El gobierno de Blair admite la posibilidad de empezar a retirar tropas de Irak
La inteligencia de GB dejó ir a uno de los ejecutores del 7-J: prensa londinense
Pakistán y Egipto se resisten a colaborar con autoridades británicas en forma incondicional
Ampliar la imagen El ex diputado laborista George Galloway ayer durante una movilizaci�n Londres de la Asociaci�rit�ca Musulmana y la coalici�lto a la Guerra de la Coalici�FOTO Ap Foto: Ap
Londres, 17 de julio. Los servicios de inteligencia británicos enfrentaron hoy críticas de la prensa londinense por haber minimizado la peligrosidad de uno de los ejecutores de los atentados del 7 de julio en Londres, mientras en el frente internacional el gobierno del primer ministro Tony Blair se encontró con resistencias de Pakistán y Egipto a colaborar incondicionalmente con sus peticiones.
Las acusaciones de los laboristas a los esfuerzos de Blair por tratar de disasociar el 7-J de la participación de Gran Bretaña en la invasión de Irak tuvieron un primer efecto este domingo, cuando el ministro de Defensa, John Reid, anunció la posibilidad de que Londres empiece a reducir su contingente de 8 mil 500 soldados en el país asiático, en una fecha por precisar.
El anuncio de Reid coincidió con la publicación de un reporte del centro de estudios Chatham House de Inglaterra, que alimentó las críticas iniciadas el sábado por laboristas del ala izquierda en contra de la interpretación de Blair sobre los atentados, a los cuales ha caracterizado como producto de una "ideología demoniaca".
El reporte de Chatham House señala que el involucramiento de Inglaterra en las guerras en Afganistán e Irak contribuyeron a generar los atentados de la semana antepasada. El problema central es que Gran Bretaña ha sido un "polizón" en la llamada guerra contra el terrorismo, encabezada por Estados Unidos, añadió.
El diario londinense The Times publicó este domingo que la agencia británica de espionaje interior, el MI5, tuvo bajo investigación a uno de los cuatro ejecutores de los atentados del 7 de julio en Londres, Mohammed Sidique Khan, pero los agentes desestimaron su peligrosidad y dejaron de vigilarlo, por lo que pudo actuar libremente.
A pesar de que la policía británica ha dicho que no poseía información sobre ninguno de los atacantes hasta el día de los atentados, The Times pudo confirmar que Sidique Khan participó en un plan para colocar una bomba en un club nocturno de Londres, el año pasado.
El ejecutor de la explosión en el túnel que conduce a la estación de Edgware Road tenía conexiones en el exterior e inclusive pudo haber estado en una operación guerrillera en Israel, según publica este lunes el periódico The Independent, que retomó y amplió la información difundida por The Times.
Sidique Khan, de 30 años, es el mayor de los cuatro hombres que realizaron los ataques y al parecer era un hombre carismático e influyente, que trabajaba como asistente de maestro en una escuela primaria en West Yorkshire, al oeste de Londres.
The Independent publicó una nota este domingo en la que señala que agentes de inteligencia estadunidenses revelaron que Mohammed Junaid Babar, un integrante de la red Al Qaeda preso en Estados Unidos, conoció a Sidique Khan en Pakistán, donde visitó escuelas religiosas (madrasas), a las que también acudió Shehzad Tanweer, de 22 años, ejecutor de la explosión en el túnel del Metro que lleva a la estación de Aldgate.
En uno de los principales puntos donde la policía británica desarrolla sus investigaciones, la pequeña localidad inglesa noroccidental de Leeds, agentes de Scotland Yard detuvieron a seis hombres cuya identidad no fue revelada.
Un portavoz informó que los arrestos no están relacionados con las pesquisas del 7-J, sino por violaciones a las leyes migratorias.
En esa misma población, la policía detuvo durante la semana a Naveed Fiaz, un joven de 29 años que trabajaba como voluntario en una librería musulmana y cuyo nombre fue conocido hasta hoy. De no hallar cargos en su contra, las autoridades deberán liberarlo este martes, después de que solicitaron el sábado una extensión de su arresto por 72 horas.
Otro de los detenidos la semana pasada, el egipcio Magdi Nashar, de 33 años, también está a punto de ser liberado, tras de que las autoridades de su país lo han tenido en interrogatorios durante tres días.
Fuentes gubernamentales consultadas por la agencia Dpa dijeron que la investigación sobre Nashar no ha demostrado que el estudiante de química en la Universidad de Leeds tenga relación con los atentados en Londres o con alguna milicia. Diversos testimonios señalan que, por el contrario, Nashar es un hombre religioso, pero no fanático.
En consecuencia, el fiscal general de Egipto, Maher Abdel Wahed, afirmó que el gobierno egipcio rechaza extraditar a Nashar a Gran Bretaña, ya que Londres no ha hecho ninguna solicitud al respecto y, más aún, la legislación del país norafricano lo prohíbe.
Agentes del MI5 se encuentran en El Cairo para trabajar de cerca con las autoridades egipcias, pero no directamente en los interrogatorios.
Organizaciones de derechos humanos en Egipto demandaron hoy tener acceso a Nashar y reclamaron un trato justo.
Citado por The Guardian, Montasser Zayat, dirigente de la Barra de Abogados, dijo que "así como estamos en contra de los bombazos, también queremos honestidad y justicia" para el químico, quien es miembro del estatal Instituto de Investigación de su país.
El gobierno de Blair se encontró el sábado con críticas del ministro del Interior egipcio, Habib Adly, en el sentido de que las acusaciones contra Nashar son "apresuradas". Organizaciones de derechos humanos en Egipto consideraron que el pronunciamiento del funcionario es inusual.
Del lado paquistaní surgieron este domingo fricciones con Londres. El embajador de Pakistán en Naciones Unidas, Munir Akram, criticó a Blair por tratar de pasar la responsabilidad de los ataques hacia su país, al cual ha solicitado información sobre las actividades de varios presuntos sospechosos.
Akram señaló que "es importante no poner el dedo sobre alguien más, cuando el problema es de carácter interno".
Este lunes, el gobierno británico intentará ganar el apoyo del Parlamento para reforzar las leyes antiterroristas. De lograr introducir cambios, ésta sería la cuarta ocasión en cinco años en la que el gobierno de Blair crea o reforma leyes en materia de seguridad.