Presentaron antología de la escritora y poeta
Seligson impugna el desdén oficial por la cultura: Leñero
''La Esther Seligson de A campo traviesa confía, sin decirlo, por el solo hecho de escribir, en que la palabra, la palabra pronunciada, la palabra escrita, el libro, llegue a ser la más encendida respuesta al criminal proyecto de la incultura'', señaló el escritor y periodista Vicente Leñero en la presentación de la antología de ensayos de la autora.
Durante el acto, efectuado la tarde del miércoles en la librería Octavio Paz del Fondo de Cultura Económica, ante gran cantidad de amigos y admiradores de la obra de la también poeta, Leñero agregó: ''Nuestra Esther, mexicana y judía, aprovecha la influencia de su escritura para impugnar el desdén de nuestros gobiernos y de nuestros políticos hacia la cultura''.
La voz de Seligson, ''de acentos personalísimos'', pertenece a una autora cuya emoción por la vida ''no se cumple sin traducirla en palabras'', consideró el escritor, quien también destacó el ''redescubrimiento'' que la ensayista hace de José Trigo (novela escrita en 1966 por Fernando del Paso), en un texto que publicó en la revista del Centro de Investigaciones Lingüistico-Literarias de la Universidad Veracruzana en 1976, incluido ahora en A campo traviesa.
La aportación de Seligson a la crítica teatral, entre otros temas, ''no se mide en número de artículos ni cantidad de páginas, sino en la inteligencia, el sentido común y la justeza de sus criterios'', concluyó Leñero.
En su turno, Elena Poniatowska, describió a Seligson como ''definitiva, difícil, rotunda''. Señaló que la autora de A campo traviesa ''surge de un entrecruce de caminos, hendiendo el aire con su cuerpo trabajado por la vida, con sus ideas pulidas por el viento, su ascetismo que le ha dado una dureza de sarmiento, los guijarros de su pensamiento tan definitivos como bólidos''. (El texto completo de Poniatowska se reproduce en estas páginas).
Esther Seligson (DF, 1941), ''con el pudor a flor de piel'' y la emoción reflejada en sus ojos humedecidos por las lágrimas, agradeció a quienes intervinieron en la elaboración de la antología, en particular, dijo del diseñador de la portada (diversas representaciones iconográficas del sol), Mauricio Gómez Morín: ''Me leyó el alma''.