Imparable, la entrada del endulzante extranjero, dicen
Denuncian ofensiva de la OMC contra azucareros mexicanos
Veracruz, Ver. 17 de agosto. Si bien la amenaza presidencial de vetar la Ley de Desarrollo Sustentable de la Caña de Azúcar fue "superada", para la Confederación Nacional de Productores Rurales la agroindustria azucarera está amenazada por la orden de la Organización Mundial de Comercio (OMC) para invalidar el impuesto especial al uso de endulzantes no derivados de la gramínea y las cuotas a la importación de dulce.
El presidente de la asociación de cañeros de dicha central, Carlos Blackaller Ayala, acusó a la Secretaría de Economía de permitir el ingreso de azúcar extranjero en perjuicio de los productores nacionales. Estimó que en 2004, el fisco mexicano dejó de percibir más de 270 millones de pesos por la introducción de dulce por medio de amparos judiciales y el contrabando en la frontera sur.
Blackaller Ayala tipificó como un triunfo campesino la decisión de la Presidencia de la República para publicar en el Diario Oficial de la Federación la Ley de Desarrollo Sustentable de la Caña de Azúcar, tras varios días de movilización de miles de agricultores en el Distrito Federal y 15 estados más.
Recordó que el compromiso del gobierno federal es emitir dicha publicación a más tardar el 22 de agosto y ello exorcizará parte de la incertidumbre en la agroindustria azucarera.
No obstante, señaló que quedan dos puntos de preocupación para los productores azucareros y de la gramínea en México: la primera es la posible eliminación del Impuesto Especial sobre Productos y Servicios (ISPS) que se aplica a la utilización de edulcorantes no derivados de la caña de azúcar para las bebidas y alimentos. La segunda, añadió, es la importación de dulce extranjero y el contrabando técnico del mismo.
En el primer caso, expuso que el gobierno federal deberá impugnar el fallo emitido por la OMC para eliminar el gravamen especial que tiende a proteger a la industria azucarera nacional; mientras que en el segundo se deberá combatir con más dureza los ilícitos.