Usted está aquí: sábado 30 de julio de 2005 Política El "diagnóstico" Levy-Fox

Gustavo Leal F.*

El "diagnóstico" Levy-Fox

Pasando sobre toda la evidencia disponible, el Consejo Técnico (CT) del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) insiste en que el régimen de jubilaciones y pensiones "es el problema más grave que confronta la institución". ¿Lo es?

Con la "reformas" de 2001 a la Ley del IMSS que, aunadas al error esférico de la "reforma" de 1995 de Zedillo, hoy presionan sobre sus finanzas al obligarlo -tardíamente- a constituir reservas, Santiago Levy conformó también un CT a su medida.

La "reforma" del CT dilató la representación del Ejecutivo: los secretarios "de Hacienda, Salud, Trabajo y el director general serán consejeros de Estado", aunque penosamente una de sus primeras decisiones aprobó el salario que Levy se autoasignó, de 213 mil pesos mensuales.

El CT es, ahora, un órgano de representación tripartita compuesto por 12 consejeros, con cargos hasta de seis años (relegibles), y retribuciones (sólo patrones y trabajadores) de 26 mil pesos mensuales, que deben "abstenerse de promover o participar en la atención de solicitudes".

Tres años y medio después, es claro que la competencia de ese órgano novato es tan cuestionable como la habilidad "política" de Levy, primer director estrictamente "financiero" en la larga historia del IMSS.

Porque sucede que en la sesión del CT el 23 de enero de 2002 Levy sostuvo que:

1. Los ingresos que se aprobaron en la Ley de Ingresos para el instituto son 164 mil millones de pesos y el Presupuesto de Egresos estableció una meta de acumulación de reservas por 10 mil 364 millones de pesos.

2. El instituto está obligado, en el ejercicio 2002, a canalizar 10 mil 364 millones de pesos a las reservas actuariales de los ramos de aseguramiento. Con esos ingresos y acumulando esas reservas, el gasto que resta al IMSS monta 153 mil millones de pesos.

3. "La primera observación que haría", subrayó Levy, es que "el presupuesto de gasto es uno por ciento inferior en 2002 respecto a 2001". Para la atención a los derechohabientes, el rubro de materiales, suministros, servicios generales e inversión física va "a caer 4.2 por ciento en términos reales respecto a lo que ya habíamos recortado. Este recorte de 4.2 por ciento es respecto a lo que ya habíamos recortado en 2001; de compararlo respecto a lo que fue el presupuesto inicial de 2001, el recorte sería aún mayor".

4. Y puntualizó: "vamos a tener un recorte en servicios generales de 22 por ciento real; en conservación de 9 por ciento real, con lo cual desafortunadamente el deterioro de las instalaciones va a continuar. Insisto, esto es sobre lo que ya habíamos recortado en 2001 y un recorte en el presupuesto de inversión física de 23 por ciento real sobre lo que ya habíamos recortado en 2001".

5. Dado que la meta era acumular reservas por 10 mil 364 millones de pesos, Levy confesó: "con toda franqueza, no son buenas noticias, porque todos estos recortes son encima de los recortes que se habían hecho ya en 2001. Esto implica que estaremos operando con márgenes extremadamente estrechos y, de hecho, con problemas graves de operación, al mismo tiempo que estamos acumulando esos 10 mil millones de pesos. Cuando nos suban otros rubros y metamos los 10 mil 364 millones de pesos a las reservas, podemos gastar más. Porque ahora la ley responsabiliza a todo el CT de que se cumpla con la meta de acumulación de reservas".

A nadie puede sorprender que, tres años y medio después de esta decisión "genial", y en el contexto de la otra gran "revolución" -también fracasada- de Levy, mejor conocida como unidades médicas de alta especialidad (UMAE), el pasado 10 de junio Felipe Robledo Ogazón, jefe de la División de Cirugía I del Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional Siglo XXI, giró un memorando interno (dirigido a los jefes de servicio de Gastrocirugía, Angiología, Neurocirugía, Anestesiología, Quirófanos, Urología y Oftalmología) comunicando que: "debido a que el abasto de insumos y algunos medicamentos se ha visto retrasado por causa de adjudicación y licitación que se regularizarán en un lapso de alrededor de cuatro a seis semanas, se solicita de ustedes el disminuir las cirugías electivas e ingresos hospitalarios con el fin de no tener problemas en la atención a los derechohabientes".

Y sin embargo, Enrique Krauze estima que el IMSS "debe dejar de ser patrimonio privado de sus trabajadores. México no puede darse el lujo de mantener injertos de economía soviética, nomenclaturas que viven en socialismo, mientras que el resto del país las financia".

También Sergio Sarmiento tiene claro que resulta "irritante que un sistema de pensiones se convirtió en un esquema para otorgar a cierto grupo de trabajadores unas vacaciones prolongadas de 30 años después de trabajar 28 años. Los manifestantes del SNTSS están defendiendo una causa profundamente reaccionaria. Buscan mantener privilegios especiales a costa de deteriorar los servicios sociales de millones de trabajadores. Ciertamente, el IMSS necesita salvación. Un grupo de líderes y trabajadores insiste en hundirlo".

Y hasta Fox se atreve a llamar al SNTSS a "dialogar", porque "no es posible que sigamos sin llegar a un acuerdo sobre el tema de las pensiones".

No hay de otra: el presidente de 2006 tendrá que abrir los libros contables del IMSS y fincar responsabilidades.

* Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco

 
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