Luego de dos retrasos, el cohete Atlas V despegó ayer de Cabo Cañaveral
Envían sonda de la NASA hacia Marte en busca de indicios de agua
Tras siete meses de viaje, la MRO explorará a detalle el planeta rojo para una eventual misión tripulada
Al finalizar, habrá reunido más datos que en todos los proyectos anteriores
Ampliar la imagen Momento del despegue del cohete Atlas V de la plataforma 41, ayer en Cabo Ca�ral FOTO Reuters Foto: Reuters
Washington, 12 de agosto. La Agencia Espacial Estadunidense (NASA) respira. Tras algunas averías y retrasos en las misiones recientes, los ingenieros pueden anunciar de nuevo un éxito. Un cohete despegó hoy de Cabo Cañaveral, Florida, con una nueva sonda.
La Mars Reconnaissance Orbiter (MRO) tiene la misión de explorar al detalle el planeta vecino de la Tierra en busca de indicios de agua. En pocas décadas, la NASA pretende enviar a las primeras personas a Marte, y la sonda debe ver dónde será posible hacerlo, y si realmente se puede.
Según lo previsto, los astronautas viajarán en transbordadores de generaciones siguientes a la actual y utilizarán la Luna como estación intermedia en su viaje a Marte.
El lanzamiento de la Mars Reconnainssance Orbiter se retrasó en dos ocasiones, 24 horas cada una de ellas, antes de comenzar su viaje de 500 millones de kilómetros.
Originalmente, el lanzamiento de la sonda estaba programado para el miércoles pasado, pero se suspendió por problemas técnicos con el cohete Atlas V, que tiene 55 metros de alto y pesa 335.6 toneladas.
El jueves, la NASA volvió a posponer el lanzamiento, esta vez debido a que el Atlas V presentaba un sensor defectuoso en la bomba de combustible y fallas en su software.
Esta es la primera vez que la NASA utiliza el potente cohete Atlas V -fabricado por Lockheed Martin- que debe lanzar el orbitador MRO al espacio en la última etapa de preparaciones para una eventual misión tripulada a Marte.
El viaje de la sonda, de seis metros de altura y unas dos toneladas de peso -la sonda más grande de la NASA en 30 años-, durará siete meses. Luego entrará en la órbita de Marte.
La MRO dará vueltas al planeta y realizará una cartografía de la superficie con una resolución de menos de un metro. A una altura de unos 320 kilómetros puede reconocer rocas del tamaño de un escritorio. Por la gran cantidad de datos que supone, no podrá abarcar la superficie completa. Lo que hará será concentrarse en los lugares más interesantes y apropiados para un amartizaje.
La misión costará 720 millones de dólares (unos 600 millones de euros). 450 millones de dólares corresponden sólo a la sonda. El cohete costó 90. El costo del viaje científico, de cinco años de duración, es de unos 180 millones de dólares.
Cuando finalice, la MRO habrá reunido más datos que todas las sondas anteriores que fueron a Marte. El cielo sobre el planeta rojo está cada vez "más concurrido". Tres sondas -la Mars Global Surveyor, la Mars Odyssey y la Mars Express- ya dan vueltas a su alrededor.
Pero para un amartizaje tripulado falta aún mucho tiempo. "No se puede estimar de forma seria, pero 25 años no son algo exagerado", dijo Laura Danley, del New Yorker Hayden Planetarium.
En dos años, y según los planes de la NASA, se pondrá en marcha el Phoenix Mars Scout, que tiene un brazo robot que debe penetrar medio metro en la capa de hielo del polo norte del Marte. El Mars Science Laboratory, cuasi sucesor del Mars-Rovers, llegará en 2009. De 2011 a 2020, otros robots prepararán el terreno para los hombres.
Problemas en el Atlantis
Pocas horas antes del lanzamiento de la sonda a Marte, un portavoz de la NASA dio más indicios que apuntan a que el transbordador Atlantis no podrá despegar en septiembre, como se había previsto.
"El problema con la espuma aislante no se ha resuelto aún", dijo Bill Gerstenmaier, que está analizando los problemas del lanzamiento del Discovery a finales de julio, cuando partes aislantes del tanque exterior dañaron la protección del transbordador.
De la espuma aislante de mil 900 kilos de peso se desprendieron sólo tres trozos de apenas medio kilo en total. Problemas de ese tipo ya llevaron hace dos años al accidente del Columbia, que causó la muerte a sus siete tripulantes.