110 años del Sonido 13
Nacido en 1875 en Ahualulco, San Luis Potosí, y fallecido en 1965, Julián Carrillo fue el último de 19 hijos de una familia de origen indígena. Su primer encuentro con la música se dio en el coro infantil de una iglesia
Entre 1895 y 1897 estudió en el Conservatorio Nacional, donde tuvo entre sus maestros a Melesio Morales, quien fue el primer compositor mexicano al que se le tocó una ópera en Europa.
Se dice, de acuerdo con Jimena Giménez Cacho, que en la clase de armonía casi retando al maestro le dijo: "si tres sonidos se pueden tocar simultáneamente para formar un acorde, igualmente se podrían tocar acordes de 12 sonidos". A lo que contestó el maestro: "Gracias a Dios, muchacho, que para cuando eso suceda ya habré muerto".
En esa época del conservatorio, el 13 de julio de 1895, Carrillo descubrió el Sonido 13, en su clase de acústica al dividir la cuerda de su violín en segmentos proporcionales más cortos y escuchar que había más sonidos de los 12 que se utilizaban. Al romperse el ciclo de 12 sonidos, enfatiza, se dio cuenta que las posibilidades sonoras se abrían al infinito.
"Las vibraciones producen sonidos, no son los sonidos los que producen vibraciones. Así, pues, se abre el oído humano a las 30 mil vibraciones que puede escuchar. En materia de sonido no existe el vacío, todo se llena y todo se oye", cita la chelista al compositor.
De acuerdo con ella, las inquietudes por el microtonalismo no fueron aisladas ni únicas de Carrillo. Se trató de un movimiento que se gestó en varios países de Europa a finales del siglo XIX y principios del XX y que buscaba romper con los patrones imperantes.
El compositor mandó construir diversos instrumentos especiales para su propuesta microtonalista, entre ellos arpas, guitarras y pianos; estos últimos iban desde el tercio hasta el dieciseisavo de tono (este último piano recorre 97 teclas en la distancia de una octava de piano normal).
Merecedor de múltiples premios y reconocimientos internacionales, tanto como intérprete como compositor e inventor, no pocos compositores y músicos de talla internacional se vieron fascinados por las propuestas del músico potosino, entre ellos Leopold Stokowsky.
"Los pianos de Carrillo descubren un maravilloso mundo sonoro digno compararse con el descubrimiento de América", expresó alguna vez el músico de origen ruso Ivan Wischnegradsky.
Angel Vargas