Irán y su programa nuclear
La República Islámica de Irán, que fue el centro del reino de Persia, es uno de los países que cuentan con historia milenaria (por lo menos desde el año mil 500 antes de Cristo). Es vecino de Turkmenistán, de Afganistán y de Pakistán al oriente y, a través de los golfos de Omán y del Pérsico, de Emiratos Arabes Unidos, así como de Qatar, al otro lado del Pérsico, por el sur. Por el poniente tiene una larga frontera con Irak, Turquía, Armenia y Azerbaiyán; por el norte colinda con el mar Caspio. En la actualidad es uno de los principales productores de petróleo en Medio Oriente, con 15 por ciento mundial, así como abastecedor de importancia para Estados Unidos por cerca de 100 mil millones de barriles de reservas/probadas de petróleo, y con 26.69 billones de metros cúbicos de reservas de gas natural, lo que lo hace segundo en importancia internacional después de Rusia. Con una población de 80 millones de habitantes, Irán está en conflicto actualmente con Estados Unidos y con la Unión Europea por su proyecto en materia de energía nuclear.
Francia, Alemania y Gran Bretaña, en representación de la Unión Europea, iniciaron negociaciones los primeros días de agosto sobre esta materia; advirtieron al gobierno de Teherán que su insistencia en reanudar la actividad en la central de Ispahan podría provocar una grave crisis internacional.
Francia anunció que llevaría la cuestión al Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, a solicitud de Estados Unidos; el canciller alemán Gerhard Schroeder expresó que se trata de una situación que su gobierno considera amenazadora, mientras el portavoz del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, Ali Agha Mohamadi, como primera respuesta a la ominosa posición del bloque Unión Europea- Estados Unidos, afirmó que los trabajos de conversión de uranio en Ispahan no son reversibles y que no están sujetos a negociaciones en este sentido.
En la clausura del Consejo de Ministros celebrado en París, por boca de su titular de Asuntos Exteriores, Philippe Douste-Blazy, Francia expresó igualmente que este asunto puede ser detonador de una grave crisis internacional. El eco del ministro francés no se hizo esperar, proveniente de Berlín, que secundó completamente, en voz de su canciller, la idea de que se trata de un plan amenazador para el equilibrio mundial.
Los dos países, como queda dicho, junto con Gran Bretaña, iniciaron negociaciones con Irán en nombre de la Unión Europea, presionando con fuerza para que abandone sus planes nucleares, que si bien han sido revelados muy recientemente, tienen ya en marcha casi dos décadas de existencia.
Teherán ha mantenido la tesis de que la propuesta de Bruselas vulnera el derecho de Irán al desarrollo pacífico de la tecnología nuclear, y que tampoco concuerda con la libertad de elaborar y poner en marcha este programa que sí va de acuerdo con las necesidades que le impone el desarrollo tecnológico a su país, en pocas palabras, Irán defiende "su inalienable derecho al desarrollo de la energía nuclear".
Seguramente, como producto de las presiones desde el seno de la Unión Europea en contra del programa nuclear de Irán, y de inmediato tras tomar posesión como nuevo presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad anunció que pospondría hasta principios de la semana próxima la anunciada reanudación de la actividad nuclear en la central de Ispahan, sin aludir en su discurso a la controversia generada en estos días. El mandatario iraní se pronunció en favor de la eliminación de todos los armamentos nucleares, pero sin hacer referencia explícita a la tesis que había venido exponiendo su gobierno, de que su derecho a impulsar programas nucleares para la paz y el desarrollo económico es inalienable e irrenunciable.
El guía supremo iraní, Ali Jamenei, quien invistió en su nuevo cargo como presidente de Irán a Mahmud Ahmadinejad, dijo tajantemente que "los dirigentes del país no tienen permitido renunciar a los derechos económicos y políticos de la nación".
En pocas palabras, si bien Bruselas se felicita por el aplazamiento en Irán de los planes nucleares, queda en la atmósfera política la indefinición y la duda de si el joven presidente iraní estará dispuesto finalmente a posponer el programa de investigación y desarrollo de energía nuclear pacífica, como ha sido requerido de forma tan violenta por Francia, Gran Bretaña y Alemania, en representación de la Unión Europea, y de la administración de Bush, por parte de Estados Unidos.
Mientras en Europa y Eurasia se consumen 285 millones de toneladas de petróleo equivalente en energía nuclear, que significa 47.6 por ciento del total mundial, en Estados Unidos la cifra es de 182 millones de toneladas, 30 por ciento del consumo total del orbe. La tendencia general hacia el año 2030, según estudios hechos por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), establece por ejemplo que en Francia la Asamblea Nacional ha calificado su programa nuclear de prioritario, y que inclusive planea poner en operación lo que llama un Reactor Presurizado Europeo en aproximadamente una década. Además de que junto con Finlandia, Japón y Corea planean incrementar su uso de energía nuclear, pero no hay plantas en construcción; tampoco hay restricciones específicas en el resto de los países de la OCDE.
En todo caso, el papel futuro de la energía nuclear está siendo debatido fuertemente en muchos países sin que haya todavía un acuerdo al respecto. Mientras tanto, en lo que a Irán se refiere, el nuevo gobierno de Teherán tiene una posición firme para las negociaciones que se llevan a cabo, muy singular por sus características geopolíticas y su capacidad extraordinaria en lo que se refiere a gas natural y a petróleo. Es muy pronto para prever lo que puede pasar en este caso, y en el de Corea del Norte, que se encuentra en una situación similar.