En sesión plagada de anomalías logra postergar la calificación a periodo extraordinario
Maniobra priísta impide rechazo a las cuentas públicas de Montiel
"Golpe político" para no afectar las aspiraciones presidenciales del gobernador, señalan PAN y PRD
Ampliar la imagen Diputados discuten de forma acalorada durante la sesi�el Congreso mexiquense, ayer en la madrugada FOTO Agencia Mvt Foto: Agencia Mvt
Toluca, Méx., 1º de agosto. Ante la amenaza del PRD y del PAN de rechazar la cuenta pública del gobierno del estado de México correspondiente a 2004 -lo que pondría en entredicho el buen manejo financiero del gobernador Arturo Montiel Rojas, aspirante a la candidatura presidencial priísta en 2006-, el grupo parlamentario del PRI en el Congreso local operó para que este documento fuera votado en un periodo extraordinario de sesiones, lo cual violó la Constitución local, que establece como fecha límite de la calificación el 31 de julio de cada año.
La sesión legislativa que comenzó la noche del domingo y concluyó de manera abrupta esta madrugada, cuando los diputados panistas tomaron la tribuna, estuvo plagada de irregularidades encaminadas a que el PAN y el PRD no pudieran consumar su rechazo a las cuentas de Arturo Montiel.
El PRI contó, desde el análisis de la cuenta pública en comisiones, con el apoyo de PVEM, PT y Convergencia, y en la sesión plenaria resultó beneficiado por la determinación unilateral que tomó el presidente de la mesa directiva del Congreso, el perredista Cipriano Gutiérrez, quien mandó los dos dictámenes elaborados sobre el particular a un nuevo estudio en comisiones. Lo anterior desató sospechas contra el perredista, que tras su determinación abandonó la sesión.
Las inconsistencias
Durante el fin de semana, el contador del gobierno del estado, Marco Antonio Esquivel, y el titular del Organo Superior de Fiscalización, Luis Carlos Betrand, trataron de disipar las dudas de panistas y perredistas sobre algunas inconsistencias detectadas en el manejo de los recursos, por 3 mil millones de pesos.
Las bancadas del PAN y del PRD argumentaron que había "irregularidades graves" en la cuenta, como reportar más de 150 millones de pesos para el Fideicomiso de Alianza para el Campo, siendo que la administración estatal acreditó haber ejercido únicamente 30 millones de pesos.
Además, cuestionaron que poco más de 2 mil millones de pesos que llegaron de excedentes petroleros a la entidad no fueran destinados a gasto de inversión, como estaba pactado, sino utilizados para pagar amortizaciones de la deuda pública, sin permiso del Poder Legislativo.
De igual forma criticaron no haber ejercido 900 millones de pesos que estaban aprobados para obra pública, y recriminaron la forma en que se manejó el Gasto de Inversión Sectorial, ya que no se hicieron llegar recursos a los ayuntamientos.
Las explicaciones de funcionarios de poco sirvieron. El blanquiazul y el sol azteca parecían decididos a rechazar la cuenta pública. Incluso, los diputados perredistas recibieron órdenes de su dirigencia nacional para rechazar el manejo de los recursos de Arturo Montiel, y se les advirtió que quien se negara a acatar esta disposición sería expulsado del PRD, afirmaron fuentes de la bancada perredista.
El albazo
La ultima sesión de las comisiones unidas de Finanzas y de Vigilancia del Organo Superior de Fiscalización (OSF), para sacar el dictamen de la cuenta pública, se realizó el domingo por la noche. El presidente de la Comisión de Finanzas, Ignacio Rubí, encargado de conducir la sesión, propuso un punto de acuerdo para que la calificación de la cuenta se fuera a un periodo extraordinario, de tal forma que los diputados contaran con mayores elementos para su aprobación. Panistas y perredistas se opusieron, con el argumento de que la Constitución mexiquense indica el 31 de julio como fecha límite para aprobar o rechazar el documento.
