Por su trayectoria de 45 años, el actor recibió la Medalla de Oro de Bellas Artes
Claudio Obregón propone respuestas ''para transgredir y trascender''
Como creador comprende que su vocación nace de la necesidad de comunicar, dijo el director del INBA
Contribuyó a romper la tradición del teatro recitado: Germán Castillo
Ampliar la imagen Claudio Obreg�el rey Lear), acompa� de Julieta Egurrola, muestra la presea que le otorgaron por su fruct�ra carrera actoral, la noche del jueves en el teatro Julio Castillo FOTO Jos�ntonio L� Foto: Jos�ntonio L�
Como un reconocimiento por sus 45 años de trayectoria, el multipremiado actor de teatro, cine y televisión Claudio Obregón recibió la noche del jueves la Medalla de Oro, que otorga el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
El acto se realizó cerca de la media noche en el teatro Julio Castillo, luego de la función de la obra El rey Lear, de William Shakespeare, dirigida por José Caballero, en la que Obregón interpreta a ese monarca.
A la fecha son más de cien puestas en escena en las que Claudio Obregón ha participado. Parte de su contribución a la historia del teatro mexicano, junto con otros actores de su generación, es ''haber roto con la tradición de un teatro hecho a la española, de un teatro recitado, comenzando a hacerlo de una manera más moderna, contemporánea, en pequeñas producciones de Bellas Artes y la Universidad Nacional Autónoma de México", comentó el creador escénico Germán Castillo.
''Claudio es de los primeros actores complejos, cultos, propositivos del teatro mexicano, no porque los otros carecieran de calidad, sino porque estaban formados más en una tradición de obediencia acrítica al director, del respeto sacrosanto al texto y al dramaturgo.
''El, junto con otros actores y actrices, son pioneros, los primeros que se plan-tean ser creadores en un plano de igualdad con el director y el dramaturgo, hecho que debe ser reconocido por las generaciones posteriores", agregó Castillo.
Encuentro con grandes directores
Claudio Obregón, destacó Saúl Juárez, director del INBA, en el sencillo pero emotivo acto de reconocimiento, representa uno de los mejores ejemplos de compromiso y entrega, de talento y capacidad actoral.
''Ha sabido mantener con aplomo la postura del creador que comprende que su vocación nace de la necesidad de comunicar, pero también de confrontar, de proponer respuestas aunque éstas sean incómodas; de transgredir para trascender."
Entre las distinciones que le han sido otorgadas a Claudio Obregón se encuentra la de Mejor Actor del Año (1966 y 1978), por las obras La colección, de Harold Pinter, y Los emigrados, de Slawomir Mroszek, respectivamente.
En cine ha recibido la Diosa de Plata, también como mejor actor, por la película Reed, México insurgente, de Paul Leduc; el Ariel a mejor coactuación, por Actas de Marusia, de Miguel Littin.
Ha trabajado en más de 50 telenovelas desde 1967, entre las que se cuentan El candidato, por la que obtuvo el Premio Bravo como mejor actor antagónico. Su más reciente participación fue en Mirada de mujer (El regreso), donde interpretó el papel de don Gil.
Luego de agradecer a las instituciones y el público por ese reconocimiento, conmovido, Obregón dijo sentirse alentado para continuar adelante y ''seguir tomando riesgos, buscando personajes como el del rey Lear o mejores si es que los hay".
A cinco años de cumplir medio siglo sobre los escenarios, el veterano y experimentado actor aconsejó a los jóvenes intérpretes, que la del actor ''es una profesión riesgosa que implica mucho sacrificio, paciencia y constancia. A pesar de que a veces uno no tenga trabajo, siempre hay que seguir buscando y aguantar mucho. Obregón lamentó que en la actualidad la imagen comercial de un actor tenga prioridad en ciertos ámbitos. En el cine, por ejemplo, además de ser un arte, es también una industria y requiere recuperar la inversión en taquilla, por lo que entonces buscan personas que resulten del agrado del gran público".
Una de las grandes satisfacciones que le ha brindado su carrera, concluyó, ha sido su encuentro con los grandes directores de teatro en México, con los cuales ha trabajado, entre ellos José Luis Ibáñez, Rafael López Miarnau, Ignacio Retes, Juan José Gurrola y José Solé, por mencionar algunos.
''De todos ellos aprendí algo, que grabé muy firmemente en mi proceso como actor", manifestó.