ELOGIOS Y HEREJIAS
Pedro en el paraíso
ME MATARON A mi hijo,me lo mataron,
pero nomás que sepa yo quién fue y...
El borracho sigue borracho,
siempre ha estado borracho,
y lo cuidaba el hijo ahora muerto,
Julián el bueno.
Me mataron a mi hijo, me lo mataron,
pero nomás que sepa yo quién fue y...
Resplandece el cuchillo,
tú sabes. Adolescente, púber,
tu mirada (sabes) refulge: no
sabe cómo no saber.
Y lo que sabe quién no lo
sabe; sólo que mata, matará saberlo.
Del sombrío rosario de dolidas amenazas te apartas, Pedro,
hacia tu muerte. Ya tu vida,
como antes la del joven albañil
y pronto la del Jaibo, es el río
(tu madre pasará junto a tu
cuerpo y, cómo siempre, no
sabrá verte) que va a dar a la mar
que es el olvido.
os inolvidables olvidados, ya memoria del mundo, se exhibe para nuestra vergüenza en poquísimas salas de esta ciudad capital.