"Es lo más trascendente del gobierno que me tocó dirigir", subrayó en su último informe
Se cumplió el compromiso con los más pobres: López Obrador
La obra social pudo realizarse sin romper la estabilidad financiera de la ciudad; esto fue posible, afirmó, gracias al programa de austeridad republicana y el combate a la corrupción
Ampliar la imagen Andr�Manuel L� Obrador rindi� �o informe de gobierno ayer en el Auditorio Nacional FOTO Jos�arlo Gonz�z Foto: Jos�arlo Gonz�z
En su último informe de labores al frente del Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador subrayó que al destinar 64 millones de pesos a programas de desarrollo social -"la inversión más importante para el bienestar de la gente en toda la historia de la ciudad"-, cumplió su precepto de "por el bien de todos, primero los pobres".
Con esto, afirmó, no sólo cumplió la difícil tarea de hacer un buen gobierno, sino que demostró que es posible otra forma de hacer política, pero a costa de enfrentar fuertes presiones, campañas de desprestigio y un intento de destitución por parte de "encumbrados" personajes de la política nacional, de distintas militancias partidistas, confabulados para cerrar el paso a su proyecto alternativo y perpetuar la corrupción y los privilegios.
"No todo fue miel sobre hojuelas. Gobernar la ciudad de México, como toda actividad política, implica riesgos. Hay que estar atentos, actuar de manera precavida y, sobre todo, trabajar todos los días sin bajar la guardia. La ciudad exige entrega total: gobernar es velar", enfatizó en su mensaje.
Mil 352 programas sociales
De entrada, en su informe recordó que desde el principio sostuvo que "un gobierno democrático y de izquierda sólo se justifica si trabaja por el bienestar y la felicidad de la gente", lo cual se plasmó en mil 352 programas territoriales integrados de desarrollo social, en los que se definieron acciones, alcances, beneficios, presupuesto, y las dependencias que serían las responsables de su ejecución.
López Obrador dejó en claro que esta importante obra social, de ninguna manera rompió la estabilidad y suficiencia de las finanzas públicas, y mucho menos generó endeudamiento. En el primer caso, informó que deja en caja 5 mil 375 millones de pesos, y comentó, al margen de su texto escrito: "me acordé que antes nada más dejaban unos cuantos tostones en el cajón".
En cuanto a la deuda pública, resaltó que el monto acumulado de los créditos solicitados durante su administración para obras públicas ascendió a 7 mil 500 millones de pesos, cifra menor a los 11 mil millones que obtuvo por ahorros con su programa de austeridad republicana, que sirvieron para financiar los programas de apoyos a personas adultas mayores y discapacitados, y de atención médica y medicamentos gratuitos.
Acotó que "a pesar del escándalo de los videos, puedo sostener, de manera categórica, que no permitimos la corrupción en el gobierno y por eso rindió más el presupuesto". En el tema de la seguridad pública, lamentó que "algunos casos muy tristes hayan sido manipulados para sugerir que no se pudo enfrentar a la delincuencia y mantener la percepción de que fue nuestra asignatura pendiente".
En sus cifras, resaltó que mientras en el periodo de 1995 a 1997 se cometieron en promedio 654 delitos diarios, en su administración la cifra descendió a un promedio de 425, "el más bajo en la última década".
El todavía gobernante de la ciudad de México llegó ayer al Auditorio Nacional, en Paseo de la Reforma, minutos antes de las 11 horas, acompañado por sus hijos José Ramón y Andrés Manuel López Beltrán.
Era el último acto de su mandato al frente del gobierno de la ciudad, antes de que la Asamblea Legislativa del Distrito Federal sometiera a votación su renuncia al cargo, que envió el pasado martes.
Alrededor de las 11:05 horas, tras rendir honores a la bandera, inició la lectura de su informe, que se prolongó hasta las 12:10; en esos 65 minutos se escucharon aplausos en 55 ocasiones, de diversa intensidad; desde muy tenues, como los que siguieron al mencionar que se invirtieron 10 mil millones de pesos para la construcción de viviendas en beneficio de la gente pobre, "como nunca se había hecho", hasta los que lo interrumpieron por algunos segundos, como cuando externó un reconocimiento a los 90 policías que murieron en cumplimiento de su deber durante su mandato.
Sí fueron "primero los pobres"
Otros aplausos estuvieron acompañados de consignas: "¡Obrador, amigo, el pueblo está contigo!", se escuchó desde una sección del auditorio tras mencionar que "lo más trascendente del gobierno que me tocó dirigir y, sin duda, lo que más me llena de orgullo, es haber llevado a la práctica el principio de que por el bien de todos, primero los pobres".
Entre las plateas sobresalía una manta monumental repetía una de las frases dichas constantemente por el gobernante en sus últimas conferencias de prensa: "Buena suerte. La alegría está por llegar".
Una mujer gritó fuerte: "¡Y ganaste!", al referir López Obrador que entre sus compromisos de campaña, cumplidos todos ellos, se sometió cada dos años a la revocación del mandato.
Solamente en dos ocasiones hizo apuntes al margen del texto; el primero, respecto de que en años anteriores los regentes no dejaban un quinto en la caja, y en el tema de la inseguridad pública, para decir que es sensible ante el dolor de las víctimas de la delincuencia, y "estoy seguro de que aquel que me va a suceder en el cargo va a continuar esta tarea prioritaria".
Al final se despidió de la gente que lo sacó a flote "en los momentos más difíciles de acecho y adversidad. Muchas, muchas, muchas gracias a mis paisanos de esta gran ciudad", expresó.
Y agregó que "ahora más que nunca me atengo a la voluntad popular y, al mismo tiempo, reafirmo mi compromiso de no traicionar la confianza de la gente. Como ustedes saben, a partir de hoy dejo la jefatura de Gobierno porque voy a luchar, junto con muchos mexicanos, mujeres y hombres, por una verdadera transformación de México".
Las Golondrinas
Después de cantar el Himno Nacional, la banda de música de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal interpretó Las Golondrinas, de Narciso Serradell, mientras López Obrador se despedía de los integrantes de su gabinete; le dio un fuerte apretón de manos a Alejandro Encinas, quien quedará al frente del gobierno, y efusivos abrazos a su oficial mayor, Octavio Romero, y a su director de Comunicación Social, César Yáñez.
Así, luego de cuatro años y 236 días de estar al frente del gobierno capitalino, con una interrupción de 17 días tras su desafuero, López Obrador regresó a su casa en Copilco.