Dada la falta de consenso, el priísta recurrió al albazo: puso su propuesta a consideración, y fue aprobada por mayoría. Los diputados panistas exigieron a gritos que se respetara la legalidad y demandaron al presidente de la Comisión de Finanzas que se votara el dictamen que rechazaba la cuenta. Su reclamo no fue escuchado. Ignacio Rubí dio por terminada la sesión de comisiones y abandonó el salón junto con sus correligionarios.
El panista Moisés Alcalde Virgen, vicepresidente de la Comisión de Finanzas, indicó que al no haberse cancelado la sesión conforme marca el protocolo, la discusión podría continuar, y puso a consideración el dictamen para rechazar la cuenta pública. Los seis diputados del PAN y del PRD que se quedaron en el salón, miembros de las comisiones de Finanzas y de Vigilancia del OSF, aprobaron el dictamen de rechazo.
Dos horas después dio inicio la sesión plenaria, y en el orden del día figuraban los dos dictámenes: el avalado por el PRI para postergar la calificación de la cuenta, y el que impulsaban PRD y PAN, que la rechazaba.
El presidente en turno de la Legislatura, el perredista José Cipriano Gutiérrez, se lavó las manos y sin haber discutido los puntos remitió los dos dictámenes de nueva cuenta a comisiones. "No es posible que de un solo asunto se tengan dos posturas encontradas" se justificó.
Ante la ira que desató su decisión en el grupo parlamentario del PAN, el presidente de la mesa abandonó la sesión. El vicepresidente, el panista José Medina Vega, tampoco se encontraba en su curul, ya que decidió retirarse minutos antes del pleno, porque tenía programado un viaje a Europa y su avión salía a las 4 de la mañana.
Fue entonces cuando el secretario de la mesa directiva, el priísta Felipe Ruiz Angeles, debió fungir como presidente.
Los panistas exigieron reponer el procedimiento y votar la cuenta pública para ajustarse a la Constitución mexiquense, que establece en su artículo 61 fracción 32 que una de las facultades de la Legislatura del estado es "recibir, revisar, fiscalizar y calificar las cuentas públicas del estado a más tardar el 31 de julio".
"Es de urgente y obvia resolución, esto no lo podemos dejar para después. Caeríamos en la ilegalidad", dijo Moisés Alcalde, al presentar un punto de acuerdo para votar el documento esta madrugada.
Su petición fue aceptada, pero se incluyó como último punto del orden del día.
Al llegar a su discusión, se reanudó el debate sobre el término fatal en la Constitución. Los priístas argumentaron que la ley de la Contaduría General de Glosa no impone plazos fatales, por lo que no había problema para dejar su calificación a un extraordinario.
El debate duró horas. Cerca de las 5:30 de la madrugada el priísta Felipe Ruiz, quien fungía como presidente, decidió cerrar abruptamente la sesión. Los panistas se le fueron encima, tomaron la tribuna, hubo empellones y reclamos airados.
De la fracción priista salió la sugerencia "cancela la sesión definitivamente". Enseguida los priístas abandonaron el salón de plenos mientras acusaban al PAN de promover la violencia en el recinto legislativo.
El PAN acusó al PRI de defender a su gobernador. "Sólo tratan de protegerlo, de evitar que este golpe político afecte sus aspiraciones presidenciales", acusó Moisés Alcalde.
Poco antes de las 7 de la mañana PAN y PRD buscaron la forma de retomar la sesión y someter al pleno la cuenta pública, pero ni el presidente, José Cipriano (PRD), ni el vicepresidente, José Medina (PAN) se encontraban en el recinto.
Por la tarde, los coordinadores de los grupos parlamentarios entraron en negociaciones y se espera que este martes el periodo de sesiones sea clausurado con una sesión solemne, mientras se daba tiempo para encontrar salida a este conflicto.