Usted está aquí: viernes 22 de julio de 2005 Política ASTILLERO

ASTILLERO

Julio Hernández López

Rendir cuentas

Faldas y mandiles

Cortesías de un fiscal

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LO QUE FALTABA: la guerra de las faldas. El jefe del Estado mexicano ha hecho que su mandil pase del felicísimo rosa doméstico al rojo bélico ante el acuerdo unánime de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión (unánime quiere decir que hasta la representación panista estuvo de acuerdo) en el sentido de frenar los gastos con cargo al erario que se hacen para vestir, alhajar y atender a una persona por el simple hecho de haberse casado con el Presidente de la República. Según la autorizada voz de ese órgano legislativo, el despilfarro martístico no solamente está tachado de una "dudosa legalidad" sino que es "ejemplo grotesco de ostentación", "elegancia frívola" y "evidente insulto a la austeridad republicana". Frente a tales descalificaciones emitidas por un cuerpo colegiado legítimo, el esposo de la esposa ha respondido cual si el asunto fuese un pleito casero o de vecindad. Exaltado como suele vérsele siempre que es tocado el tema de los excesos de su cónyuge en jefa, el Presidente de los Estados Unidos Hogareños simplemente aseguró que los señalamientos de despilfarro conyugal "de ninguna manera corresponden a la realidad", que el Congreso miente al dar cifras falsas sobre dispendios en ese rubro y así, con toda naturalidad, como si ataviar a los reyes fuese obligación indiscutible de los súbditos, el esposo de su esposa dijo ante industriales jaliscienses que el monto de las erogaciones por el emperifollamiento de la pareja presidencial es público y sabido, pues "hoy no es posible ocultar cuentas como las de la vestimenta del Presidente o de su señora".

OTRAS CUENTAS PARECIAN destinadas a seguir bajo buen resguardo en la caja fuerte de las complicidades. El fiscal comisionado por el presidente Fox para hacer como que algo hace en materia de castigo a represores del pasado, de nombre Ignacio Carrillo Prieto, mantiene una campaña mediática de presunta oposición y denuncia a una muy prevista decisión judicial que mantendría fuera de juicio a los halconeros mayores, Luis Echeverría y Mario Moya. Los alegatos del mencionado fiscal, publicados como inserción pagada, son más políticos que jurídicos, y pretenden establecer como jurisprudencia el hecho de que un presidente de la República y un secretario de Gobernación de un régimen autoritario no podrían ser ajenos a hechos de violencia política como fue el jueves de Corpus. La tesis, con la que concuerdan muchísimos mexicanos, no puede ser aducida, sin embargo, como proclama política oficial, pues el fiscal no es un opinante a título propio, sino un funcionario del Estado mexicano pagado para suministrar sustento jurídico pleno a una exigencia de castigo a poderosos del pasado y no para sustituir esa carga con arengas ideológicas. Menos si el propio fiscal dador de atole con el dedo dice estar desesperado por consignar expedientes del 2 de octubre respecto a los cuales (según nota firmada por Alfredo Méndez Ortiz en La Jornada del pasado miércoles 20) "he tenido algunas cortesías con algunos miembros del gobierno, y ya se ha llegado al caso de pasar a la acción consignatoria". Cortesías, dice Carrillo Prieto, para no referirse a mediatizaciones, presiones aceptadas, instrucciones superiores, órdenes presidenciales. Lo cortés no quita lo ineficiente.

EL CORTE DE CAJA del día también incluyó el reporte de gastos del mago de las finanzas mejor conocido como Santiago Creel. Según él mismo, habría gastado solamente 25 millones 739 mil pesos en anuncios en radio y televisión "hasta el 11 de julio". La intensa promoción en Televisa habría costado solamente 12 millones 535 mil pesos y a Televisión Azteca habría destinado 6 millones 813 mil pesos. El pasado 29 de junio, El Universal publicó los resultados de un seguimiento de los anuncios en televisión abierta y estaciones de radio en la capital del país de distintos aspirantes presidenciales, resultando, según la empresa Verificación y monitoreo, que la propaganda del ex secretario de Gobernación debería costar 87 millones 473 mil 255 pesos, de acuerdo con las tarifas publicadas en el Directorio de Medios Audiovisuales que edita Medios Publicitarios Mexicanos.

NO A FAVOR, SINO en contra de ciertos anuncios en televisión estaría una diputada perredista, Lizbeth Rosas, quien ha pedido que sean cancelados los que difunde México Unido contra la Delincuencia pues, según la legisladora, generan terror entre los habitantes de la ciudad de México. No ha de ser, desde luego, con la supresión o la censura como una realidad ha de combatirse. Faltaría, en todo caso, de parte de las autoridades capitalinas, y de sus corresponsales legislativos, capacidad para presentar frente a esos embates electrónicos una argumentación seria, confiable, creíble, que coloque el asunto de la inseguridad pública en el contexto adecuado, de causas múltiples y responsabilidades compartidas, pero no la recurrencia al expediente fácil de silenciar al opositor, por más manipulado o falaz que se le crea. Por cierto, reacciones de signo extremo han provocado los comentarios recientes de este capturista de datos sobre la inseguridad y los secuestros, en especial el reciente del entrenador Rubén Omar Romano. Hay quienes comparten con el tecleador un aire de extrañeza por la manera como se plagió al director técnico del Cruz Azul, como si intencionalmente se quisiese dejar constancia del hecho (con reporteros que acababan de ver la salida del argentino del campo de entrenamiento, por ejemplo), y a sabiendas esos delincuentes de que en ese momento la atención pública tenía en la mira a Romano por el oscuro asunto del dopaje de dos seleccionados nacionales de futbol. También hay quienes ("con todo respeto", como ahora suele endulzarse el preámbulo de un golpe seco) preguntan al columnero de cuál fumó y encuentran filiaciones lopezobradoristas en el planteamiento de hipótesis de que el secuestro de Romano tuviese connotaciones políticas y no solamente monetarias o delictivas.

ASTILLAS: UN CONSEJERO SIEMPRE útil: Jorge Castañeda se reunió con Alberto Cárdenas Jiménez para asesorarlo en su búsqueda de ser candidato presidencial panista. La reunión tuvo un convocador de lujo: Carlos Rojas Magnon, el héroe de las toallas de a cuatro mil pesos, que ahora coordina asuntos de dinero para el autodenominado caballo negro (el citado Cárdenas panista) a quien de seguro ya le ha de estar comprando riendas de a millones de pesos.

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