El INAH retrasó autorización, afirma historiador

Pese a obras inconclusas se reabre el zócalo de Oaxaca

VICTOR RUIZ ARRAZOLA CORRESPONSAL

Oaxaca, 0ax., 17 de julio. Con un avance de 60 por ciento en las obras de remodelación, y pese a la inconformidad de grupos civiles, el zócalo de esta ciudad fue reabierto al público, en vísperas de las fiestas de la Guelaguetza, con el desfile de los integrantes de las diversas delegaciones del interior del estado que participarán este lunes en el espectáculo folclórico de danzas, bailes y cantos de los pueblos indígenas y mestizos de Oaxaca.

El historiador oaxaqueño, Jorge Bueno Sánchez, uno de las 23 personas que han intervenido en los trabajos de remodelación, sostuvo que fue imposible concluir la obra en julio, como se tenía programado, porque las labores se suspendieron varias semanas, debido a que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) retrasó la autorización del permiso.

Explicó que su empresa constructora fue contratada el 4 de junio pasado para rescatar la traza original del zócalo, así como el rediseño de jardineras y bancas, y la colocación del piso de piedra basáltica en los andadores, los cuales fueron ampliados.

En entrevista, el propietario de la constructora Valle de Antequera detalló que se aumentó el número de faroles, se colocaron guardacantones en toda la zona, se limpió y pintó el kiosco, se restituyó toda la tubería hidráulica así como la instalación eléctrica, dado que habrá más iluminación.

El también coordinador del Consejo Consultivo de la Comisión del Bicentenario de Benito Juárez indicó que de los 11 mil metros cuadrados de superficie total de la plaza, se dejaron dos mil 200 de áreas verdes con materia orgánica y se fumigaron y podaron los árboles.

Indicó que también se restituyeron las bancas que datan de 1964 -construidas con fierro y madera-, las cuales se ubicaron en el kiosco y en la parte perimetral se colocaron asientos de concreto blanco y se sembraron árboles de sombra; se limpiaron las fuentes y se repusieron sillares deteriorados, porque estaba muy degradada la cantera, la cual tenía 26 años.

Bueno Sánchez, quien construyó el nuevo edificio del Congreso estatal en el municipio de San Raymundo Jalpan, dijo que los arroyos vehiculares marcados en la periferia del Zócalo "se integraron a la plaza, por lo que hay un espacio mayor".

Aclaró que estos trabajos de remodelación fueron realizados con base en el proyecto del Instituto del Patrimonio Cultural de la entidad, autorizado el pasado mayo por el INAH, debido a que el anteproyecto presentado por el arquitecto Saúl Alcántara, el biólogo Alejandro de Avila y el pintor Luis Zárate fue rechazado por ese mismo instituto, debido a que no reunía diversos requisitos técnicos.

Al comenzar las obras en marzo pasado los trabajadores contratados entonces para realizar las obras usaron maquinaria pesada para levantar las lozas de concreto del arroyo vehicular, que estaba a unos cuantos centímetros de los troncos de los árboles y que sostenían las raíces, lo que provocó que se cayera el primer árbol. Las obras debían hacerse "a mano, no con maquinaria", dijo Bueno Sánchez.

La caída de arboles de la plaza provocó tal inconformidad que se organizaron ciudadanos los cuales pidieron una auditoría técnica y fiscal de las obras y la reglamentación necesaria para que el gobierno estatal o municipal consultara a la ciudadanía antes de iniciar obras en un lugar declarado patrimonio cultural de la humanidad.