Informe mundial 2005 de la OIT
AL, de las zonas con índices más altos en trabajo forzoso
Las áreas con mayor incidencia de trabajo forzoso en relación con su cantidad de población son Asia y el Pacífico, América Latina (AL) y el Caribe, y Africa subsahariana, y en éstas la principal modalidad es la "impuesta por agentes privados con fines de explotación económica", establece el informe 2005 Una alianza global contra el trabajo forzoso, elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
En el estudio se detalla que en Latinoamérica 75 por ciento del trabajo forzoso con fines económicos es impuesto por el sector privado, 16 por ciento por el Estado y 9 por ciento tiene fines de explotación sexual. Se detalla que son las zonas de Asia y el Pacífico en donde existen más personas en esta situación, pues son 9 millones 490 mil; le siguen América Latina y el Caribe con un millón 320 mil, y Africa subsahariana con 660 mil.
Pero en esta lista también están los países industrializados, en los cuales 360 mil personas son seveamente explotadas, mientras que en Oriente Medio y Africa del Norte son 260 mil, establece la OIT al resaltar que estas cifras ponen de manifiesto "la aparición de nuevas formas de trabajo forzoso vinculadas a la globalización, migración y trata de personas".
El organismo destaca que en el mundo la principal forma de trabajo forzoso es aquella con fines económicos; ya que son 7 millones 810 mil personas las que padecen la explotación; a 2 millones 490 mil el trabajo forzoso les es impuesto por el Estado o por grupos militares; un millón 390 son víctimas de este tipo de labores con fines de explotación sexual, y 610 mil lo experimentan en una mezcla de modalidades.
La OIT define como trabajo forzoso aquél que se "exige bajo la amenaza de una pena y se lleva a cabo de forma involuntaria", y lo cataloga como "una grave violación de los derechos humanos y una restricción de la libertad personal".
Para la OIT el trabajo forzoso "no puede equiparse simplemente con salarios bajos o con condiciones de trabajo precarias", y aclara que el concepto tampoco abarca "situaciones de mera necesidad económica", tales como la incapacidad de dejar un puesto de trabajo por la falta de alternativas de empleo. No obstante, legislaciones de algunos países sí lo relacionan con condiciones de trabajo precarias.
En el mundo, por lo menos 12.3 millones de personas son víctimas de trabajo forzoso, precisa el informe, y hace hincapié en que pese a que es impuesto por el Estado sigue suscitando gran preocupación, éste parece estar declinando en todo el mundo, y agrega que el caso más sobresaliente es el de los militares en Myanmar, quienes imponen labores extremas; similar situación se vive con los gobiernos de Tayikistán y Uzbekistán, con el caso de trabajos forzosos en los algodonales, que ha afectado principalmente a mujeres, niños y estudiantes jóvenes, precisa la OIT.
En cuanto a aquél originado por la trata de personas, el organismo refiere que el número mínimo estimado de quienes la padecen es de 2 millones 450 mil, es decir, casi 20 por ciento del trabajo forzoso exigido por agentes privados; detalla que tan sólo en Asia y el Pacífico son un millón 360 mil los que desempeñan labores forzosas como consecuencia de la trata de personas; en los países industrializados son 270 mil, y en América Latina y el Caribe 230 mil.
La mayor parte de las víctimas de la trata personas y sometidas a trabajar forzosamente con fines sexuales, son 43 por ciento, y 32 por ciento para explotación económica, mientras que el resto es por "motivos varios", y son las mujeres la mayoría de las víctimas. En el caso de explotación económica 56 por ciento corresponde a mujeres y niñas, y en la sexual comercial forzosa, 98 por ciento.