CIUDAD PERDIDA
Juego de cartas o juego de damas
Mentiras e intriga
Desconfianza por falta de honestidad
UNA GUERRA silenciosa pero cruel se ha desatado entre la presidenta nacional de México Unido Contra la Delincuencia, María Elena Morera, y la consejera ciudadana del Distrito Federal, María Elena Pérez-Jaén. Las causas: mentira e intriga.
PARECERIA QUE estas damas, luchadoras por la transparencia y la rectitud del gobierno de la ciudad de México, según aducen, han creado un clima de "desconfianza" entre las dos instituciones a las que pertenecen, situación de la cual tiene pleno conocimiento el presidente del Consejo de Información Pública del Distrito Federal, Gustavo Velásquez.
PARA LA señora Morera, Pérez-Jaén ha cometido, cuando menos, un acto al que califica de "falto de ética y honestidad", condición que, de ser cierta, debería llevar a la consejera ciudadana del DF a renunciar, porque sin ética ni honestidad es imposible ejercer una labor en la que se reclama limpieza y transparencia a las autoridades.
EN RESPUESTA a las graves acusaciones, la señora Pérez-Jaén trata de probar que Morera miente al calificarla de poco ética y deshonesta, pero además le reclama que mantenga datos sobre seguridad pública del DF en "la oscuridad".
NO SE trata, como se ve, de un chisme común, porque los señalamientos demeritan, opacan y destruyen la confianza que la gente ha construido alrededor de las instancias ciudadanas.
EL ASUNTO huele a podrido. Hace algunos días, hasta el escritorio de Ciudad Perdida llegaron dos cartas, una fechada el 27 de junio pasado y la otra con fecha inmediata posterior. En ellas se relata el pleito que desde el inicio de esta entrega he comentado.
SEGUN LA primera misiva, que envía la señora Morera a Pérez-Jaén, esta última "no cumplió con lo convenido en las reuniones con México Unido Contra la Delincuencia (MUCD) de guardar absoluta discrecionalidad (sic) en su apoyo a la información de preguntas y en cuanto al contenido de las mismas".
LA MOLESTIA de Morera parte de que la consejera ciudadana "compartió (con un periodista) las preguntas que elaboramos en conjunto, al igual que la batería de preguntas que hizo favor de proporcionarnos para que él (el periodista) las enviara al Gobierno del Distrito Federal.
"EN NINGUN momento hizo del conocimiento (del periodista) que el MUCD ya había presentado estas preguntas a la autoridad, a pesar de que usted estaba al tanto de ello. Tampoco solicitó la aprobación del MUCD para compartir las preguntas".
SEGURAMENTE EL lío se puso bueno porque tanto en la Procuraduría General de Justicia del DF como en la Secretaría de Seguridad Pública, también de la capital, se recibieron los cuestionarios del MUCD y del periodista, y los dos contenían las mismas preguntas y las mismas inquietudes, en el mismo orden.
¿QUE MAYOR prueba de confabulación hubieran podido exhibir las autoridades aludidas en caso de querer hacer uso de tan evidente manipuleo? Tal vez se guardó la discreción en el asunto porque ni en la PGJDF ni en la SSP se tiene conocimiento del diálogo epistolar que mantuvieron las dos señoras o quizá por alguna mediación política que desconocemos, pero el asunto es tal y como se los hemos comentado.
LLAMA LA atención que en su misiva, la señora Pérez-Jaén, después de advertir que ella no rompió ningún acuerdo de sigilo porque nunca existió tal, y que en las reuniones (dos), con la representante del MUCD, siempre asistió como consejera representante de la sociedad civil, porque ella no es la presidenta del Consejo de Información Pública del DF, señala que Morera hizo la solicitud de información a las autoridades "a título personal" y no como presidenta de México Unido Contra la Delincuencia".
Y POR último dice que "lo verdaderamente lamentable de esta situación sería que la información que usted solicitó, y de la cual ya debe haber recibido respuesta, se mantuviera en la oscuridad" y entonces hace evidente su interés al señalar: "especialmente si se trata de seguridad pública en el Distrito Federal".
¿QUE PASA, habrá que decir basta a estos manipuleos obvios? Ni modo ciudadano, así son tus representantes.