Elena Poniatowska, en el homenaje al profesor emérito
Henrique González Casanova hizo de la cultura una virtud
''Yo tengo un defecto, digo lo que pienso y pienso lo que digo y a veces no le gusta a la gente". Así se definía el docente, periodista cultural, funcionario universitario y diplomático Henrique González Casanova (1924-2004), recordó la escritora Elena Poniatowska en la mesa redonda Promoción cultural, que se realizó ayer en el Centro Cultural Universitario, en el contexto del homenaje que se rinde al también profesor emérito.
En el acto participaron Ignacio Solares, Alberto Dallal y se leyó un texto de Carlos Monsiváis, y como moderador estuvo Gerardo Estrada, quienes destacaron, entre otras cosas, la labor de González Casanova al frente de la Revista de la Universidad y la Gaceta UNAM, así como el apoyo que otorgó entonces a jóvenes escritores como Augusto Monterroso, Juan José Arreola, Ricardo Garibay y el propio Monsiváis.
Poniatowska dibujó la personalidad de González Casanova mediante anécdotas, tanto de manera personal, como dándole voz a los hijos del también abogado.
''Henrique se puso así, con hache, por admiración a Pedro Henríquez Ureña, pero sobre todo porque un tío del mismo nombre trabajaba en la Secretaría de Hacienda y les confundían los cheques."
La colaboradora de La Jornada evocó los movimientos universitarios que vivió el fundador de la Dirección de Publicaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México y su oposición a la huelga de los universitarios en 1999. Una de sus preocupaciones era la educación superior, apuntó Poniatowska. ''Cuando se hablaba de la educación formal o informal decía que no existían, que se tenía que hablar de educación escolar y de la extraescolar".
Como conversador, escucharlo era un deleite; ''hoy tendríamos que hacer un análisis de lo que para él representaba el español hablado y el escrito".
La periodista recordó cómo González Casanova fue confundido con otra persona y a punto estuvo de ser fusilado por los zapatistas, y cómo en dos ocasiones salvó la vida a Ricardo Garibay. Henrique, dijo Poniatowska, ''comparte con don Alfonso Reyes virtudes que hoy parecen perderse: la de la cultura y la conversación que ilustra, el eclecticismo, el estudio y la información, el documentar cada juicio y opinión y el de la severidad y la ética".
Monsiváis, luego de recordar cómo es que González Casanova le ofreció su primer trabajo formal e impulsó como editor diversas revistas universitarias, lo definió como ''un detective de la sintaxis, un liberal de izquierda, simpatizante del nacionalismo revolucionario".