Imposible curar el consumismo, señala Joseph Heath, coautor de Rebelarse vende
Desmitifican en un libro la idea de la contracultura ''como opción de cambio''
La idea de la contracultura, ''como alternativa de cambio y diferenciación, no ha prosperado en 40 años'', afirma Joseph Heath, autor, junto con Andrew Potter, del libro Rebelarse vende (Taurus) en el que ambos destrozan el mito ''que ha sustituido al socialismo como base del pensamiento político radical".
En la obra, los escritores canadienses abundan sobre los influjos de mercadotecnia, publicidad y consumismo dirigidos al individuo en detrimento del bien común.
También, a lo largo del texto, Heath y Potter analizan las posturas consideradas anárquicas-rebeldes -desde hace cuatro décadas hasta el día de hoy- y el caso específico del músico Kurt Cobian, cantante del grupo Nirvana, quien se suicidó víctima de él mismo, de su fama y de su idea de la contracultura.
La historia de la cultura pop, el manifiesto político y el análisis social se alternan en una narración que en Rebelarse vende concluye que la revuelta contracultural ''ha sido contraproducente" para los fines que buscaba alcanzar.
Exacerbación de conflictos
En entrevista con La Jornada, Joseph Heath explicó la desmitificación que hacen en el libro de la idea contracultural, la rebelión como signo de diferenciación, el consumidor rebelde y los cazatendencias.
''Los vendedores y anunciantes son también armas mercantiles, aunque ellos no comienzan guerras, pero toman ventaja de conflictos prexistentes, exacerbándolos para obtener ganancias", dijo Heath, quien también es autor del libro The efficient society.
Es imposible, agregó, ''curar" a las personas del consumismo, debido a que sus intereses personales y de bienestar buscan superar a los demás, en una marcada competencia de vida social.
''La gente quiere una vida atractiva en sus barrios, quieren ser vistos bien y tienen deseos de clase", y por ello no recomendamos una ''cura radical del consumismo, pero sí'', explicó, ''una serie de impuestos progresivamente elevados'' para la publicidad, y con ello ''disminuir la cantidad de contaminación publicitaria en el ambiente".
-¿Cómo se podría involucrar, fomentar y hacer partícipe a la sociedad consumista para trabajar en un proceso democrático basado en debates y en reformas legislativas, si lo único que interesa es el bienestar individual?
-No pienso que el interés en el bienestar personal sea un problema. Después de todo las decisiones del gobierno y la política pública tienen un impacto masivo sobre el bienestar personal. La calidad y la dirección del mando político son determinantes en la calidad de vida en todo el mundo.
El problema tiene que ver con las estrategias adoptadas por la izquierda para un mejoramiento de la calidad de vida en el transcurso de los pasados 40 años. Bajo la influencia del pensamiento contracultural, muchos han sido persuadidos de que la estrategia más eficaz para alcanzar una reforma política y económica no es llegar directamente con los implicados en la política, sino más bien cambiar la cultura.
Esta idea, aclaró el escritor, ha sido más influyente en países desarrollados, donde las personas se dan el lujo de preocuparse más por las cuestiones culturales que económicas.
Según la teoría contracultural, subrayan Heath y Potter en su libro, el ''sistema se organiza sobre la base de la represión del individuo y, por tanto, la solución está en recuperar nuestra capacidad de sentir placer espontáneo".
Entre otras alternativas, los escritores subrayan la necesidad de que ''en justicia social se priorice un proceso de política democrática basada en el debate, la investigación, la coalición y la reforma legislativa".