Nada de "gastos excesivos; no puede haber un gobierno rico con un pueblo pobre"
De ser presidente, no habrá partida para vestuario del Ejecutivo: López Obrador
El jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, señaló que de llegar a la Presidencia de la República no habrá en su administración pensiones millonarias a ex presidentes ni partidas presupuestales para gastos en vestuario y accesorios del titular del Ejecutivo federal.
No se trata de personalizar, aclaró el mandatario capitalino, en relación a los gastos en vestuario de la esposa del presidente Vicente Fox, Marta Sahagún, que investigan integrantes del Senado y la Cámara de Diputados.
Se trata, precisó, de "mi punto de vista; tiene que haber austeridad republicana, se tienen que reducir esos excesivos gastos, porque no puede haber un gobierno rico con pueblo pobre".
Por ello, se abstuvo de comparar el monto de la partida presupuestal correspondiente, que en 2004 fue de un millón de pesos, con la cantidad destinada a alguno de los programas sociales de su gobierno.
-¿Prendas para sus hijos? -se le insistió.
-Absolutamente nada; no se justifica.
-¿Ni un peso para comprarse un traje?
-Ni un peso, para eso es el sueldo.
En el caso de las pensiones a los ex presidentes, rechazó la posibilidad de sólo reducir su monto, en lugar de eliminarlas, argumentando que un jornalero en el campo no sólo gana salarios de hambre, sino que está abandonado completamente a su suerte al carecer de ese tipo de protección. "¿Por qué tiene que haber mexicanos de primera y mexicanos de segunda? -cuestionó-, sobre todo cuando se trata del presupuesto público, que es dinero de todos".
Puso como ejemplo el caso de la República de Chile, donde no existe este tipo de subvención para los ex presidentes.
Criticó también que servidores públicos acudan a hospitales en el extranjero para atenderse, y se refirió, sin decir su nombre, al caso del diputado federal panista Francisco Barrio, que fue a operarse a la ciudad de Houston, con cargo al presupuesto del Congreso.
Añadió que su gobierno reduciría los gastos de representación, y en el caso de los viajes al extranjero pondría fin al "turismo político", donde se llegó al extremo de llevar un piano que se llegó a introducir al hotel por una ventana, lo cual resulta vergonzoso para todos los mexicanos.
Los viajes, indicó, "hay que reducirlos considerablemente a los indispensable, a lo estrictamente indispensable"; solamente cuando se trate de firmar un convenio por una inversión que genere empleos en el país, "pero no esas cartas de intención, que son como cartas a los Reyes Magos".