Usted está aquí: sábado 13 de agosto de 2005 Opinión ¡Mejor no nos "ayudes", compadre!

Gustavo Leal F.*

¡Mejor no nos "ayudes", compadre!

En Nayarit agonizan los cultivos de tabaco. Aunque el estado produce a escala nacional 85 por ciento de la planta, más de mil jóvenes -de entre 18 y 35 años- viven de tres a ocho meses en Estados Unidos y Canadá, donde ganan siete veces más. Contribuye a ello la falta de "ensartadores", la llegada intempestiva de lluvias, plagas, poca inversión para mejorar el suelo y los elevados costos de producción.

A pesar de las "bondades" del Tratado de Libre Comercio de América del Norte que proferían los zedillistas Téllez y De la Calle, las 36 mil hectáreas que se cultivaban hace 10 años no se ven más y ahora apenas suman 8 mil.

El gobernador entrante tiene un serio pendiente con los programas de nivelación de la tierra -si pretende mejorar cultivos- y deberá atraer inversión para "modernizar" el campo: ¡la eterna oferta priísta!

El problema está diagnosticado: proliferación de tierras poco rentables y débil organización de los productores. "Nadie quiere bajar de la sierra a trabajar la planta, y aquí tampoco nadie quiere hacerlo", dicen los tabacaleros. Prefieren irse a la faina (arrancar frijol) en Estados Unidos, pues ganan más. Y sin embargo la principal exigencia de los jornaleros indígenas que en busca de trabajo migran a Nayarit es ¡"beber agua"!

La cosecha de frijol también padece. Nayarit resiente una de las peores crisis del cultivo: falta infraestructura agrícola y los productores enfrentan dificultades en la comercialización. Como con el tabaco -cuestionando el optimismo de Téllez y De la Calle-, la producción de la semilla negra y clara ha caído ¡60! por ciento en 10 años. Las 120 mil hectáreas sembradas en 1995 son hoy apenas 57 mil. Los agricultores se han desinteresado.

Aunque no hay bodegas en el mercado de abastos -que facilitarían comercializar directamente con el comprador final (para garantizar el precio de seis pesos por kilo)- ni apoyos para nivelar los suelos, sistemas de riego y maquinaria moderna, la calidad del frijol nayarita sobresale en el país.

Pero sucede que también en Zacatecas, Durango y San Luis Potosí se reorientan las siembras. Estas entidades dejarán de cultivar 430 mil hectáreas de frijol en el ciclo primavera-verano. Esta "reconversión productiva", como la llaman en la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación -siguiendo el lenguaje de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos-, busca que se dejen de cosechar 72 mil toneladas de la semilla "para quitar presión al mercado y poder obtener mejor precio en la venta". Para los "expertos" de la Fundación Mexicana para el Desarrollo Rural que asesoran a Javier Usabiaga la superficie que deje de ser "sembrada podría ser trabajada con forrajes". ¡Fácil! ¿No?

La contracara de estas políticas de "modernización" salvaje son la migración y las remesas. Téllez, De la Calle, Usabiaga, y sus asesores pueden estar satisfechos: según el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática el envío de remesas familiares creció en ¡190! por ciento en los recientes cinco años. Son el soporte de 1.6 millones de hogares y, anualmente, 200 mil familias se suman a la población que depende de ellas. Es la fuente de ingresos más importante en regiones enteras: en Zacatecas, 13 por ciento de las familias las reciben; en Durango, 9.7, y en Nayarit, 9.6 por ciento.

¡Las "políticas" de los zedillistas son un acierto! El crecimiento en el envío de remesas refleja la falta de oportunidades que priva en México. Según el Factbook 2005 de la Agencia Central de Inteligencia estadunidense, México es el segundo expulsor de mano de obra a escala mundial: 485 mil migrantes anuales.

Pero, frente a este cuadro más que desolador, el diputado elbista Alonso Raya -quien preside la Comisión de Seguridad Social- estima que la "nula seguridad social en el sector agrícola es provocada sobre todo por la baja productividad". Tal vez por ello otro tecnócrata zedillista, Santiago Levy -primer director estrictamente "financiero" del IMSS- hizo votar una ley que "acota" la cobertura para los labriegos: subroga los servicios médicos y de guarderías a los patrones, elimina los apoyos monetarios para embarazadas y les descuenta 30 por ciento del salario para financiar su afiliación.

Sólo faltaba que Sergio Sarmiento "aclarara" que el Seguro Social "es una de las mejores instituciones del Estado mexicano. Por eso me parece tan trágico que por preservar los privilegios de un sindicato se le destruya".

Por algo Julio Frenk se atrevió, también, a invocar un seguro para que los migrantes "puedan recibir atención en salud al regresar a México y que sus familiares que se queden en el país también estén cubiertos por el Seguro Popular". Los migrantes podrán adquirirlo en el país o en los consulados mexicanos. El programa prevé que puedan acogerse al plan de repatriación voluntaria para ser atendidos en México en caso de que padezcan enfermedades graves. También se prevé a largo plazo que los migrantes puedan recibir atención integral en Estados Unidos, luego de que se firme un convenio entre el gobierno mexicano y una compañía aseguradora estadunidense.

¿Qué hará el próximo gobierno federal? ¡Esperemos que no intentar "aprender" de los técnicos y de Usabiaga, la Fundación Mexicana para el Desarrollo Rural, Téllez, De la Calle, Levy y Frenk! ¡Mejor no nos "ayudes", compadre!

* Universidad Autónoma Metropolitana - Xochimilco

 
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