Usted está aquí: jueves 18 de agosto de 2005 Sociedad y Justicia Miente Semarnat al declarar a la tortuga golfina a salvo de la extinción: ONG

Sólo en la playa La Escobilla, Oaxaca, el quelonio ha logrado recuperarse, sostiene

Miente Semarnat al declarar a la tortuga golfina a salvo de la extinción: ONG

En la zona norte del Pacífico, las medidas de protección han fracasado rotundamente

ANGELES CRUZ MARTINEZ

La tortuga golfina está en peligro de extinción y seguirá así mientras persistan los factores que la amenazan, como son la captura incidental en las actividades pesqueras y el tráfico ilegal que ocurre de una manera evidente en la zona norte del Pacífico, donde a pesar de que se aplican las mismas medidas de protección que en Oaxaca, las poblaciones de la golfina no han logrado recuperarse, afirmó la organización ecologista Defenders of Wild Life.

Juan Carlos Cantú, representante en México de este organismo internacional, resaltó que investigadores y asociaciones civiles que trabajan en la península de Baja California calculan que en esa área entre 30 mil y 100 mil quelonios de la especie golfina son sacrificados cada año para aprovechar carne, piel, concha y huevos.

El especialista aseguró que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) exagera al afirmar que la golfina se aleja del peligro de extinción porque sólo se refiere a una población, la que llega a anidar a la playa La Escobilla, Oaxaca, la cual "nunca tuvo un riesgo grave de desaparición. Siempre ha estado bien" y, en cambio, la dependencia omitió mencionar la situación del resto de las poblaciones que antes llegaban a las playas de Jalisco, Sinaloa y Nayarit.

En esa zona norte del Pacífico se aplican las mismas medidas de protección y conservación de la tortuga marina, tienen vigencia las mismas leyes y, sin embargo, no hay recuperación. Las arribadas que deberían ser de 10 mil a 100 mil individuos no existen. Si acaso, cuatro o cinco tortugas llegan a la playa durante la noche, apuntó.

En entrevista, Cantú recordó que esta situación tiene su origen en los permisos de captura que las autoridades ambientales otorgaban entre los años 60 y 80 en el Pacífico norte. En ese entonces el tamaño de la población de la tortuga golfina era similar al que se tiene ahora en Oaxaca, pero se fue acabando poco a poco.

Para la década de los 70, los permisos empezaron a extenderse hacia el sur para capturar 150 mil ejemplares. Conforme se fueron reduciendo las poblaciones también se limitaron los permisos y para 1989, un año antes de decretarse la veda, se autorizó el sacrificio de 23 mil quelonios en la playa La Escobilla.

Esto significa, explicó Cantú, que en ese momento la población que llegaba a la entidad era de al menos 100 mil tortugas. Es decir, agregó el experto, las cifras de la Semarnat son falsas. La información que la dependencia difundió el pasado martes planteaba que la evidencia de que la tortuga golfina se está alejando del peligro de extinción es el número de individuos que han arribado para hacer sus nidos.

Según la versión oficial, en 1990 la arribazón era de 7 mil individuos, mientras que en los pasados seis años el promedio reportado ha sido de más de 100 mil ejemplares y sólo entre el 11 y el 15 de agosto la cifra se ubicó en 140 mil 25 anidaciones.

Para poder afirmar que la tortuga se aleja del riesgo de extinción se debe hablar de la especie en su conjunto, no de algunas de sus poblaciones. Existen ejemplos en los que se podría aplicar esa fórmula, señaló Cantú, y se refirió al caso del oso negro, el cual ha desaparecido del país, pero en una localidad de Coahuila la población está bien y "eso no significa que la especie esté fuera del peligro de desaparición."

Además de la captura incidental y el tráfico ilegal, las tortugas marinas enfrentan problemas como la degradación de los hábitats de anidación y alimentación. Evidencia de ello es la tortuga carey, que se alimenta de esponja en los arrecifes de coral, pero éstos están siendo degradados.

Comentó que la tortuga carey es representativa de la fragilidad de las diferentes especies de quelonios. En 1975 inició el programa para su protección y conservación. Para 1999 había crecido lo suficiente como para que esa población fuera considerada una de las cinco más importantes del mundo, e inclusive un científico de la Semarnat llegó a plantear la posibilidad de que se pensara en el aprovechamiento de la especie.

No obstante, en 2000, con la veda vigente, "algo pasó" y la población empezó a reducirse. A la fecha ha caído tanto el número de ejemplares, explicó Cantú, que los expertos ya consideran perdidos los 30 años que lleva la estrategia de conservación.

Recalcó, por otra parte, que sólo la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza tiene la autoridad para determinar las categorías de conservación de las especies, para lo cual se basa en una serie de criterios que deben cumplirse.

En el caso de las tortugas marinas, Cantú señaló que todas están en riesgo de desaparición y en México habitan tres especies que se encuentran en la categoría de peligro crítico de extinción, estas son la laúd, carey y lora. A pesar de todas las acciones de protección, la primera prácticamente ha desaparecido, indicó.

 
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