Trasnacionales impulsan la industria del oro a cielo abierto con el aval de la Federación
Acechan mineras ejidos chiapanecos
Las empresas ofrecen empleo a comuneros a cambio de explorar tierras colectivas
Ejido San Isidro Las Banderas, Pantepec, Chis. Esta vez los caballeros blancos llegaron a este ejido zoque en helicóptero, y en lugar de espejitos, ofrecen empleos a cambio de oro.
Entre 2002 y marzo de 2005 el gobierno federal otorgó 50 concesiones para exploración y otras tres para explotación minera en Chiapas, donde la actividad en esta rama industrial es incipiente, por un total de 357 mil 443.87 hectáreas. Tan sólo dos transnacionales canadienses, ambas buscadoras de oro, Linear Gold y Fronteer Development Group, concentran concesiones para explorar 284 mil 942 hectáreas.
Junto con la minería del oro a cielo abierto, ''una de las industrias más contaminantes en la actualidad'', según la campaña internacional No al Oro Sucio, impulsada por Oxfam América y Earthwork Mineral Policy Center, llegará también el riesgo de contaminación por cianuro, la sustancia altamente venenosa que se utiliza para separar el metal precioso de las rocas (lixiviación, le dicen los químicos).
De eso, sin embargo, nada saben los dueños de la tierra ni las autoridades municipales. Tampoco de la batalla que indígenas mayas guatemaltecos dan al otro lado de la frontera contra el proyecto Marlin, de la transnacional Glamis Gold, que tiene también una mina en Chihuahua y otro proyecto en Chiapas. Justamente la riqueza de los yacimientos de la mina Marlin motivó a Linear y a Fronteer a lanzarse a la exploración en Chiapas.
Primero arribó a San Isidro -hace más de cinco años- personal de MIM México -subsidiaria de Xstrata Plc., una compañía que opera en cuatro continentes, con cuartel general en Zug, Suiza. De inicio hicieron sobrevuelos en helicóptero "para ver si había mineralización". Luego, hace como año y medio, los ingenieros "entraron sin pedir permiso a recorrer a pie el ejido".
MIM México SA de CV vendió a Linear Gold México las 10 concesiones de exploración en Chiapas, en un total de 133 mil 101 hectáreas, que le fueron otorgadas durante el gobierno del presidente Vicente Fox. Las concesiones de la Fronteer de México SA de CV se expidieron en marzo de 2005, de acuerdo con información de la Secretaría de Economía, y comprenden 151 mil 841 hectáreas en esta entidad.
Trabajo por despojo
San Isidro Las Banderas se encuentra en el norte de Chiapas, a unos 10 kilómetros, por un camino de terracería en mal estado, del pueblo de Rayón, ubicado a dos horas y media de la capital chiapaneca, Tuxtla Gutiérrez, y a hora y media de la capital tabasqueña, Villahermosa. Este ejido queda dentro del proyecto Ixhuatán de la Linear Gold. Otros 10 kilómetros arriba, junto al poblado Laguna Chica, colonia de San Isidro, se encuentra el campamento de la minera canadiense. Dos kilómetros más adelante está el área de exploración donde ya se han realizado 79 barrenos, según informó el tesorero del comisariado ejidal, Arvey Velasco Suárez.
Víctor Hernández García, presidente del comisariado ejidal de San Isidro, informó que cuentan con mil 980 hectáreas, de las cuales unas 100 son de bosque. Relató que después de los recorridos el personal de la Gold siguió entrando a hacer muestreos del suelo y tampoco pidieron permiso; "dijeron que iban a hacer análisis para ver si hay mina o no hay. Nosotros desconocemos qué cosa es mina. Llegaron tres o cuatro ingenieros, después comenzaron a barrenar para ver si hay mina, hicieron un camino, buscaron chambeadores de San Isidro; más o menos hay como 40 en la mina. Ellos cargan el material para subirlo a los carros; pagan 100 pesos diarios.
''En enero (de 2005) nosotros pusimos demanda a la Procuraduría Agraria (PA) en Pichucalco, porque no tenían permiso; ahí dijeron los de la Gold: 'vamos a subir sueldo'. Subió a 200 pesos diarios. La gente trabaja una semana y luego cambia. Cuando entró la mina hay problema porque hay 91 ejidatarios y como 300 agregados (hijos de ejidatarios), y empezaron a pelearse por el trabajo, por eso lo rotamos.'' Añadió que personal de la Linear Gold anda recorriendo también los ejidos aledaños de Chapultenango, San Francisco y Santa Anita, adelante de Ixhuatán.
Hernández García, quien se expresa trabajosamente en español, señaló que el personal de la Gold al principio "decía que no había paga, que no había nada; el ingeniero se llama Julián Roldán Martínez. Ya tenemos bastante problema. Nosotros fuimos a la PA para ver quién les había dado el permiso. La procuraduría dijo: 'ustedes son los dueños de la tierra, sólo ustedes pueden dar permiso', que mientras nosotros no demos permiso no entran, que más abajo es el gobierno federal. Hicieron un convenio y subieron el sueldo a 200 pesos. En enero pedimos apoyo para la iglesia y la mina dio 500 mil pesos. En febrero dieron 300 mil pesos para repartir entre los 91 ejidatarios. La mina a veces pide hasta 80 cargadores para meter las piezas de la máquina y de la torre (de perforación) hasta el cerro. A veces pide 20 trabajadores".
