Usted está aquí: martes 26 de julio de 2005 Sociedad y Justicia Cumple Rivera Carrera 10 años de constantes polémicas en el arzobispado

Golpeteos, por su exposición en medios: publicaciones religiosas

Cumple Rivera Carrera 10 años de constantes polémicas en el arzobispado

ALMA E. MUÑOZ

El cardenal Norberto Rivera Carrera cumple hoy diez años como arzobispo primado de la ciudad de México, envuelto en una polémica con el secretario de Salud, Julio Frenk, por la inclusión de la pastilla de anticoncepción de emergencia en el cuadro básico de medicamentos, y su acusación respecto a que el secretario de Gobernación, Carlos Abascal, y el presidente de la República, Vicente Fox, desconocían dicho acuerdo.

Durante estos diez años se ha visto envuelto en diversas polémicas por exigir libertad religiosa en todos los ámbitos. En 2001, al cardenal nicaragüense Miguel Obando y Bravo que intercediera por el ex regente capitalino Oscar Espinosa Villarreal, "su amigo", detenido a petición de las autoridades mexicanas en Managua por peculado. El 21 de octubre de 1996 fue citado a la Secretaría de Gobernación para que explicara sus declaraciones, realizadas desde el atrio de la Catedral Metropolitana, de que "la Iglesia puede y debe meterse en política como lo hizo Jesús'' cuando la autoridad "se sale del marco legal" o es contraria a la defensa de los derechos humanos, pues entonces"no hay obligación de tributarle obediencia".

Las publicaciones religiosas que esta semana distribuyó la arquidiócesis de México enaltecen la labor pastoral del cardenal Rivera, desde su llegada a la misma el 26 de julio de 1995. Se reconoce que "ningún ambiente le ha sido ajeno, incluyendo los mundos político, económico y jurídico, en los que su palabra ha permeado fuertemente, buscando siempre y ante todo defender la verdad y dignidad del hombre".

Su director de comunicación social, Hugo Valdemar, lo define como un jerarca católico accesible a los medios informativos, por lo cual su "exposición constante no está exenta de riesgos y golpeteos. Resaltan más, por ejemplo, sus opiniones políticas o sociales que su labor pastoral", y afirma que los medios de comunicación "magnifican" sus fallas y "buscan el sensacionalismo", pero "pese a estos riesgos, el cardenal les brinda una gran atención tanto personal como pastoral".

Durante 10 años, el arzobispo primado recibió como anfitrión en dos ocasiones a Juan Pablo II. La primera, para recibir junto con el Consejo Episcopal Latinoamericano la exhortación apostólica posinodal Ecclesia in America, y la segunda para la canonización de Juan Diego -después de enfrentar las dudas que respecto al milagro guadalupano externaron el propio abad de la Basílica de Guadalupe, Guillermo Schulenburg, y otros canónigos- y la beatificación de los mártires de Cajonos, Oaxaca. Poco después el mismo Pontífice lo nombró cardenal, cuya distinción le hizo ser considerado, dentro de los latinoamericanos, como candidato a suceder a Karol Wojtyla tras su reciente muerte.

 
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