ASTILLERO
Farsa tucómica
¿Montiel? ¡Madrazo!
Salinismo, labastidismo
La familia feliz
LA AGENCIA DE COLOCACIONES políticas autodenominada Tucom designó ayer (mediante un proceso de presuntas consultas que acabó siendo fea calca de los peores momentos de un televisivo Big Brother) a Arturo Montiel para que la haga de palero frente a Roberto Madrazo Pintado, en una falsa contienda electoral desde ahora arreglada en favor del tabasqueño. Montiel tendrá pretexto inmediato para tratar de desentenderse tanto del escándalo de las cuentas públicas torcidas criminalmente para financiar la campaña electoral de Enrique Peña Nieto como de las insistentes acusaciones de gran corrupción en que habrían participado los hijos montielitos y otros personajes de la gran familia atlacomulca durante el sexenio mexiquense por terminar.
POR OTRA PARTE, con el pretexto de esta nueva expedición electoral, el virrey Arturo de Francia podrá seguir saqueando el rico erario de la entidad mártir y comprarse (como proporcionalmente lo hicieron los otros gobernadores participantes en el tianguis tucómico) un carísimo seguro de impunidad y continuidad políticas. Ya antes se han establecido los propósitos del tongo tricolor tucómico en esta columna que no se va con la finta (como tampoco su legión de lectores cuya cantidad es expresable con un dígito), pero hoy es preciso reiterar esa agenda tramposa ante las voces ingenuas, o confusas, o compradas que pretenden ver batallas democráticas donde sólo hay fraudulencia organizada. Con la simulación tucómica se pretende, pues: aparentar que en el partido tricolor se ha dado una contienda democrática para alegar legitimidad de la candidatura de Madrazo; gastar carretadas de dinero sin control en una precampaña que finalmente ayudará a consolidar la imagen presuntamente triunfadora del PRI; fijar un piso electoral inflado que luego "justifique" las maniobras de mapachería que intentará en 2006 el comando unido de los alquimistas montielistas y madracistas (¡uf: la crema de la crema en materia de timo electoral!) y, finalmente, garantizar a los cómplices campañeros que durante la "contienda" interna tendrán juego y presencia, que se les tomará en cuenta para posiciones en la estructura partidista y que, al triunfo de la causa, ya con Madrazo instalado en Los Pinos, todos los partícipes del gran fingimiento tendrán impunidad, continuidad y privilegios.
NADA DE ESTE ESPECTACULO priísta sería hoy realidad si no fuese por los atinados y discretos servicios de concertación y entendimiento político que ha prestado Su Excelencia, el nunca bien comprendido licenciado Carlinas de Saltari. Los intereses y el proyecto del resurrecto van viento en popa: tras el virrey Montiel está como asesor en jefe ni más ni menos que Otto Granados, y tras el virtual candidato Madrazo está también el político auricularmente grande y capilarmente breve. Salinas tiene beneficio porque los dos finalistas del pleito que ganará Madrazo están arreglados con él, al igual que la sí retornable Elba Esther Gordillo, que ya estuvo en reuniones priístas con Madrazo y los tucomes en Toluca y en Saltillo, lista para entrar a cumplir con el rol que se le ha asignado en esta historieta de mentiras políticas que promete a sus participantes grandes retribuciones luego de julio de 2006.
EL SALINISMO y el madracismo ganan al hacer a un lado al falso aspirante sinaloense Enrique Jackson, que quiso jugar con fichas provenientes del labastidismo-zedillista sabidamente fracasado, pero todavía deseoso de vender caro su amor para 2006. Jackson fue lanzado al ruedo por Emilio Gamboa y pretendía pelear hasta el fin su presunta delantera para ser candidato tucómico, pero Arturín de las Placas Inaugurales amenazó con dejar la contienda de ese grupillo de gobernadores para apoyar abiertamente a Madrazo, lo que ahora hará pero disfrazándose de opositor (a fin de cuentas Jackson habrá sido un precandidato desechable que Gamboa utilizó para negociar con otros fraternos maniobreros profesionales, como Manlio Fabio Beltrones y el propio Otto Granados).
DESDE LUEGO, COMO sucede en todo cártel que se respete, todos quienes oportunamente han declinado en favor de Montiel serán recompensados, con Jackson a la cabeza, siguiendo con Manuel Angel Núñez, que sigue jugándole al suavecito con la esperanza de encajar como pieza aceptada por todos a la hora de un choque entre el madracismo y el gordillismo; Enrique Mar y Mar, que se conformará con lo que sea; Tomás Yarrington, que en primerísimo lugar necesita fuero, además de jugadores rehabilitados como Natividad González Parás, Miguel Alemán y Eduardo Bours. En fin: que nadie se engañe, al nombrar ayer a Arturo Montiel, el Tucom confirmó a Roberto Madrazo, con el retorno negociado de Elba Esther a la presidencia priísta.
ASTILLAS Los precandidatos pa-nistas a la Presidencia de la República han sido llamados al orden por el enérgico dirigente Martel Espino (¿Martín? ¿Qué su nombre no es Manuel? ¿O esa denominación será una mezcla de los nombres de Marta y Manuel?), quien convirtió el jet lag de su reciente viaje a España en ánimos de recomposición del descuidado cuadro electoral interno del panismo. Por lo pronto, anuncian dos debates oficiales. Ya se verá si de verdad dejarán de atacarse crudamente unos a otro (el otro es Creel)... El vocero de Los Pinos reconoce que la fantasía bautizada como México Seguro no ha rendido los resultados esperados. Así es que se ha ordenado desde la cúpula presidencial la "radicalización" de ese invento. Tal vez baste con hacerlo llamar México Más Seguro... Autismo ético: en la ciudad de Guanajuato, la señora Marca se ha negado a hablar de los señalamientos de corrupción hechos en el libro La familia presidencial, de Anabel Hernández y Areli Quintero. "Lo que hagan los demás es asunto de los demás; lo que haga yo, es mi responsabilidad", dijo la dama que usa recursos públicos pero da excusas privadas... Y mientras la contraloría del Distrito Federal informa con oportunidad respecto de las indagaciones sobre los videos que muestran al delegado Miguel Bortolini usando programas oficiales para ayudar al precandidato Marcelo Ebrard, ¡feliz fin de semana!
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