Mencionó que se hizo un compromiso con la Gold para que pueda trabajar en 90 hectáreas hasta el 31 de diciembre. ''La mina quería tres años, pero nosotros a fin de año vamos a hacer asamblea y vamos a ver. Ellos quieren permiso para otras 100 hectáreas y luego quieren otro convenio de todo el ejido. Oro y plata están buscando. Si sale positivo dicen que va a haber otras negociaciones.''
Velasco Suárez, quien se expresa perfectamente en español y portaba una camiseta de la Linear Gold, comentó a su vez: "lo más probable es que el 31 de diciembre despidamos a la compañía de acá", una vez que se venza el permiso para perforación que le dieron los ejidatarios. Informó que el ejido tiene dos supervisores que revisan a qué profundidad se perfora, cuánto se saca y dónde lo dejan; "nos costó un montón de guerras", dijo.
Añadió que el gobierno de Chiapas "no genera empleos, hay pobreza, marginación; muchos emigramos a Tabasco, a Veracruz, a Estados Unidos, pero como ejidatarios que somos tenemos que defender la tierra". Añadió que si los estudios de factibilidad son positivos, "la mina sería a cielo abierto. Sería otra negociación con los ejidatarios. Aquí dicen que para que la mina sea viable tiene que haber 20 partes por millón".
''Hasta ahorita no hay graves problemas porque nos dan el trabajo y no hay un convenio definitivo. Queremos saber hasta dónde tenemos mineralización. Hace 40 años nuestros padres ya sabían que aquí había una mina, pero no sabíamos el lugar exacto. Ahora está normal todo, después no sabemos qué va a pasar, nos tienen que dar una explicación de cómo va a ser la extracción.''
Sobre la posibilidad de contaminación de suelo y agua por el uso de cianuro, o de cómo va a quedar la tierra después de la explotación de la mina, dijo que ellos preguntaron, "y el gobierno nos dijo: 'ustedes no piensen en lo que va a pasar, sino en lo que hay ahora'".
''Aquí están felices con nuestra presencia"
En el campamento del proyecto Ixhuatán hay 13 casas de lona ahulada que albergan dormitorios, talleres y comedor. Hay tres inodoros y tres regaderas, luz eléctrica, lavabos, calentador de agua y fosa séptica. Major Drilling de México, con sede en Hermosillo, Sonora, es la empresa contratista para la perforación. El personal se mueve en camionetas pick-up y cuatrimotos.
Dean Fraser es el encargado de geología. Habla poco español, así que la conversación tuvo que realizarse en inglés. Se le informó la intención de pasar a la mina. Primero, muy nervioso, dijo que enviaría un mensaje mediante su palm a Canadá, al presidente de la compañía, Wade Dawe. Así que mientras enviaba el mensaje, los enviados de La Jornada decidieron caminar hasta la zona donde se realiza la exploración, a unos dos kilómetros del campamento.
A los 15 minutos Fraser los alcanzó en una cuatrimoto. Primero trató de evitar que continuaran bajando y señaló que el camino era "privado". Se le dijo que son tierras ejidales y que se contaba con el permiso de los ejidatarios para pasar. Pidió entonces entender que no se sentían muy "cómodos" con la presencia de periodistas, los primeros en llegar a la zona. Después les permitió pasar, pero sin acercarse -"por seguridad"- adonde estaban haciéndose los trabajos de perforación y les pidió no hablar con los trabajadores.
Desde una loma en la que se había abierto un camino y desde la cual se dominaban tres de los sitios donde se están haciendo perforaciones, explicó que la compañía tiene un promedio de 120 empleados: 80 son del ejido, que se van rotando; unos 24 son de tiempo completo, seis extranjeros. "Ha habido algunos problemas con los ejidatarios, pero la gente está feliz porque le damos empleo".
Confirmó que si llega a ser rentable la explotación, se hará en una mina a cielo abierto. Se le preguntó si usarían cianuro para extraer el oro; dijo que él no es químico, que no sabe qué proceso van a emplear, pero que Dawe estaba dispuesto a contestar cualquier pregunta.
Trescientos metros más abajo, en el "barreno 73", ubicado al fondo de una barranca, los trabajadores entrevistados -tanto de la empresa contratista como los ejidatarios de San Isidro, que en ese momento acarreaban tubos para aumentar la profundidad de la perforación, que ya había alcanzado 182.72 metros- informaron que ahí se trabaja las 24 horas en turnos de 12 horas. Para las maniobras cuentan en el lugar con combustibles, lubricantes, plantas de luz y reflectores para la jornada nocturna. Además, un techo de nailon protege de sol y lluvia al equipo, a los trabajadores y a un camastro de madera rolliza.
Con información de Gaspar Morquecho