Para muchos pasó desapercibida su presencia
Reunión informal en la Zona Rosa entre el Presidente y Carlos Abascal
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La escena fue captada ayer en el patio del restaurante Casa Bell, de la colonia Ju�z FOTO Jos�ntonio L�
Foto: Jos�ntonio L�
La botella de vino tinto Marqués del Riscal quedó a medias. Para el presidente Vicente Fox y su secretario de Gobernación, Carlos Abascal, una o dos copas fueron suficientes para acompañar la comida y, en esa cita, hacer reflexiones, comentarios y hasta diseñar estrategias sobre los tiempos políticos por venir.
Por ahí de las 14:30 horas llegó el mandatario a Casa Bell, el restaurante de la Zona Rosa hermano del Bellinghausen. Ya aguardaba Abascal.
Desde ese momento hasta pasadas las cuatro de la tarde, entre tacos de pato Bell, sopa de lentejas, robalo a la plancha y gelatina -el menú del Presidente- y chamorro a la mexicana, ambos políticos se enfrascaron en una conversación apenas interrumpida por tres fotógrafos a los que se les permitió captar el momento.
Atendidos diligentemente por "Camacho", el mesero a quien se encomienda atender a los políticos, Vicente Fox y Carlos Abascal de algún modo celebraron ayer el primer mes de este último en el antiguo Palacio de Covián.
No se trató de un acuerdo, sino de un encuentro informal, de "relajamiento" lejos de telefonemas y otras distracciones. Simplemente Fox expresó su interés por Abascal: "¿Cómo te ha ido? Dame tu balance". Y, en efecto, el ambiente era de franca camaradería entre ambos. Carcajadas frecuentes y en otros momentos pareciera que pasaban a las confidencias.
Instalados en una de las mesas preferidas por Fox, junto a una de las paredes del patio, sin hacer ostensible el trabajo de elementos del Estado Mayor Presidencial, la presencia de ambos personajes pasó desapercibida para muchos comensales.
Entre estos últimos estuvo el ex subsecretario de Gobernación Francisco Paoli Bolio, quien llegó al restaurante y pasó de largo. Pero algunos abogados, quienes ayer festejaban su día, y muchos más de los comensales habituales de la Casa Bell, checaron el dato, voltearon hacia la mesa del Presidente y, siguieron en lo suyo.