En juego, el prestigio de GB: líder del Partido Liberal
Rechazan medidas anunciadas por Londres contra extremistas religiosos
Londres, 6 de agosto. Las nuevas medidas del gobierno británico, que contempla, entre otras, expulsar a "extremistas religiosos" tras los atentados de julio en Londres y revisar las leyes de derechos humanos, han recibido numerosas críticas, informaron este sábado medios locales.
Parlamentarios musulmanes de Gran Bretaña indicaron que la comunidad islámica del país ya se siente, de por sí, "arrinconada", y que la situación empeorará si además se da la impresión de que en su contra hay persecución desde el gobierno central, sin fundamento legal.
"El prestigio y el renombre internacional de Gran Bretaña están en juego si expulsamos a personas a naciones en las que existe tortura y pena de muerte", afirmó Charles Kennedy, presidente del Partido Liberal Demócrata, en entrevista concedida a la emisora británica BBC.
"La expulsión de extremistas significa que nosotros, finalmente, los exportaremos", agregó Kennedy. Es mejor procesarlos en Gran Bretaña, señaló.
Además, criticó los planes de cerrar mezquitas, librerías y páginas web que difundan escritos instigadores de violencia. Dirigentes musulmanes han expresado sus reparos contra estas medidas, que podrían lanzar sobre todo a los jóvenes musulmanes a "los brazos de los radicales".
El líder de la oposición conservadora, Michael Howard, dijo que su partido concuerda "en principio" con el primer ministro laborista, Tony Blair, pero considera que el gobierno no ha reflexionado sobre el alcance de las consecuencias. "Estudiaremos a fondo las propuestas", señaló.
Las críticas más duras provinieron de la parte musulmana, cuando uno de los pincipales líderes religiosos comparó las propuestas con "la demonización que Adolfo Hitler hizo de los judíos".
Mohamed Nassem, presidente de los musulmanes de Birmingham, dijo que veía "un fuerte parecido".
El primer ministro Tony Blair expuso el viernes anterior un plan de 12 puntos para reforzar la ley antiterrorista y aseguró que en caso de necesidad está dispuesto a modificara las leyes para expulsar del país a los extremistas, aun cuando ello vaya en contra de las convenciones de derechos humanos europeas.
Las conversaciones sobre acuerdos de expulsión ya se han llevado a cabo con 10 países, entre ellos Jordania y Argelia.
Blair habló también de habilitar a las autoridades competentes para prohibir a grupos radicales, entre los que mencionó a dos en particular.
El parlamentario musulmán Shahid Malik, representante de Dewsbury, afirmó que estas medidas serán contraproducentes, pues se acabará discutiendo la proscripción de cualquier organización islámica en Gran Bretaña.
La también parlamentaria musulmana, y laborista, Baroness Uddin, pidió que cualquier medida que se adopte sea discutida ampliamente en el Parlamento: "La comunidad ya se siente acorralada. Cualquier cosa que se haga debe tener absoluta legitimidad parlamentaria".