SALON PALACIO
Las bancas del zócalo oaxaqueño
AUN NO TERMINABAN de instalar todas las aberrantes bancas de concreto blanco que completaban la autoritaria restauración del zócalo oaxaqueño, cuando esa figura frágil y de cabellera irredenta apareció para exigir que las bancas de hierro regresaran a su lugar. El poder moral del pintor Francisco Toledo se hizo presente y en tan sólo dos días y sus noches, a marchas forzadas de decenas de trabajadores, han desaparecido ya aquellos incómodos y seguramente costosos sillones de piedra: las antiguas bancas regresaron. Sin embargo, aún se lamenta la ausencia de las centenarias lozas de cantera que fueron arrancadas de las calles circundantes al jardín central y suplantadas con modernos adoquines.
El fantasma de la represión
HAY DOS TEMAS candentes que se comentan en los cafés y bares de la capital oaxaqueña. Ambos generan acaloradas polémicas, pero deben tratarse casi en voz baja, pues el fantasma de la represión flota en el aire: por un lado, la aberrante remodelación del centenario zócalo de la ciudad y, por otro, el violento cierre del periódico Noticias. Sin embargo, la cultura sigue su pujante movimiento y luego de que el lunes pasado cerró con fuegos de artificio la tradicional Guelaguetza, el miércoles dio inicio el ambicioso proyecto Instrumenta Oaxaca Verano 2005 y se clausuró el 15 Encuentro Internacional de Poetas, Narradores, Editores y Distribuidores "Hacedores de Palabras 2005", con una mesa de poesía en la que participaron Ricardo Lochel, de Chile; Aralia López, de Cuba; el mexicano Jorge Esquinca y, como invitado especial, el poeta de San Francisco, California, Neeli Cherkovski, quien hace unos meses publicó su primera antología bilingüe en México: Fronteras rotas, en la cual se incluyen los poemas que ha dedicado a este país. Fiel a la tradición de los poetas beat, Cherkovski no deja de fascinarse con los enigmas de la cultura popular mexicana y una visita al mercado de Oaxaca ha sido suficiente para sentarlo a escribir durante varias horas y avanzar un capítulo de sus memorias en las que no sólo hablará de su maestro Charles Bukowski, pues dedicará algunos capítulos a sus viajes por México.
Guillermo Quijas, generoso empresario cultural oaxaqueño
DESDE LUEGO QUE la presencia de la Proveedora Escolar no es algo nuevo en Oaxaca, pues esta empresa especializada en la venta de artículos escolares y libros de todo tipo tiene ya 55 años. Lo que ha resultado muy notorio es el creciente interés de su propietario, Guillermo Quijas, por impulsar la cultura estatal. Desde el año pasado se advirtió el levantón que se dió a la Feria del Libro de Oaxaca (este año se incluirá un dibujo del maestro Rius en su cartel promocional) y desde hace unos meses nació la editorial Almadía, que a partir del próximo viernes tendrá ya tres títulos en su joven acervo. Primero se publicó el libro de ensayos del escritor yucateco radicado en Oaxaca Jorge Pech: En tiempos de penuria; posteriormente se lanzaron a la ambiciosa empresa de publicar en un solo volumen la trilogía Entrecruzamientos (en cuyas primeras ediciones aparecen dibujos del desaparecido maestro Vlady, quien es inclusive personaje de la mencionada novela) del irredento Leonardo Da Jandra, a quien se le debe reconocer una definitiva influencia en Quijas. Ayer se presentó el libro Instantes de la llama, de la poeta oaxaqueña Araceli Mancilla, y ya está en la imprenta el libro de antiensayos Una cerveza de nombre derrota, del etílico narrador Eusebio Ruvalcaba. Mientras tanto, el nombre de Guillermo Quijas y su Proveedora Escolar aparece en la lista de agradecimientos de prácticamente cualquier proyecto cultural del estado, y en su oficina se advierte el dibujo de un chango feliz, pintado por Francisco Toledo, que pareciera celebrar cada donación del discreto empresario.