Usted está aquí: viernes 22 de julio de 2005 Política Los servicios de inteligencia británicos

Jorge Carrillo Olea

Los servicios de inteligencia británicos

Los hechos del pasado 7 de julio hacen voltear la cara hacia los servicios de inteligencia más notables a escala universal. Son sujeto de leyenda y material para una vasta filmografía. Hoy se enfrentan a una situación de inquisitiva general.

Son 60 vidas perdidas, 700 heridos, daños materiales y, además, está el orgullo inglés, que no pesa poco. El imperio británico ha sido tocado y lo han tocado, como lo ven ellos, descendientes de hijos de países subdesarrollados que fueran sus colonias, de fanáticos islamitas, ciudadanos sin clase.

Sus servicios de inteligencia -divididos en M16 para el exterior y M15 para el interior- tienen un siglo de existencia en su actual versión con el rigor que en todo caracteriza a esa nación, pero acumulan experiencias de varios siglos comprometidos en la materia para el mejor control de sus colonias. Las dos ramas de inteligencia combinan hábilmente sus capacidades para sumar esfuerzos en provecho de la seguridad nacional, asumiendo dos factores de peso: las islas británicas son eso, ínsulas, con todas sus vulnerabilidades, y los conflictos internos en Irlanda y Escocia, de 300 años de antigüedad. Hoy algo ha fallado.

Ha habido una preocupante y sostenida amenaza del terrorismo internacional hacia el Reino Unido y hacia sus intereses allende el mar. La amenaza más significativa viene de Al Qaeda y sus redes y complicidades, al grado de que los servicios de inteligencia tienen ya una sistematización para tipificar sus métodos de ataque, los posibles actos de terrorismo, objetivos y momentos para ello. Lo han logrado en una organización llamada Centro Conjunto de Análisis Terrorista (JTAC), que sintetiza su agenda de trabajo en tres asuntos:

- Las actividades relacionadas con el terrorismo procedentes del centenario conflicto con Irlanda del Norte se mantienen vivas mediante grupos terroristas republicanos que se han negado a aceptar el acuerdo de abril de 1998, llamado Good Friday Agreement, por lo que sostienen sus intenciones de llevar ataques a Gran Bretaña.

- La dispersión o proliferación de armas de destrucción masiva es otro peligro potencial para la seguridad del Reino Unido. Los servicios de seguridad han sistematizado el seguimiento de esta amenaza desde 1992.

- La amenaza de espionaje en contra del Reino Unido, que no terminó con el colapso de la Unión Soviética y su esfera a principios de los noventas. Algunos países mantienen activas operaciones de espionaje buscando información en las estructuras británicas sobre cualquier avance en su organización militar, tecnología, desarrollo industrial y programas políticos y económicos.

De estas intimidaciones la más viva, puesta en el tablero por los acontecimientos de Nueva York y de Madrid, ha sido la amenaza de Al Qaeda, que acaba de demostrar su habilidad para lograr una combinación de factores como: recrearse dentro de las estructuras sociales más débiles, capacidad tecnológica y de adaptación, ambición y falta de límites y restricciones en sus acciones, lo que llevó la amenaza terrorista presente a una escala nunca enfrentada y que tiene todos los elementos para suponérsele activa en el futuro.

La combinación de capacidades del MI5 y del MI6 ha resultado inestimable dadas las condiciones tan particulares de las islas británicas y sus relaciones con sus antiguas colonias y el mundo en general. La importancia de la colaboración de las dos agencias se ha elevado significativamente desde el inicio de la participación en la guerra de Irak. La MI6 obteniendo en el exterior toda inteligencia que apoye al gobierno británico en materia de seguridad, defensa, políticas exterior, militar y económica. La MI5 anticipando todo conflicto o amenaza a la vida interna del país, dedicando 44 por ciento de sus recursos a las amenazas terroristas internacionales, 23 por ciento a las de origen irlandés y sólo 10 por ciento a actividades de contraespionaje. El resto de sus esfuerzos los distribuye en apoyar a otras organizaciones, como Scotland Yard con inteligencia sobre crimen organizado y otras amenazas al orden interno, según la propia agencia (About MI5: How does it works).

No hay relación causa-efecto comprobada entre la guerra y los hechos del 7 de julio; sin embargo, desde la perspectiva política y la propia de los servicios de inteligencia, vigilar esa posibilidad se convirtió en un deber. Miembros del Parlamento han insistido en que es absurdo desvincular dichos hechos, aunque pareciera ser que las motivaciones de los terroristas actuales han sido los ancestrales resentimientos políticos y religiosos. Surge en este caso el hecho singular de que dichos terroristas son ciudadanos del país agredido, no son amenazas externas en reivindicaciones con raíces nacionalistas.

Aunque aún falta información, la eficacia de estos servicios está a la vista. Están ya identificados y detenidos los autores materiales y al autor intelectual, quien fue aprehendido en El Cairo. Es una demostración de la alta eficiencia y desde luego de la flema británica, ya que sin dramatizar los acontecimientos más allá de la gravedad de los hechos mismos, simplemente actuaron con frialdad, sistemáticamente, implacablemente para cumplir con su deber.

Cae sobre el primer ministro la responsabilidad en todos los asuntos de inteligencia y seguridad y es apoyado en esta responsabilidad por el secretario de su gabinete, el secretario del Interior, el secretario del Exterior y de la Comunidad de Naciones, así como por el secretario de Defensa, integrados en un Comité de Servicios de Inteligencia (SIS). Su divisa es "mantener una vigilancia política sobre los servicios de inteligencia y seguridad"; dejan los aspectos técnicos y la operación en manos de los directivos de las agencias.

Es una nueva forma de guerra no prevista. Una nueva tarea para la comunidad de inteligencia británica. Desde 2002 ya se había encargado a la Universidad de Birmingham un programa a cinco años para obtener conclusiones actuales sobre los retos a la inteligencia después del 11-S y la veloz globalización del mundo: el programa se desagrega en 40 proyectos a cargo de 120 investigadores con un enfoque multidisciplinario.

[email protected]

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.