Usted está aquí: sábado 9 de julio de 2005 Mundo LOS DE ABAJO

LOS DE ABAJO

Gloria Muñoz Ramírez

LAS EMPRESAS RECUPERADAS por los trabajadores en Argentina tienen el desafío no sólo de conservar y crear puestos de trabajo, sino también abrir espacios de participación horizontal, sin la figura del patrón y estableciendo nuevas relaciones entre los trabajadores.

LA COOPERATIVA UNIDOS por el Calzado (CUC) es una fábrica recuperada por sus trabajadores y autogestionada por ellos desde el 17 de octubre de 2003, fecha en la que obreros y empleados despedidos rompieron las cadenas de las puertas de la empresa, declarada en quiebra, entraron y se pusieron a laborar.

UN MES ANTES de la irrupción de los trabajadores, la fábrica de calzado e indumentaria deportiva, llamada entonces Gatic, presentó una deuda de acreedores y cerró las instalaciones, dejando en la calle a 250 empleados, que se sumaron a una larga lista de despidos anteriores.

EL REMATE Y el desempleo fueron enfrentados por un grupo de trabajadores "que nunca nos resignamos y decidimos tomar la empresa para formar una cooperativa", relata Alicia, obrera y ahora socia de la CUC. "Desde que obtuvimos la expropiación, en 2004, hemos puesto todo nuestro esfuerzo y voluntad para trabajar en equipo, con democracia directa, sin jefes, sin empleados, sólo gente trabajando", explica, al tiempo que ofrece el calzado de su propia marca en el lobby del hotel Bauen, otro espacio recuperado en el centro de Buenos Aires.

LA CUC SE localiza en San Martín (primer cordón industrial del conurbano bonaerense), en el mismo lugar en que hace más de 50 años su fundador, un argentino hijo de inmigrantes, comenzó la construcción de lo que sería una gran empresa nacional que ostentaría la concesión de la marca Adidas y sería proveedora de zapatos y ropa deportiva de la flamante selección nacional de futbol de Argentina. Gatic llegó a tener más de 20 plantas de producción en las provincias de Buenos Aires, La Rioja, Córdoba y Corrientes, y contabilizaba alrededor de 7 mil 200 trabajadores en sus épocas de esplendor.

EN ESA EPOCA los trabajadores llegaron a vivir cierta bonanza económica, que se fue perdiendo paulatinamente durante el menemismo. Se señalan como causantes de la debacle la apertura indiscriminada del mercado local, la crisis económica del país en general, un endeudamiento feroz y errores de gestión cometidos por sus directivos.

HOY HAY 160 obreros y obreras en la fábrica de San Martín, que se encargan de las áreas de suelas, bordado, cosido, armado, empacado y distribución de una producción de aproximadamente mil pares diarios que, además de venderse de manera directa, ahora se distribuyen por pedidos a otras fábricas y hasta a otros países.

ES REALMENTE MUY poco el tiempo transcurrido y muchos los logros. La cooperativa mantiene su independencia y se niega a pertenecer a grupo político alguno. Pelea contra el monstruo que representa la competencia del gran capital, contra sus propias inercias y hábitos de producción, y enfrenta mil problemas por la falta de insumos, pero, como dice Alicia, "aprendemos a caminar solos y demostramos que no hace falta explotar a nadie para ser competitivos".

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