MEXICO SA
Unocal: dilema estadunidense sobre las leyes del libre mercado
PAN desmoronado
Las rebanadas del pastel:
EL GOBIERNO DE Estados Unidos se asume como un convencido "impulsor" de la apertura de territorios, la libertad económica, las "asociaciones estratégicas", la integración de los mercados, la "colaboración" energética y tantas otras bellezas de la globalización. Lo es, aunque siempre allende sus fronteras.
PUNTA DE LANZA de esa política han sido las petroleras de aquel país, las cuales, con o sin permiso, prácticamente se han colado en todas partes y han destrozado los ecosistemas de aquí y allá. Para estas trasnacionales no existe frontera que las detenga, y cuentan con el aval y el poder de "convencimiento" del gobierno estadunidense. Son las leyes del mercado, dicen, y hay que respetarlas.
SERA LA FALTA de costumbre, pero el imperio y sus trasnacionales no terminan de superar el pánico provocado por la intentona de una empresa de bandera extranjera para adquirir la novena petrolera estadunidense, mediante el pago de la nada despreciable cantidad de 18 mil 500 millones de dólares, en detrimento de la oferta presentada por una de las consentidas del gobierno Bush.
VERDADERAMENTE APANICADOS (APORTACION del lingüista del "cambio") quedaron la Casa Blanca, el Congreso de Estados Unidos y las trasnacionales energéticas made in USA, tras conocer que al consorcio estatal China National Offshore Oil Corporation (CNOOC) se le ocurrió presentar una oferta para adquirir la empresa petrolera estadunidense Unocal y desinflar el ofrecimiento económico que con el mismo fin había realizado Chevron-Texaco, la misma que hoy -con la bandera de la apertura de fronteras, la libertad económica, las "asociaciones estratégicas", la integración de mercados, la "colaboración" energética y demás- construye una planta regasificadora altamente contaminante en las islas Coronado, en territorio mexicano, con el visto bueno del gobierno del "cambio".
LA TEMIBLE EMPRESA CNOOC tiene varios problemas: es propiedad estatal, tiene mucho que ver con el Partido Comunista de China y cuenta con una envidiable liquidez que le permite ofrecer -dólar sobre dólar- 18 mil 500 millones de dólares, o más, por la novena petrolera de un país que promueve la "libre" participación en los negocios, como en Irak lo hacen Halliburton, Exxon-Mobil, Chevron-Texaco y otras trasnacionales estadunidenses.
EL PRESIDENTE DEL gigante petrolero chino, Fu Chengyu, ha dicho que si la aterrada reacción estadunidense es motivada por falta de dinero, entonces no habría problema porque estaría dispuesto a incrementar la oferta, en el entendido de que esas son las leyes del mercado. Sin embargo, la apanicada Casa Blanca considera que ella es el mercado y, por ende, dicta las leyes.
POR ELLO, GEORGE W. Bush instruyó a Condoleezza Rice para que viajara a Beijing y negociara la aterradora oferta de CNOOC. La halcona aterriza hoy en la capital china en su doble función: como secretaria de Estado y ex integrante de la junta directiva de la trasnacional Chevron, es decir el rival del consorcio chino en la puja por Unocal.
PARA LA CASA Blanca y el Congreso el problema no es que los chinos compren las oficinas de Unocal en Estados Unidos, sino las propiedades que esta petrolera acumula en otras latitudes, como es el caso de un oleoducto en el Mar Caspio y su presencia en Tailandia, Indonesia, Myanmar (antes Birmania), Bangladesh, Azerbaijan y Vietnam, así como el oleoducto Baku-Tbilisi-Ceyhan.
TAMBIEN ATERRADOS, LOS ideólogos de la Heritage Foundation advirtieron que el objetivo de la empresa china "no es económico sino estratégico", como si el expansionismo de las trasnacionales estadunidenses fuera estrictamente por razones de negocios.
PARA DAR UN contexto del pánico de la Casa Blanca y el Congreso estadunidense, retomamos un artículo de la publicación española América Económica. El columnista de Raw Story, John Steinberg publicó un artículo titulado "La tercera Guerra mundial acaba de empezar", en el que ofrecía a sus lectores algunas páginas de Internet publicadas hace un par de años. En ellas se recuerdan las conexiones que siempre tuvo Unocal en Afganistán, hasta el punto de llegar a un acuerdo en 1997 con representantes del régimen talibán que viajaron a Texas, estado gobernado entonces por George W. Bush, para conseguir que su proyecto de construir un oleoducto para el petróleo del Mar Caspio pasara por este país, una zona considerada prioritaria por el actual vicepresidente Dick Cheney, cuando era consejero delegado de Halliburton.
ADEMAS, EL OLEODUCTO iba a pasar justo por el territorio más cercano a China. En aquel momento, a los políticos del estado de la estrella solitaria no pareció importarles que desde agosto del año anterior Bin Laden hubiera sido acogido por los talibanes tras ser expulsado de Sudán gracias a la presión política ejercida por Washington. El giro radical del régimen talibán provocó un cambio en la estrategia de Unocal en Afganistán, pero sus intereses en el proyecto del oleoducto siguen intactos. Y avanzaron sustancialmente después de que Estados Unidos invadiera este país en respuesta al 11-S, aunque algunos columnistas han asegurado que la invasión se hubiera producido de todos modos.
LO CIERTO ES que, según publicaba Le Monde poco después del éxito de la campaña militar, el primer jefe de Gobierno de Afganistán, Hamid Karzai, que aún se mantiene en el cargo, había trabajado como asesor para la petrolera californiana (Unocal), lo mismo que Zalmay Khalilzad, quien fue nombrado por Bush como enviado de la Casa Blanca para aquel país y ahora ha sido designado embajador de Estados Unidos en Irak.
EL PRINCIPAL ACCIONISTA de Unocal es Doge & Cox Inc, consorcio que posee 14.07 por ciento, según los informes entregados a la SEC el 31 de marzo de 2005. Una gestora de fondos de Boston, fundada en 1930, que ha trabajado frecuentemente en conexión con la empresa de capital riesgo estadunidense Carlyle, en la que Bush padre trabajó como "embajador" para Medio Oriente a cambio de una participación en el accionariado de la firma, según las informaciones publicadas por The New York Times en marzo de 2001.
ESE ES EL "libre" mercado que "impulsa" el gobierno estadunidense.
SOLIDARIO, EL PAN se desmorona junto con el inquilino de Los Pinos.