Pide atender problemas de personas de carne y hueso
El racismo en EU, causa del enojo contra el personaje, señala experta
La protesta de Washington por el lanzamiento en México del timbre postal con la caricatura de Memín Pinguín confirma que ni las autoridades estadunidenses ni los grupos de afroamericanos han perdonado ni menos olvidado los "torpes y desafortunados comentarios" que el presidente Vicente Fox hizo en mayo pasado, sostuvo Eliane Levine, experta del Centro de Investigaciones sobre América del Norte de la Universidad Nacional Autónoma de México.
En entrevista con La Jornada, la especialista en migración y relaciones México-Estados Unidos precisó que es un "error descontextualizar" lo que representa el personaje creado por la escritora Yolanda Vargas Dulché y que fue dibujado por primera vez en 1942 por Alberto Cabrera, y el asunto "llegue a las altas esferas de la política estadunidense, habiendo tantos problemas que afectan a personas reales".
Fue el pasado 29 de junio cuando el Servicio Postal Mexicano lanzó los cinco timbres conmemorativos con la imagen de Memín Pinguín, personaje de una historieta que tuvo su mayor fama durante los años 60 y 70, época en la que llegaron a imprimirse más de un millón y medio de ejemplares de la revista, que no sólo se distribuyó en México, sino también llegó a Indonesia, Hong Kong y Filipinas.
De acuerdo con Levine, la reacción de la comunidad y del gobierno de Estados Unidos demuestra que "se le siguen cobrando los comentarios" al presidente Fox, pese a que la caricatura no represente al afroamericano estadunidense, pues Dulché concibió al personaje cuando viajó a Cuba en los años 30.
La experta además estimó que si en el vecino país no hubiera manifestaciones racistas por parte de los blancos no sólo hacia los afroamericanos, sino también contra los latinos, los asiáticos y los árabes, "las imágenes no causarían estas reacciones de enojo".
Pero por sobre todo, Levine subrayó que es "absurdo" que una discusión como ésta quite tiempo a autoridades de ambos países, cuando sería "más útil y provechoso" que se atendieran los problemas que "enfrentan cada día personas de carne y hueso, como los migrantes latinoamericanos".
Pero si de estereotipos se trata, la también doctora en economía mencionó que los mexicanos podrían haberse molestado por la caricatura del ratón Speedy González y sus amigos, todos sombrerudos, algunos flojos, mujeriegos y borrachos, fiesteros y ladinos, que en ese caso abiertamente querían representar la imagen de los mexicanos.
En cuanto a la actitud del gobierno mexicano de no retirar los timbres, de los cuales se lanzaron 750 mil, y que gracias a la polémica despertada ahora son un éxito de mercado y de la reventa, Levine opinó que la respuesta es acertada, y "no hay que echar pie atrás", porque la reacción no tiene una verdadera explicación en el aspecto del travieso Memín ni en sus aventuras, sino en el comentario presidencial realizado en Puerto Vallarta el pasado 13 de mayo, cuando aseveró que los migrantes mexicanos "están haciendo trabajos que ni siquiera los negros quieren hacer''.
Lo anterior, agregó Levine, tampoco es algo que esté muy alejado de la realidad, sólo que Fox "no debió haberlo expresado en esos términos, en los que hizo distinción racial; se entiende que lo que quiso decir es que los migrantes son empleados en trabajos en los que los salarios no son atractivos para los estadunidenses, pues con ellos no se puede mantener a una familia fuera de la pobreza, pero la opinión tuvo que hacerse de otra forma".