José Luis Fernández Zayas, director del Foro Consultivo Científico y Tecnológico
"Catastrófica", la intromisión de la SHCP en el desarrollo científico
El regateo de recursos ha generado un déficit de 500 centros de investigación y 20 mil plazas
La influencia de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) en la asignación de recursos para ciencia y tecnología ha tenido efectos "catastróficos" para el país, pues el déficit de centros científicos es de 500 y de 20 mil plazas en universidades e institutos de investigación, advirtió el coordinador general del Foro Consultivo Científico y Tecnológico, José Luis Fernández Zayas, quien expresó que en una década el país debería tener 500 universidades públicas.
En entrevista con La Jornada, indicó que la Secretaría de Educación Pública (SEP) está obligada por ley a invertir este año más 9 mil millones de pesos en investigación y desarrollo; sin embargo, desde hace dos años "no ha aportado nada" por "instrucciones" de la SHCP.
Señala que si al menos 50 por ciento de los recursos que se destinan al sostenimiento del Fobaproa-IPAB se canalizaran a actividades científicas y educativas, este país sería "otro" en sólo una década, porque aumentarían los sueldos, el número de personas en el mercado de trabajo, la calidad de los empleos y, de manera importante, el producto interno bruto, al mismo tiempo que se reduciría el malestar social.
Pero la situación en este momento es distinta, explica, y parte del problema ha sido la política "centralista" que desde hace años se aplica en diferentes sectores, incluido el científico.
En este ramo, las consecuencias de esta visión "fundamentalmente económica" es que las oportunidades más importantes que se presentan en las regiones no se han aprovechado.
Nuevo León, por ejemplo, uno de los estados más sólidos económicamente, no tiene una delegación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), asegura.
La gente del gobierno no ha tenido buena planeación y esto ha sido una de "nuestras enormes desventajas en materia de competitividad".
La Secretaría de Programación y Presupuesto, que ya desapareció, "se inventó" precisamente para dar razón a la planeación, pero la ley en la materia fue reformada para transferir sus funciones a la SHCP, explica.
"Con base en esa ley, Hacienda decide todo en el ámbito de la ciencia y la tecnología: las plazas y los recursos que deberían ser canalizados mediante el Fondo Sectorial de Educación."
Fernández Zayas recuerda que la SEP tiene la obligación de aportar al menos 400 millones de pesos a este fondo, debido a que este año tiene un presupuesto para investigación y desarrollo superior a 9 mil millones de pesos; "sin embargo, no ha puesto dinero desde 2003".
"Esto se lo he dicho a mis amigos del Conacyt, pero como son miembros del Poder Ejecutivo prefieren no hablar de eso. A veces no saben. Lo que me dicen los investigadores es que el problema de los fondos es que no fluyen: se crean mecanismos, comités, la gente presenta propuestas, se aprueban, pero no hay dinero", indicó.
El coordinador general del Foro Consultivo Científico y Tecnológico asegura que si la SHCP continúa manejando el destino del sector científico y tecnológico, México se acercará "gradualmente al último lugar en la competitividad mundial".
La falta de recursos es un mito
Existen serios "déficit" en el sector y son en parte consecuencia de la política del "no hay dinero" o de que no se recauda lo suficiente, señala el investigador.
"¡Que no me vengan con el mito de que México está mal porque el comercio informal no paga impuestos! Es una equivocación; las grandes empresas evaden (impuestos) y los hombres más ricos también. Ahí está el dinero y, además, tenemos el Fobaproa (IPAB) para compensar."
Mientras esto ocurre, las universidades públicas, privadas y los centros de investigación padecen hoy un déficit de 20 mil plazas.
Lo peor, dice Fernández Za-yas, es que si se hubiera creado el número de sitios de investigación que determinan los planes de desarrollo, "no tendríamos los suficientes candidatos para llenarlas, porque no se han fabricado los jóvenes" por la restricción de becas que se otorgan.
Lo anterior es "muy grave porque se está creando la conciencia, la cultura de la pobreza". Si se habla del número de centros e institutos de investigación que debería tener el país, ocurre lo mismo, porque "no tenemos ni la mitad" de los que se requieren.
De acuerdo con un "inventario" reciente, añade el investigador, "hace poco tiempo teníamos alrededor de 400 y probablemente ahora hablemos de 500", pero ésta es una cifra que al menos tendría que duplicarse.
En cuanto a las universidades públicas, "no me asusta decir que México tiene una década de plazo para decuplicar su capacidad".
Actualmente hay alrededor de 50 instituciones de esta naturaleza, pero se requerirían 500 en 10 años, lo cual nos permitiría estar, no a la par de Estados Unidos, Suecia o Finlandia, "pero sí muy cerca de Corea, España, Portugal, Grecia e Italia".