Una obra maestra de resistencia civil
Entre melómanos la ópera no es un género que quite el sueño a los más exigentes. Alejados de las manías, obsesiones y superficialidades de las greyes operópatas, los conocedores aprecian del arte operístico los capítulos nodales donde la voz humana narra, espejea, plasma con veracidad la complejidad de la naturaleza humana, en perfecta armonía con la orquesta y la profundidad dramatúrgica de un buen texto. En esa dimensión es en la que una de las obras cumbres del compositor Dmitri Shostakovich (1906-1975) se posa.
Lady Macbeth of Mtsensk, ópera escrita por Shostakovich a los 26 años de edad, es célebre porque motivó la censura, represión y prácticamente la destrucción de la vida de este autor, quien no obstante creó una de las producciones musicales (15 sinfonías, mucha música de escena y de cámara) más importantes de la historia.
Basada en un relato de Nikolai Leskov (1831-1895), quien a su vez tomó un caso que ocurrió en la vida real, retrata la vida de Katerina Ismailova, personaje trágico comparable a Emma Bovary, y quien pasó a la historia como un emblema de la lucha por los derechos de las mujeres.
Shostakovich toma esa defensa de lo femenino y a su vez las hondas connotaciones de resistencia civil de la obra de Leskov.
A la muerte de Stalin comenzó un proceso de reivindicación de Shostakovich, entre cuyos capítulos centrales está la recuperación de esta ópera a cargo de su alumno, el violonchelista Mstislav Rostropovich, quien la puso en escena, la filmó y realizó la grabación insuperable hasta el momento (discos EMI Classics) con su esposa, la soprano Galina Vishnevskaya en el papel protagonista.
Esta ''sátira desenmascaradora", como la definió Shostakovich, transcurre en este álbum de dos discos con toda su fuerza dramatúrgica, profundidad filosófica y crítica social, incluyendo la descripción sonora, explícita como nunca en la historia del arte, de un coito, capítulo que por cierto despertó la moralina, censura y furia del mismísimo Stalin. Los melómanos aprecian como oro molido esta grabación histórica, insuperable. Maravillosa y brutal.
Pablo Espinosa