ASTILLERO
El cree
Tahúr tahonero
Héroe clandestino
Un PAN de caja
SANTIAGO CREEL no ha podido pasar del tajante límite discursivo que el asunto de las casas de juego le ha impuesto. Lo peor para él es que entre más trata de justificar esas decisiones lúdicas bajo sospecha menos credibilidad tiene y más contradicciones e inconsistencia exhibe. En cuanto es el tahúr tahonero (PANadero) de mayores ganancias en la ruleta mediática, su destino marcado define además la suerte de todo el casino electoral blanquiazul, convirtiendo ese lance mercadotécnico de última hora de Creel en Gobernación en el albur decisivo de la temporada foxista. Tocado por el estilete del sospechosismo sin reversa, el espadachín de vi-deojuego va dejando restos del presunto ropaje épico entre cámaras y micrófonos, aferrado sin prestancia a argumentos bumerán, como la presunta "democratización" del bajo mundo de las apuestas, risible esparcidor de pecados antes monopolizados por priístas para beneficiar a bendecidos nuevos concesionarios de books (también priizados, pero dispuestos a pagar en pantalla a panistas el bingo de los permisos).
ALEGA SANTIAGO (la computadora se negó a escribir "Sostiene Santiago", por respeto a Antonio Tabuchi) que le hizo un bien a la patria al repartir permisos de juego organizado. Emocionado con su propio engaño, cree él posible defenderse de las suspicacias al advertir que esas concesiones no fueron expedidas seis días antes de que dejara el cargo, sino "un mes antes", según explicó ayer a Víctor Trujillo en El cristal con que se mira. Además, allí mismo el inteligentísimo apostador ofreció a sus críticos la clave para impedir la instalación de casas de apuesta: bastará con que autoridades no panistas de estados y municipios nieguen sus respectivas autorizaciones a esos negocios y sanseacabó. Y alega y alega el santo santiahogado cuyos argumentos ya sólo cree él.
PERO NO ES ESA LA UNICA revelación del momento. Según las confesiones sobre sí mismo que está prorrateando con voz original en diversos medios de comunicación (Santiago según Santiago: una biografía hablada, hasta ahora desconocida por el propio autor), el Lic. Creel ha sido una especie de héroe clandestino (¿el Robin del Batman Fox?) que ha salvado a la Patria más de una vez sin que ésta se diera cuenta, y que ha elaborado múltiples artificios de mejoría social sin platicárselo ni siquiera a quien más confianza le tuviera. En el mismo programa televisivo de optometría política antes mencionado, el Lic. Aventurero confesó sin Tehuacán nasal de por medio que él mero había sido autor de una serie de atentados contra la antidemocracia (el IFE, por ejemplo, habría sido una de sus hechuras notables), y que en su deambular casi secreto por una casona de Bucareli realizó arreglos y negociaciones políticas importantísimas, con pluralidad, firmeza, visión y grandes resultados. Lo dicho: Santiago cree él.
EL RESTO DE LOS APOSTADORES blanquiazules tiene una suerte peor. Semiclandestino, rústico poeta que forja versos a golpe de yunque, apagado luego de su breve efervescencia inicial, doblegado por los caprichos de Los Pinos y en especial de la revanchista señora Marta, Manuel Espino parece gerente de un fideicomiso de liquidación. Sin dirigente formal a la altura de las catastróficas circunstancias (de seguir así, el PAN parece destinado a un tercer lugar en los comicios presidenciales venideros) y sin elaboración ideológica alguna, ese partido ve diariamente hundirse al crédulo Santiago y a sus dos presuntos contrincantes. Felipito Calderón salta y salta con la esperanza de que lo vean, pero de allí no pasa. Y Alberto Cárdenas Jiménez parecería la venganza de la incultura y la ignorancia, candidato de un PAN de caja (registradora), bambino político adoptado por la casa cuna Bimbo.
ATADO A LA SUERTE de su naufragante marino de tierra (llamado Vicente), el PAN mantiene su proceso electoral interno como si no estuviese pasando por una crisis de identidad y de proyecto. El candidato oficial, designado por el dedo gordo de un pie que ya no usa botas, no atina a salir ni siquiera de la primera trampa inicial, la que él mismo construyó con sus permisos de ocasión. De hecho Fox, Creel y el PAN sólo tienen como opción ir más a fondo en el mismo esquema que hoy les ha estancado, el de la alianza abierta y sin pudor con los poderes fácticos, el abuso mediático y el gasto desorbitado que buscaría imitar al Roberto Madrazo de Tabasco o al Enrique Peña Nieto del estado de México. Total, ya encarrerados (y sin mejor opción)...
ASTILLAS: Ya no es noticia que secretarios del gabinete presidencial discrepen en público, confirmando así la falta de conducción política de su presunto jefe. Pero el más reciente enfrentamiento, de los secretarios de Salud y Gobernación, tiene repercusiones políticas y sociales que no pueden desdeñarse. El alineamiento del secretario Abascal -de ultraderechismo muy sabido- con la posición de la Iglesia católica en cuanto al uso de una píldora del día siguiente torpedea la postura de la oficina encargada de asuntos sanitarios que ha comenzado a distribuir esa polémica pastilla. Pero además, el giro dado por Gobernación luego de una entrevista con el cardenal Norberto Rivera ha colocado a una facción del gobierno federal en el mayor extremo de conservadurismo hasta ahora registrado. Siendo también conservador, el propio Presidente de la República ha evitado dejarse llevar abiertamente por las exigencias de los grupos ultraderechistas que creyeron llegado su reino en esta tierra con la elección de Fox. Ahora Abascal da un paso firme hacia la conversión de las oficinas públicas en instrumentos de facciones... Y mientras los recursos públicos destinados a ayudar en caso de desastres son bien vigilados para evitar que acaben en las bodegas o las cuentas electrónicas de candidatos en (pre) campañas, ¡hasta mañana!
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