ASTILLERO
Patriotas
Gobernadores modestos
Priístas abnegados
Madrazo relega a sus fieles seguidores
PUROS HEROES patrios está produciendo el país en estos momentos. Todos los políticos posan para el bronce, convencidos de que sus esfuerzos actuales obedecen a un cristalino amor a la nación y no a mezquinas ambiciones personales o de grupo. El Presidente de la República es el primero en fabricarse pergaminos de reconocimiento firmados por él mismo, cuando dice en gira de trabajo por Yucatán que su administración "ha hecho mucho más que cualquier otro gobierno en la historia del país", desplegando enseguida, como prueba, los incontestables datos oficiales del reino de Foxilandia. Sabidamente modesto, otro prócer muerde con picardía el rebozo cuando los reporteros le hablan de una encuesta de opinión en la que ha bajado unos puntos de popularidad, pues, dice el recatado tabasqueño puntero, en otros estudios tiene más ventaja sobre sus adversarios, de tal manera que "entonces, ahí vamos, pobremente".
PERO NO HAY COLECTIVIDAD sobre el suelo mexicano que tenga más méritos cívicos en este momento que los priístas. Escuchar sus fervores patrios es una delicia, convencidos como están de que sus duelos de traiciones y mentiras son en realidad magnánimas contribuciones al progreso del país. Cuando relatan, en estas horas de apuñalamientos por la espalda, lo que están haciendo y negociando rumbo a la sesión de hoy del Consejo Político Nacional, se extienden con largueza, detallando su amor a México, su preocupación por las generaciones venideras y su desinterés por lo circunstancial y efímero. La profesora Elba Esther, por ejemplo, no es que quiera aprovechar el momento estatutario para cobrarle cuentas a su adversario necesitado de dejar el cargo, ni que busque pegar de doblete en términos partidistas buscando presidir formalmente el PRI como informalmente lo hace con el Panal (Partido Nueva Alianza); nada de eso, la señora Gordillo solamente quiere servir a la Patria haciendo que se respete la normatividad de su partido (este tecleador estuvo a punto de llorar al leer en la columna de Francisco Garfias, Arsenal, que de Milenio pasó al Salinews, que "en una charla informal efectuada la noche del viernes en casa de la periodista Isabel Arvide, quien celebraba su onomástico", Manuel Angel Núñez Soto había advertido los riesgos gravísimos que se derivarían de un incumplimiento de los estatutos priístas y de hacer a un lado a Gordillo: "¿con qué cara le voy a inculcar el priísmo a mis hijos?, se preguntó el hidalguense". Imagínese el lector la trágica escena en que el citado Núñez tuviese que reconocer ante sus vástagos que, ¡oh, en el PRI no se respetan los estatutos! ¡Oh, pero ¿desde cuándo, cómo, por qué?!).
UNA VISION MENOS idílica muestra que la ambición desatada por un presunto botín presidencial está haciendo que cierren filas los piratas hasta ahora divididos en facciones aparentemente feroces. El único personaje que puede encaminar a los priístas de regreso a Los Pinos es Roberto Madrazo (a pesar de su propia historia y a pesar de sus adversarios, hasta ahora doblegados uno a uno) y a esa apuesta necesaria están sumando sus capitales inflados los tahúres de tres colores. Madracistas y tucomes caminan más o menos por la misma línea, pero la profesora Gordillo juega en varias bandas, una de ellas (la de su desgracia política más reciente) es la pareja presidencial con quien mantiene amistad y alianza. Madrazo sabe que si descuida el aparato partidista tendrá problemas graves a lo largo de una campaña que sería saboteada magistralmente, pero también necesita hoy arrojar trozos de carne a la jauría interna para que lo dejen llegar a su meta intermedia que es la candidatura.
EN ESA DOBLE PISTA, Madrazo está dejando en segundo término a los propios, a quienes le han sido fieles hasta ahora pero ven que en aras de satisfacer a los opositores relega a los antiguos seguidores. Oaxaca ha sido y seguirá siendo un punto de referencia para Madrazo; desde allí se construyó con excesos, sin pudor, la masa de votos que le llevó a la presidencia priísta y desde allí se le ha apoyado con todo (incluso con recursos lícitos) en momentos críticos, pero ahora también puede encontrar en las filas de esa entidad la resistencia a acuerdos desesperados con el gordillismo.
EN EL MAR DE RUMORES destacaba anoche la posibilidad de que el actual presidente del PRI continuara en el cargo hasta agosto, lo que daría margen a continuar las negociaciones con la secretaria general enferma, pero aún con fuerza para entrampar los planes de sus adversarios. También se hablaba de opciones como Juan S. Millán, ex gobernador de Sinaloa, que le daría gran cartel al partido tricolor. En tanto, el fantasma de la profesora ausente continuaba rondando con una pancarta chocarrera anunciante de presuntas rupturas y desgracias para quien se atreviera a contradecir sus pretensiones de expansión clínico-partidista. Sea como fuere, pase lo que pase, arréglense como se arreglen, los priístas ya tienen virtual candidato, aunque todavía deben pasar el trago amargo de sobrellevar un fardo caciquil que de cualquier manera tiene otros planes para sí misma.
ASTILLAS: Elena Michel, reportera de El Economista, preguntó ayer al jefe del Gobierno capitalino: "...con todo respeto, ¿me podría aclarar o informar si entre enero y hace 15 días usted tuvo una lesión muy fuerte en la zona lumbar, y fue atendido por el doctor Olasco Ara?" Respuesta de AMLO: "O sea..." Insistencia de la reportera: "Con todo respeto, señor, digo...". De nuevo AMLO: "Con todo respeto le digo que eso; que estoy muy bien de salud, gozo, ¿mande?" Nueva indagación: "Sólo quiero saber si tuvo una contractura". Final de la conferencia mañanera: "Estoy muy bien de salud, gozo de cabal salud, estoy entero, muchas gracias"... Y por hoy es todo: ¡hasta mañana, mientras el foxismo se niega a expedir esquela oficial a otro de los grandes negocios sexenales, el petroquímico llamado Fénix!
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