Frederica von Stade regresa por tercera vez al país para presentarse en Bellas Artes
Ante el caos, ''recuperemos la belleza artística''
Ampliar la imagen Frederica von Stade, mezzosoprano FOTO Archivo Foto: Archivo
Más que nunca, el mundo necesita de la belleza del arte. Esta es la opinión de la mezzosoprano Frederica von Stade, convencida de que la dinámica contemporánea está orientada a reducir las capacidades humanas y, con ello, la alegría y la felicidad en vez de fomentarlas.
''Vivimos en una época muy fuerte, de caos y confusión, en la que todo se ha vuelto muy ruidoso. Es importante que recuperemos la belleza como una salida a eso", sostiene.
''Debemos regresar a lo hermoso, a lo que nos haga imaginar y nos evoque lo que es importante. Muchas personas ya no saben qué es lo hermoso, no tienen contacto con la magia de la belleza. Por eso para mí es muy importante compartir la poesía.''
Con 35 años de trayectoria y consolidada como una de las más afamadas cantantes de la actualidad, Flicka (así conocida por amigos y público) regresa por tercera ocasión a México para ofrecer un recital en el Palacio de Bellas Artes, el jueves 14 de julio.
Acompañada por una pianista argentina, presentará un programa con obras de Fauré, Strauss, Ginastera, Bernstein, Heggie, Lee Hoiby, Ambrise Thomas y Schoenberg.
En conferencia telefónica desde Estados Unidos, su país natal, la intérprete define al canto como ''un derecho de nacimiento de todo ser humano".
Deplora que en algunos países, entre ellos su patria y México, se suprima la música de los planes de estudio oficiales.
''Toda persona adora cantar. Lo hacemos a casi toda hora y en casi todos los lugares. Es una de nuestras grandes magias como seres humanos. No debemos olvidar que la música es una especie de acercamiento a Dios que toca el alma de las personas y sus sentimientos."
La voz es como el cuerpo del atleta
De trato amable y generoso, Von Stade señala que el éxito de un cantante, amén de la voz, depende en gran medida de seguir fielmente las indicaciones que casi todo compositor hace en sus obras. Al respecto, añade, ''los cantantes somos como sirvientes" de los autores. Denominada a sí misma ''la abuelita" del canto, la mezzosoprano resalta que no basta con tener el don de la voz; ''hay que trabajar mucho y muy duro, siempre. Yo trato a la voz como un atleta lo hace con su cuerpo".
Y acepta que, conforme pasa el tiempo, cada vez resulta más difícil desarrollar su trabajo:
''Mi gran reto de ahora es la memoria, recordar todo. Tengo el disco duro muy lleno."