Se fugó en 1986 tras abrir un boquete con una granada
Capturan en Los Angeles a Alfredo Ríos Galeana
Encabezaba bandas de asaltabancos y de secuestradores
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Alfredo R� Galeana FOTO Archivo
Foto: Archivo
Elementos de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), en colaboración con autoridades estadunidenses y de la Procuraduría General de la República, aprehendieron el pasado fin de semana en la ciudad de Los Angeles, California, a Alfredo Ríos Galeana.
Ríos Galeana, a quien se consideraba "el enemigo público número uno" en nuestro país, encabezó en la década de los años 80 bandas dedicadas al robo de bancos y al secuestro. En tres ocasiones se fugó de diferentes centros de reclusión, y de acuerdo con autoridades por lo menos tres veces se sometió a cirugías plásticas para no ser identificado.
Fuentes de la PGJDF confirmaron la captura e indicaron que en las próximas horas será extraditado a nuestro país y entregado a la procuraduría capitalina, ya que ésta fue "la que coordinó la pesquisa" y realizó la investigación.
Antes de ingresar al crimen organizado, Ríos Galeana perteneció a la Brigada de Fusileros Paracaidistas, que era uno de los "cuerpos duros" del Ejército Mexicano.
Posteriormente formó parte del Batallón de Radio Patrullas del estado de México, donde alcanzó el grado de primer comandante, pero cuando el entonces gobernador de aquel estado decidió desaparecer ese grupo militar, Ríos Galeana comenzó su carrera delictiva.
Asaltos bancarios en el Distrito Federal y en los estados de Hidalgo, Querétaro y México fueron encabezados por Ríos Galeana, además de que varios empresarios y comerciantes fueron secuestrados por las organizaciones delictivas de éste.
El 22 de noviembre de 1986, cuando se encontraba preso en el Reclusorio Sur del Distrito Federal, un comando de ocho sujetos armados se presentó en el juzgado 33. Esperaron que su líder apareciera en la rejilla de prácticas y lanzaron una granada de mano. El boquete que se abrió permitió a Ríos Galeana darse a la fuga.
Dos años después integró otro comando armado, que logró rescatar del penal de Santa Martha Acatitla a José Bernabé Cortés Mendoza, El Marino, quien se convirtió en su lugarteniente.