemos vincular con cualquiera como lo hace cualquier profesionista", aclara. Por lo que hace a sus hijos, acepta que ya se les ven cualidades para el juego, "se dedicarán en la medida que lo quieran, pero no los voy a obligar".
El campeonato de la Casa del Lago Juan José Arreola estará dedicado a Susan y tendrá poco más de 400 participantes provenientes tanto de la capital como de algunas entidades de la República, quienes agotaron las inscripciones aun antes del tiempo límite.
Desde 1959, cuando el recinto pasó a jurisdicción de la UNAM, su primer director, Juan José Arreola, apasionado de la disciplina, se dedicó a promoverla, y en la actualidad el juego-ciencia forma parte de la programación semanal de actividades entre las que se llevan a cabo diversos torneos y simultáneas.
El encuentro ajedrecístico ha adquirido gran relevancia en los años recientes, ya que enfatiza -en opinión de los titulares de la Casa del Lago- no sólo el hecho lúdico sino también la labor formativa y de educación integral de los estudiantes.
Para concluir la plática Polgar, en buen tono, advierte, luego de ser inquirida sobre si el ajedrez es más ciencia que diversión: "por esta ocasión es más un pasatiempo".