Ceremonia en la tumba de Pessoa, antes de esparcirlas
Las cenizas del poeta Francisco Cervantes reposan en Portugal
Lisboa, 7 de julio. Las cenizas del escritor y poeta mexicano Francisco Cervantes Vidal fueron esparcidas en la desembocadura del río Tajo, para cumplir su última voluntad, después de realizarse una ceremonia en la tumba de Fernando Pessoa.
Cervantes Vidal fue el traductor más importante en México de ese poeta portugués, por lo cual recibió en 1999 la Orden de Infante Dom Henrique en grado de comendador, entregada por el presidente de Portugal, Jorge Sampaio, durante una visita a México, ''por su lusofilia y lusofonía apasionada, que le volvió con los años casi un portugués''.
En el acto estuvieron presentes familiares de Francisco Cervantes, el embajador de México en Portugal, Mauricio Toussaint, la presidenta del Instituto Camoes, Simoneta Luz Afonso, la directora de la Casa Fernando Pessoa, Clara Ferreira Alves, y el ex embajador de Portugal en México Antonio Antas de Campos, entre otros.
Tras el acto en el cementerio de los Jerónimos, las cenizas fueron trasladadas en una corbeta de la marina portuguesa al río Tajo y esparcidas por su hermano José Cervantes en la zona comprendida entre los emblemáticos Monumento a los Descubrimientos y la Torre de Belem.
En México, el Fondo de Cultura Económica (FCE), reditará la antología Cantado para nadie y en Querétaro se instituirá el Premio de Poesía Francisco Cervantes.
El poeta fallecido el pasado 23 de enero, se dedicó desde los años 60 hasta su muerte a divulgar la cultura y la lengua portuguesas, que aprendió de forma autodidacta.
Tradujo, entre otros volúmenes, Vida y obra, de Fernando Pessoa; Oda marítima, de Alvaro de Campos, y El mandarín, de José María Eça de Queiroz.