"Rencuentro con nuestra historia", dice Lagos sobre el fin de enclaves dictatoriales
Disturbios al ratificar el Congreso chileno 58 enmiendas a la Constitución pinochetista
Santiago, 16 de agosto. En medio de gritos, manotazos y desalojos el pleno del Congreso chileno ratificó este martes 58 enmiendas a la Constitución que en 1980 impuso la dictadura de Augusto Pinochet y puso fin a los llamados "enclaves autoritarios".
Medio centenar de manifestantes interrumpieron la sesión del Congreso en momentos en que senadores y diputados comenzaban la ceremonia de ratificación de los cambios a la Carta Magna.
Los manifestantes, miembros del Pacto Juntos Podemos, ingresaron en el salón de honor del Congreso, en el cercano puerto de Valparaíso, gritando consignas y lanzando panfletos a los legisladores.
Carabineros efectuó el desalojo de los descontentos, que alcanzaron a desplegar mantas en las que denunciaron lo que calificaron de exclusión de los grupos minoritarios de la política, al considerar que las reformas constitucionales no modifican el sistema binominal de elecciones. Posteriormente, la sesión pudo reanudarse.
Las reformas fueron aprobadas por 150 votos en favor, tres en contra y una abstención, con la totalidad de los parlamentarios reunidos en el salón de honor del Congreso.
"Chile se une tras este texto constitucional", dijo el presidente Ricardo Lagos, tras destacar que el anterior no reflejaba el sentir mayoritario del pueblo. "Hoy tenemos en Chile un día de alegría, de unidad, de rencuentro con nuestra historia", agregó el mandatario, al hablar en el palacio presidencial de La Moneda, en Santiago.
Las reformas, que para muchos significan el término de la transición a la democracia en Chile, ponen fin a la mayoría de los mecanismos que los militares establecieron en la Constitución durante la dictadura pinochetista de 1973-1990.
Las enmiendas eliminan los nueve cargos de senadores designados sin votación popular que dejó el régimen de Pinochet y devuelven al presidente de la república la facultad de remover a los altos jefes de las fuerzas armadas.
Asimismo, disminuye a cuatro años el periodo presidencial, sin relección inmediata; modifica la composición y atribuciones del Congreso y permite realizar cambios en la integración y funciones del Tribunal Constitucional.
Los parlamentarios votaron las reformas sin debate previo, como se acordó el pasado 13 de julio, cuando el Senado modificó de forma sustancial la Constitución que hace 25 años dictó Pinochet.
La ratificación fue el último trámite legislativo de las enmiendas, que serán promulgadas por Lagos el 17 de septiembre. La oposición derechista -que reúne a los partidos Unión Demócrata Independiente y Renovación Nacional- rechazó las disposiciones más sensibles, como la que devuelve al presidente la facultad de destituir a los comandantes de las fuerzas armadas.