MEXICO Y LA UNION EUROPEA |
4 de julio de 2005 |
Luis Granovsky
Cinco años después de firmado, el acuerdo comercial con la Unión Europea (UE) no ha cumplido sus metas, en especial: aumentar las exportaciones, crear más empleos y diversificar los mercados. Las cifras de la Secretaría de Economía (SE) –que difieren de las de la UE– muestran que los beneficiados del acuerdo son los europeos. En 2000 el valor de las exportaciones a la UE fue de 5 mil 610.1 millones de dólares y el de las importaciones 14 mil 775.1 millones, un déficit comercial de 9 mil 164.5 millones. En 2004 las exportaciones a la UE aumentaron a 6 mil 466.6 millones (15 por ciento) y las importaciones a 20 mil 912.7 millones (41 por ciento), con un déficit comercial de 14 mil 446.1 millones, 55 por ciento más grande que en 2000. Sin embargo, hay que tener en cuenta que esas cifras reflejan el primer punto de destino y hay exportadores que triangulan vía Estados Unidos (EU), los números de la Eurostat indican que en 2004 México exportó por 8 mil 300 millones de dólares. Más de la mitad de las ventas de México se concentran en productos petroleros, vehículos y maquinaria. En importaciones una proporción similar corresponde a maquinaria, vehículos y aparatos eléctricos. El objetivo del gobierno de atraer más inversión productiva mediante acuerdos para la promoción y protección recíproca de las inversiones (APPRI) tampoco se ha logrado. La tendencia de la inversión directa europea en México es la compra de activos existentes –sobre todo en el sector servicios, en particular los financieros–, no la creación de empresas. El acuerdo ha sido beneficioso, explicó José Manuel Luna, director para Europa de la SE, porque “tenemos un déficit estructural e importamos sobre todo bienes de capital, que son insumos para la producción; ello nos permite tener superávit con EU. Además, logramos mayor variedad de tecnología, que en muchos casos es más adecuada para las Pymes, también con arancel cero”.
Para Arturo Ortiz Wagdymar, del Instituto de Investigaciones
Económicas de la UNAM, con ese acuerdo “no se ganó nada,
en la práctica se benefició a las trasnacionales, en
especial a las automotores y prácticamente los
automóviles hechos en México no existen, lo que implica
pérdida de empleos. Además, ni siquiera acudimos a las
cláusulas de reciprocidad que existen en el acuerdo”. Por no
hacerlo creció “desmesuradamente” el déficit comercial. No obstante, “las exportaciones mexicanas a la UE se quedan debajo de su potencial, porque las Pymes no han aprovechado el acuerdo y siguen enfocadas al mercado interno, cuando mucho al estadunidense” § |