El colectivo Neza Arte Nel, autor del mural, no asistió al debate del Faro
No se llegó a ningún acuerdo sobre la permanencia de Xólotl
La policía irrumpió con violencia en busca de presuntos asaltantes
Fueron tres horas
de opiniones en favor y en contra
La discusión pública continuará el próximo sábado
Ampliar la imagen Cada uno de los participantes tuvo tres minutos para expresar su postura FOTO Jes�llaseca Foto: Jes�llaseca
Ajolotes, salamandras, víboras mutadas y el operativo Tornado convirtieron la tarde de ayer a la Fábrica de Artes y Oficios de (Faro) de Oriente en un espejo que refleja la realidad del barrio. Mientras en el interior del principal centro cultural de la zona se discutía sobre el futuro del ensamble mural-grafiti Xólotl, que envuelve el edificio diseñado por Alberto Kalach, fuerzas de la policía capitalina irrumpían con lujo de violencia en ese espacio, encañonando a los asistentes, en busca de los presuntos asaltantes de un basurero.
No hubo, detenidos ni acuerdos en torno del mural. La violencia está presente en el rumbo, pero también en los espacios donde se celebra la creatividad y la tolerancia.
Benjamín González, director del Faro, lo había dejado claro desde el principio de la reunión; "Se trataba de celebrar un debate, no de llegar a una posición resolutiva".
Poco antes de las tres de la tarde el centenar de personas que había participado en la consulta sobre la pertinencia de borrar o mantener el mural, se disponía a partir alentada por el resultado de la asamblea. Mientras algunos de los participantes se pronunciaron por recrear los muros, otros llamaron a la conservación de partes de la obra, las más representativas, a la vez que reclamaban un espacio para la experimentación de las nuevas generaciones de artistas surgidas del Faro. Finalmente se decidió posponer la votación sobre el destino de la obra ante la ausencia de los integrantes del colectivo Neza Arte Nel. La asamblea los volvió a convocar a un debate para el próximo sábado en las instalaciones del Faro, con el fin de continuar el debate.
Desde mediodía se percibía un ambiente especial. Docenas de sillas se disponían en el lugar donde en la tarde se realizaría la discusión. El derecho a conservar o el derecho a renovar los muros del edificio serían discutidos por toda la comunidad. Sorprendentemente llegaron decenas de alumnos, artistas, escritores, y público en general demostrando la importancia del tema. La incertidumbre se notaba a leguas.
El público miraba los relojes que marcaban las 12:30 horas mientras los integrantes del colectivo Neza Arte Nel continuaban ausentes. La dirección del Faro realizaba llamadas para localizar a los artistas. Por fin, cerca de las 13:30, Primo Mendoza, quien se presentó como vocero de Neza Arte Nel, anunció que el colectivo no se presentaría al debate, argumentando que el Faro no era un lugar propicio para la discusión imparcial del tema.
En un comunicado, daban cuenta de los motivos por los que la obra no debía ser alterada. "Inclusive con la votación de un sector en contra no se puede borrar el mural Xólotl, ya que un sector no puede pasar por arriba de los derechos morales de los autores artísticos e intelectuales del colectivo Neza Arte Nel; están protegidos por la ley de nuestro país".
La palabra era cedida cada tres minutos y la lista seguía larga. Todos querían opinar, a todos les importaba el asunto. "La arquitectura del Faro es como la piel de una víbora, que debe cambiar cada temporada", decían algunos. "Pero sólo cuando lo necesite", respondían otros. Fueron tres horas de argumentos para decidir qué hacer con el mural. La comunidad estaba dividida, nadie quería destruir para construir, pero la necesidad de mutar les preocupaba a todos. "Dejen que el Xólotl salga del agua y se convierta en salamandra", planteaba Hugo Peláez, tallerista de alebrijes.
Discusión sobre un asunto valioso
En la parte final, el poeta Eduardo Vázquez, fundador del Faro, celebró que "en estos tiempos de tantos debates frívolos, estériles y banales a los que los políticos nos han acostumbrado, estemos aquí para discutir algo verdaderamente valioso, y esto es la relación de una comunidad con su entorno, con un producto artístico".
Finalmente señaló: "No debemos caer en una confrontación con aquellos que pintaron las primeras paredes, como si fueran enemigos, cuando en realidad lo que se busca es la integración del Faro a su propia arquitectura. Este es un espacio de creación, de invención, de ensayo, y es un hecho muy lamentable que no hayan asistido los artistas. No creo que una discusión pública frente a las paredes en las que está su obra tenga que trasladarse a 30 kilómetros de distancia para ser neutral, porque la mayoría viene a esta reunión sin una posición adoptada y sólo desea escuchar".
Marco Polo Mendoza Díaz, tallerista de Escultura en Metal, destacó que los artistas de Neza "buscan la permanencia de una obra que lleva como pauta transgredir; ser el cambio, cerrando el espacio a nuevas expresiones, lo cual es sumamente lamentable, como también lo es que los integrantes del colectivo no estén aquí para poder entablar un diálogo".
Por su parte, Argel Gómez, coordinador de los talleres del Faro, reconoció que el mural ha sido trascendente. Los talleres han tomado el tema del ajolote como un elemento de identidad que simboliza al Faro, reinterpretándolo en distintos materiales y por distintos medios. La misma idea de la renovación del mural se proponía como un replanteamiento del ajolote, no como el abandono de ese tema que nos ha dado una identidad como mexicanos.
"El colectivo Neza Arte Nel provocó mucho de esto en este espacio y se lo hemos agradecido y lo hemos celebrado. Inclusive se le ha planteado que participe en la renovación del mural o que pudiéramos rescatar algunas partes importantes de éste. Percibo en la asamblea una actitud muy madura, muy de compañeros; queremos entendernos mediante la palabra, buscar alternativas."
Al finalizar la asamblea concluyó que la próxima semana debería continuar el intercambio de opiniones. Y, mientras se despedían los asistentes y se daban los agradecimientos, afuera de la nave un joven recolector de basura era asaltado. Le robaron 40 pesos. En ese momento fuerzas del operativo Tornado entraron al Faro tras los presuntos asaltantes, encañonaron a quienes se interponían en su camino. Finalmente, el director de la institución, Benjamín González, y el comandante Rodolfo Velázquez, acordaron que se realizara el operativo de manera pacífica. Las paredes del centro cultural donde se expresa el rechazo al abuso y la represión policiaca y militar quedaban ensombrecidas por los uniformados que buscaban a los asaltantes a quienes calificaron de "greñudos".